Alemania-Francia
La extrema derecha alemana culpa a los jugadores de origen extranjero del fracaso
«Quizá la próxima vez debería volver a jugar el quipo nacional», escribió Beatrix von Storch, líder del AfD
Acababa de terminar el partido contra Francia y los alemanes lloraban anoche por las esquinas cuando la líder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), Beatrix von Storch , lo celebraba con una inyección de sutil veneno racista en Twitter: « Quizá la próxima vez debería volver a jugar el EQUIPO NACIONAL », en referencia a la presencia en la selección alemana de jugadores que gozan de la nacionalidad pero que proceden de familias de origen extranjero y no pertenecen a la «raza aria», como Jérome Boateng, nacido en Berlín pero cuyos padres provienen de Ghana, o Ilkay Gundogan, de origen turco.
El comentario viene a ser una especie de «os lo dije». Beatrix von Storch, cuyo abuelo materno abuelo paterno fue Reiterstandarte 14 de las SA y cuyo abuelo paterno fue ministro de Finanzas de Hitler , creía decir así la última palabra en una polémica surgida a finales de mayo, cuando el merchadaising de la Eurocopa invadía ya las calles alemanas y el grupo Ferrero lanzó una edición especial de sus populares chocolates Kinder con las fotos de los futbolistas de la selección alemana en edad infantil. La idea era que los niños coleccionasen las cajas de chocolate hasta reunir los retratos de todos los jugadores y consumiesen así un poco más de azúcar a la salud de la selección, pero varios grupos extremistas, como el movimiento xenófobo Pegida, y miembros del partido AfD , consideraron una afrenta proponer a los niños alemanes el ejemplo y la admiración por jugadores como Boateng y Gundogan.
«¿De verdad se puede comprar algo así? ¿O es un chiste? Están yendo demasiado lejos», escribió un seguidor en Facebook. Otras expresiones de miembros de Pegida fueron las siguientes: «No los voy a comprar más»; «Me dan ganas de vomitar»; « Nos quieren hacer tragar como normal cosas asquerosas, pobre Alemania ». Otro miembro de Pegida llegó a preguntarse en la red si esas fotos «eran de futuros terroristas».
A estas muestras de intolerancia también se sumó la Alternativa para Alemania AfD, el partido de ultraderecha que aspira a ser tercera fuerza política en las elecciones generales de Alemania en 2017. «A la gente le parece un buen jugador. Pero no le gustaría tener de vecino a un Boateng», afirmó Alexander Gauland, vicepresidente del partido.
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