Eurocopa 2016

España se refugia para recuperar la alegría

Tras el tortazo ante Georgia, la selección vende optimismo y calma. El equipo llegó ayer a Francia y se instaló en el lujoso fuerte que tiene en la Isla de Ré

Enrique Yunta

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El reto de la Eurocopa , ilusionante una vez empieza el torneo para dar carpetazo a esta tensa y angustiosa espera llena de bolos que hacen pueden hacer más mal que bien, está repleto de dudas para España, muy palpable el desapego entre la gente porque el tortazo del martes ante Georgia escuece. No es más que un amistoso, pensarán los optimistas, pero una derrota ante la selección 137 del mundo deja al personal con mal cuerpo. Esos optimistas también consideran que va bien un patinazo para despertar y no perder la perspectiva después del atracón que se dio el equipo ante Corea del Sur para cerrar la gira por Austria, aunque es desmontable ese argumento por lo que se presenció en Getafe.

Es cierto que el encuentro no tenía un valor real y que lo importante llega el lunes en el estreno eurocopero ante la República Checa, sí, pero el murmullo se extiende porque nadie sabe a ciencia cierta en qué punto está España. De momento, la única realidad es que ayer aterrizó en la bella y pacífica Isla de Ré, que comunica con La Rochelle por un puente, y desde hoy trabajará en suelo francés para recuperar sensaciones y la simpatía de la gente. Visto lo visto, puede que sea más complicada la segunda empresa.

Aún no hay fiebre de Eurocopa, reservada la pasión para mañana con el partio inaugural (Francia-Rumanía), y a España le da para regenerarse en este rincón repleto de viñedos, playas naturales y biciletas. Los internacionales descansan desde ayer en el hotel Atalante Relais Thalasso, a las puertas del inmenso Atlántico, y el paisaje descubre una vista mucho más apetecible que la que tenían hace dos años en Curitiba. España fue tan triste en el Mundial de 2014 como lo era en esos días de invierno y lluvia la ciudad brasileña y se ha elegido esta sede de concentración con esmero después de rastrear por el país. Gusta a todos y tiene el visto bueno de los jugadores.

Ramos, optimista

La selección consumió ayer un día de transición con la pereza de las tertulias agitadas y sin contagiarse del sentimiento generalizado. « Tampoco nos vamos a afligir por este resultado . No quita todo lo bueno que se ha hecho antes, no hay que tener tempor ni quiero ser demasiado pesimista», resumió Del Bosque el mismo día de la derrota ante Georgia. La plantilla compartió el discurso y ayer habló Sergio Ramos en nombre de todos, voz autorizada y segundo capitán. «Nosotros estamos muy ilusionados, nos toca defender título y vamos a dar el máximo. No creo que la gente se haya desmotivado por el partido de ayer», apuntó. Con todo, y después de desvelar que hubo palabras de ánimo en la caseta, el central prefiere un aviso antes de tiempo que fallar en el momento crucial. «Es un pequeño toque de atención y espero que nos sirva. Ojalá a partir de aquí comience la racha y podamos dejar la portería a cero y sumar victorias». Fue, con escasas diferencias, lo mismo que vendió Lucas Vázquez tras su agridulce debut de rojo: «Hay que tomárselo como un error antes de la Eurocopa, nos debe servir para ponernos en alerta y para llegar mejor antes del inicio. Tenemos muchas ganas».

Después de tener noche libre, el equipo regresó ayer al mediodía a Las Rozas, comió en familia y hubo sesión de entrenamiento cerrada al público, una constante que se repite cuando antes no sucedía. Se engalanaron los chicos para la foto oficial con el traje (de Emidio Tucci) y de ahí partieron al aerpopuerto. Sobre las 21.30 ya estaban en La Rochelle , recibidos con unas fortísimas medidas de seguridad, y se trasladaron al hotel en el autocar oficial. «Un color, una pasión. Somos la Roja», se leía en el vehículo, de color azul.

Hoy se abrirán las puertas del estadio Marcel Gaillard, en Saint Martin de Ré , y será algo excepcional, pues España trabajará sin público a lo largo del campeonato precisamente por un tema de seguridad. Se trata de recuperar la esencia y de agitar a la afición desde la calma de la Isla de Ré. España está en su balneario para afrontar el mayor desafío del fútbol.

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