España -Portugal

Al fútbol con la ilusión de la primera vez

15.000 aficionados volvieron al fútbol en el España-Portugal año y medio después

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El partido con el que España inició su preparación rumbo a la Eurocopa fue también el del regreso de los aficionados a un partido de la selección. Habían pasado veinte meses desde el último, un 5-0 a Rumanía en este mismo escenario, por lo que pocas noticias había más esperadas que esta. Pocos equipos se nutren tanto del apoyo popular como la selección.

Era una vuelta a medio gas por las limitaciones de la pandemia, pero aún así resultó emocionante. El reencuentro contó con la ilusión de las primeras veces, con dudas al transitar por los pasillos y los vomitorios y cierto pudor a empezar a pegar gritos. El Wanda parecía más inmenso que nunca. Fuera el sol pegaba con fuerza, pero una vez sentados a los aficionados les costó entrar en calor. Fueron 15.000 (14.743 según la cifra oficial), lo máximo que dejó ese 20 por ciento de aforo impuesto por las autoridades, y así era imposible tapar los huecos en la grada. Pero los que estaban hicieron lo que pudieron para parecer el triple. No fue el ambiente de las grandes ocasiones, aunque sí un comienzo para recuperarlo.

En el palco hubo pleno de autoridades. Felipe VI y el presidente de la República portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, copaban los puestos de honor. Antes del partido participaron en un acto simbólico con el que se ponía en marcha el proyecto para organizar de forma conjunta el Mundial 2030. Tampoco faltaron Pedro Sánchez, que charló de forma muy animada con el presidente de la Federación, Luis Rubiales, y Antonio Costa, primer ministro luso. La sintonía entre ambos países es total y hay muchas esperanzas por atrapar esa Copa del Mundo. Se sabrá en 2024.

En las gradas predominaba un ambiente juvenil, lo que confirma que aún hay miedo entre los más mayores por acudir a eventos multitudinarios. Se vieron banderas de España a granel y mucha camiseta del Atlético. Cristiano , de regreso en Madrid, se llevó la primera gran pitada cuando salió a calentar. Se notaba que el astro portugués estaba en territorio enemigo. No fue el único abucheado. También se escucharon silbidos, aunque de forma más tímida, cuando se anunció por megafonía a Luis Enrique . Morata , al que se le cantó «qué malo eres» cuando disparó la última ocasión la larguero, también se llevó lo suyo.

"¡A por ellos, oé!"

Tras el himno español, que fue el primer momento de efervescencia colectiva, fueron Fabián y Sarabia quienes prendieron el ánimo de los aficionados con su primera diablura. Gustó España en esos primeros minutos, en los que la gente aplaudió a rabiar.

Quedaba el gol para terminar de levantar a la gente de sus asientos, pero no acababa de llegar. Portugal , agazapada de inicio, dio un par de sustos que provocaron que se escucharan por primera vez los cánticos tan habituales del pasado: el «¡A por ellos, oé!» y el «¡España, España!».

El carrusel de cambios obligó a algún ejercicio de agudeza visual, pues aún son varios los internacionales a los que cuesta reconocer. El aplauso final reconoció el esfuerzo. La cifra de empates entre España y Portugal en sus últimos partidos se amplía a cuatro. El riesgo de conocerse tanto.

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