Fútbol Base
Un gol para la esperanza
Deporte y Solidaridad
A sus ocho años de edad, el pequeño Borja se aferra a la vida con todas sus fuerzas
El mundo del fútbol se vuelca con el jugador del jerezano San José Obrero, quien ya ha recibido la primera sesión de quimioterapia en Sevilla
Apenas ocho años de edad tiene Borja, un pequeño jugador del San José Obrero (uno de los clubes señeros del fútbol base jerezano) al que se le detectó no hace demasiado tiempo un tumor maligno en el estómago. Ahí empezó una historia de lucha y superación, con la tabla de salvación de un duro tratamiento.
Sin lugar a dudas, un auténtico jarro de agua fría para un pequeño apasionado por el balompié que veía cambiar su vida de la noche a la mañana. Un revés considerable para una familia que recibió una de esas noticias que nadie quiere recibir.
«Impactó muchísimo. Es un niño que juega al fútbol como cualquier otro y de buenas a primera le comunican a los padres que Borja tiene un tumor y además no es benigno. De competir un domingo a recibir la fatal noticia el martes o el miércoles siguiente. El mundo se viene encima», señala Sebastián Herrera, quien hace años ya que libró una batalla contra esta cruel enfermedad.
«Borja es el primer hijo de un joven matrimonio de Jerez de la Frontera que tiene otro niño de cuatro años de edad. Su padre es un agente de la Policía Nacional y su madre también trabaja. Lo que viene a ser una familia normal que de la noche a la mañana se ve inmersa en esta situación. Es lógico que los primeros días se vengan abajo y no entiendan muchas cosas. ¿Hay alguien que pueda entenderlo?», apunta Sebas.
Por eso el mítico técnico trebujenero no dudó en acudir a ayudar a Borja y su familia en un aspecto muy importante: sacar una sonrisa. «Para mí ha sido un impacto muy fuerte. Recién salido de la muerte del pequeño José Antonio Garrido, ahora aparece el caso de Borja. No me esperaba encontrarme otro caso así, pero me pidieron ayuda y ahí tengo que estar con ellos. Por mi propia enfermedad sé lo que significa todo esto, así que es imposible mirar hacia otro lado», relata. Y puntualiza: «Ahora hablamos todos los días, nos mandamos mensajes y audios. Hay que estar ahí».
La lucha continúa
En estos momentos, Borja ya ha recibido la primera sesión de quimioterapia en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, y las defensas están muy bajas. Ya se prepara para afrontar la siguiente sesión.
Por eso el factor moral y motivacional es fundamental para afrontar tan duro momento. «Cada vez que Borja recibe un vídeo y una camiseta, su ilusión es enorme. Y si es de jugadores antiguos que no conoce, pregunta quién es e investiga», señala Sebas.
La lista es enorme y casi innumerable, y a buen seguro que irá creciendo con el paso de los días. «Joaquín ya le ha mandado un vídeo. Él siempre está dispuesto a todo y le dará su camiseta cuando tenga la oportunidad. Ya demostró de qué pasta está hecho cuando le tocó a José Antonio Garrido y ahora vuelve a estar al pie del cañón», comenta este experto en fútbol de cantera.
Y Sebas va más allá: «Borja también ha recibido vídeos de Iker Casillas, Carvajal y Pedri o una camiseta de Diego González. También los jerezanos Javi Hernández (Girona) y Zelu (Badajoz) se han puesto en contacto con él. Por ahora son unos 25 o 30 jugadores los que han mostrado su apoyo al pequeño Borja».
Real Madrid, Cádiz, Sevilla...
También a nivel de clubes. «El Real Madrid ya le ha invitado a Valdebebas a un entrenamiento de la primera plantilla, así que viajará a Madrid cuando esté en condiciones da hacerlo. También Manuel Vizcaíno, presidente del Cádiz CF, le ha invitado al estadio Carranza. Incluso Monchi se ha puesto en contacto con él y con su familia. Son muchos», asegura el de Trebujena.
Un subidón de moral en tiempos tan convulsos para Borja y su familia. «Hay que dar las gracias porque el mundo del fútbol es generoso y solidario. Sacar esa sonrisa es el mejor regalo posible en estos momentos».
Por último, Sebas reza y espera que Borja pueda recuperarse y volver a dar patadas a un balón, regatear a sus rivales y marcar goles. «Parece que va mejor de lo esperado al principio, cuando todo era muy alarmante. Es un linfoma de tipo B y hay cierta esperanza. Obviamente, toca luchar y esperar, pero jamás arrojaremos la toalla». Su recuperación sería, sin duda, el gol más celebrado de todos.