Fútbol Sala
«Era ahora o nunca para arbitrar la final del Mundial»
ENTREVISTA A JUAN JOSÉ CORDERO, ÁRBITRO INTERNACIONAL DE FÚTBOL SALA
«Fue una responsabilidad enorme, pero salimos muy contentos del encuentro», apunta sobre el Brasil - Argentina celebrado en Uzbekistán
«Si he llegado a lo más alto en el mundo del arbitraje es gracias a mi familia», asegura el colegiado portuense
Juan José Cordero arbitró la final del Mundial de fútbol sala
El Test: 10 preguntas para conocer a Juan José Cordero
Cuando Juan José Cordero Gallardo (El Puerto de Santa María, 18 de junio de 1978) cogió el silbato por primera vez a principios de los 90 ya sabía lo que le esperaba. O al menos se lo imaginaba porque de casta le viene al galgo.
Su padre era árbitro y su padrino también, incluso uno de sus primos. Desde bien pequeño este portuense estaba muy ligado al esférico, aunque desde el prisma menos popular. Porque el 'trencilla' suele ser el gran incomprendido, el que siempre comete el error y el que nunca gana.
Aun así decidió dar el paso y convertirse en el juez de la contienda. Sabía que no iba a ser sencillo y lo ha podido experimentar en primera persona durante más de tres décadas en la que el esfuerzo y la dedicación han estado a la orden del día. Así, paso a paso y con una voluntad inquebrantable, ha ido cumpliendo sus sueños. Superando las barreras, solventando los inconvenientes y contando con el máximo apoyo de los suyos, de esos que siempre están ahí.
Árbitro en la elite del fútbol sala nacional desde hace 21 años, este portuense del barrio de Malacara ha sido designado dos veces como el mejor árbitro de fútbol sala del mundo (2019 y 2021) y ha arbitrado finales de todo tipo a nivel nacional hasta dirigir la del Europeo y, por último, la del Mundial.
Y es que Juan José Cordero y su compañero Alejandro Martínez Flores (ambos ya formaron pareja en el Mundial de Lituania 2021 y también en los Europeos de 2018 y 2022) fueron los elegidos para arbitrar la final del Mundial de Fútbol Sala celebrado en Uzbekistán hace poco más de un mes, el pasado 6 de octubre. Brasil se coronó campeón al ganar 2-1 a Argentina en el clásico sudamericano.
Humilde, cabal, íntegro y cercano, Juan José Cordero atiende a LA VOZ para analizar una trayectoria en la que ha conseguido todas sus metas. Un sueño hecho realidad que no acaba aquí porque este domingo a las 12.30 horas arbitra junto a Pedro Carrillo Arroyo la cita de Primera División entre Industrias Santa Coloma y Osasuna Magna Xota.
- ¿Qué tal? ¿Cómo se encuentra?
- Pues aquí descansando un poco después de tanto estrés, ya que han sido 36 días en Uzbekistán, a muchísimos kilómetros de casa. Ya estoy de vuelta a la vida diaria y continúo con el arbitraje, ya que la Liga Nacional de Fútbol Sala comenzó hace dos semanas y este fin de semana volvemos a arbitrar. Las pilas están cargadas para la competición nacional y estoy muy contento por lo conseguido.
- Para aquellos que no lo conozcan, ¿quién es Juan José Cordero Gallardo?
- Juan José Cordero Gallardo es una persona muy humilde de 46 años, que nació y se crió en El Puerto de Santa María. Se vinculó al arbitraje desde los 14 años de edad gracias a su padre, que era árbitro. En definitiva, una persona muy normal que vive con su mujer y con sus dos hijos pequeños, que tiene su trabajo y que los fines de semana cuenta con la gran suerte de poder salir a arbitrar a nivel nacional o territorial.
- ¿Cómo empezó esta aventura en el mundo del arbitraje?
- Ya han pasado 32 años desde entonces. Yo quería seguir los pasos de mi padre cuando él un verano me comentó la posibilidad de arbitrar. Los primeros partidos fueron en los Juegos Deportivos Municipales de El Puerto y en las ligas de verano de la Asociación de Vecinos. Con 14 años era un 'hobbie' para un chico que tenía su colegio, iba a la playa y demás. Entonces los fines de semana me dedicaba a arbitrar partidos de formación y así empezó todo, con normalidad.
- Se puede decir entonces que su padre fue clave en esta vida dedicada al arbitraje, ¿verdad?
- Sin lugar a dudas que es así. Mi padre, mi padrino y uno de mis primos fueron árbitros, y yo empecé gracias a ellos.
- ¿Le gustaría que alguno de sus hijos continuara con la tradición?
- Claro que me gustaría que continuaran con esta bonita historia. Mi hijo mayor lleva acompañándome dos años a los Juegos Deportivos Municipales, que es donde yo empecé. Si algún día quiere, le gusta y le interesa, yo le apoyaré. Me gustaría que fuese árbitro, pero siempre respetaré la decisión que él tome. Eso está por encima de todo porque es su vida.
- Usted trabaja como Oficial de Primera en el mantenimiento de instalaciones deportivas en El Puerto de Santa María. ¿Es difícil compaginar su trabajo con la actividad arbitral a nivel profesional?
- El arbitraje de fútbol sala no es profesional y supone que tienes que buscar tiempo para entrenar y para compatibilizarlo con tu vida laboral. A veces es bastante complicado porque hay que cambiar turnos y solicitar vacaciones. Estar 36 días en Uzbekistán ya se sabe lo que significa en un trabajo normal.
Ahora bien, tengo la inmensa suerte de haberlo podido compatibilizar. Ha sido posible gracias al apoyo de mis compañeros, que han hecho posible los cambios de turno. A ellos les debo mucho.
Por otra parte, hace pocos días estuve con José Ignacio González Nieto, el edil de Deportes del Ayuntamiento de El Puerto. Él estuvo hablando mucho conmigo durante el Mundial y me siguió bastante. Siempre me ha ayudado y cuando he solicitado algo para facilitar mi labor arbitral, ellos me lo han concedido.
- Pero si Juan José Cordero ha llegado a lo máximo en el arbitraje de fútbol sala es gracias a...
- Mi familia. Yo me sacrifico personalmente en entrenamientos y viajes, pero lo disfruto. Ahora bien, lo que nadie ve ni conoce es la otra parte, el sacrificio personal de tu familia, de tus dos niños pequeños y tu mujer, a los que dejas 36 días sin su padre y marido. O cuando los fines de semana sales a arbitrar y estás un día y medio fuera... No hay vida para agradecérselo.
- La dedicación al mundo del arbitraje es muy alta.
- Y tanto. Es un sacrificio físico, de preparación, de aprendizaje... No hay ningún día de mi vida que no piense en algún tema arbitral. Hay entrenamiento físico, análisis de vídeos con la Federación Gaditana, reuniones con UEFA, FIFA o Comité Técnico Nacional... Eso es prácticamente todos los días.
La dedicación al arbitraje de fútbol sala es muy alta. Hay que estar al día de todo y reciclarse en cuanto a las nuevas normativas y criterios. Es la única opción para estar al 101 por ciento.
Más de dos décadas en la elite
- Si le hablo del año 2003, Carnicer Fiat Torrejón - Lobelle Santiago, ¿qué me dice?
- Fue mi debut en Primera División en Torrejón de Ardoz. Han pasado 21 años y siempre lo recordaré. Son cosas que no se olvidan y me acuerdo perfectamente.
- ¿Cuándo se convirtió en árbitro internacional?
- Soy árbitro internacional desde el 1 de enero de 2014. A nivel arbitral hay tres categorías a nivel internacional y se va ascendiendo en función de las actuaciones. Primero son categorías más inferiores hasta que llegas a la categoría Elite que te permite ir a una Eurocopa o a un Mundial.
- Y ha conseguido ambas cosas...
- Sí. En el año 2022 arbitré la final de la Eurocopa y faltaba la final del Mundial, que era esta temporada o nunca. Después de esto estoy muy satisfecho porque he conseguido todo lo que alguna vez soñé como árbitro.
- ¿Y qué tal fue la experiencia?
- Fue una experiencia muy positiva y un gran premio que tuvimos y que no lo esperábamos. Salimos muy contentos del encuentro y el logro es inolvidable. Estoy muy orgulloso por mí, por mi compañero y por el colectivo arbitral español.
- ¿Era un partido diferente ese Brasil - Argentina? ¿Sentía la responsabilidad?
- Arbitrar la final del Mundial es una responsabilidad enorme. La FIFA y la UEFA te hacen un seguimiento exhaustivo y te notas con mayor tensión y responsabilidad durante el campeonato. Y eso que es un partido, que es lo que llevas haciendo 30 años y es lo que dominas, pero en el previo se notaba la tensión. Es algo diferente.
- ¿Pensaba que iba a alcanzar esta meta cuando empezó en el mundo del arbitraje?
- Lo veía bastante difícil. Son fases que vas cumpliendo y tienes un sueño a la hora de conseguir metas y llegar a lo máximo, pero arbitrar una final de la Eurocopa o del Mundial era impensable.
- Si lo ha conseguido no es por casualidad. Ya había sido designado dos veces como el mejor árbitro de fútbol sala del mundo.
- Así es. En 2019 y 2021 fui designado dos veces como el mejor árbitro del mundo. Poco a poco he conseguido todos los objetivos que me he ido marcando.
El árbitro, el gran incomprendido
- ¿Es el árbitro el gran incomprendido en el deporte?
- Por supuesto que el árbitro siempre es el más incomprendido en el deporte. Eres el único que te equivocas, el que no tiene amigos y el que está en el foco de los errores. Pero nosotros lo interiorizamos y es parte de nuestro trabajo. Está asumido desde hace muchos años.
- ¿Y qué le dice a todo aquel que quiera ser árbitro?
- Soy responsable de reglas de juego junto con mi compañero Pedro en la provincia de Cádiz y a todo el que llega a la Federación para iniciarse en el arbitraje le decimos lo mismo: primero están el compromiso, el trabajo y la ilusión, que son tres valores innegociables para conseguir algo.
- El fútbol sala en El Puerto tiene representantes muy potentes. Entre usted, Eloy Rojas...
- Eloy Rojas es un jugador inmenso. Cuando yo empecé a nivel local había muchas ligas y competiciones, y aunque con la llegada del Fútbol 7 se paró un poco, la pasión por el fútbol sala continúa. Aquí hay muchos equipos federados a nivel masculino y femenino, muchos más que hace cuatro o cinco años.
- Y a nivel provincial también hay gran nivel, ¿no es así? ¿Qué falta para que haya un club de la provincia de Cádiz en las grandes divisiones?
- Conozco muy bien a Xerez Toya Nimauto y CD Virgili Cádiz, conozco a sus directivas, entrenadores (Isco Torres y Luis Jara), jugadores... El Xerez estuvo a punto de ascender y no lo hizo por un gol al final en Lugo. El Virgili se ha reforzado muchísimo. Es una pena que ambos no estén como mínimo en Segunda División porque tienen nivel deportivo y de seguimiento de fútbol sala. Espero que lo consigan. El Xerez está en condiciones de hacerlo y espero que el Virgili dé un pasito al frente.
Y sin olvidar al Guadalcacín Femenino en Primera, que también hace una grandísima labor.
- Son innumerables los jugadores que salen de esta zona (Eloy Rojas, Aicardo, Joselito, Elena Aragón...)
- En la provincia de Cádiz hay mucho talento. Si analizamos la Primera y Segunda Masculina y Femenina, se sacaría un equipo fuerte de jugadores de la provincia.
Además tal es el nivel que cada vez hay más equipos federados. La Liga Provincial Sénior, que hace cinco años ni existía, ha llegado a once equipos. Las categorías femeninas han subido muchísimo, ya que hace 10 o 15 años nada más que había una categoría sénior y ahora hay categorías base. Para nosotros cada semana es más complicado hacer las designaciones arbitrales porque tenemos más encuentros. Se está creciendo mucho.
- Por cierto, su adiós al silbato se acerca. ¿Seguirá vinculado al arbitraje de una u otra manera cuando llegue la retirada?
- En estos dos años, hasta los 48 años, voy a intentar terminar el ciclo. A partir de ahí no me veo sin hacer nada con algo relacionado con el arbitraje. Seguiré vinculado a la Federación o en otra faceta. Ahora quiero seguir disfrutando en estos dos años que me quedan, seguir emocionándome cada vez que cojo un silbato y dos tarjetas, y ya lo pensaré bien cuando llegue el momento de la retirada. Sí puedo decir que después de 32 años no me veo en mi casa sin hacer absolutamente nada relacionado con esto porque es mi vida.
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