Premier League
Wenger, el mesías del Arsenal que se quedó sin brillo
La posible renovación del técnico llega en medio de la polémica por la ausencia de títulos y el fracaso en la Champions
¿Se ha acabado el crédito de Wenger al frente del Arsenal? Así es para una gran mayoría de aficionados, pero no parece que piense lo mismo la directiva del club londinenses, que a pesar del fracaso continuado en Europa quiere renovar una temporada más al técnico francés.
Obstinación o confianza. Depende de cómo se mire, aunque lo cierto es que la estela que Wenger ha dibujado con el Arsenal en los últimos años dista mucho de lo que se esperaba de él cuando aterrizó en el ya desaparecido Highbury.
Fue allí donde el galo logró sus mejores éxitos al frente del banquillo de los «gunners». Once títulos en apenas nueve años que devolvieron la sonrisa a los aficionados del club y situaron al Arsenal entre la nobleza del fútbol europeo.
Wenger, un semidesconocido mánager que había pasado por el fútbol francés y japonés, llegó a Londres en septiembre de 1996 para hacerse cargo del área deportiva del Arsenal. Tras una primera campaña en la que se quedó fuera de las Champions, llegó un éxito de otra época para el club. Un doblete (Premier y FA Cup) que cimentó su permanencia en el equipo y le situó en las quinielas para dirigir a los mejores de Europa. Entre ellos, un Real Madrid que preguntó por él en repetidas ocasiones sin obtener una respuesta afirmativa.
El modelo de Wenger, atractivo en su origen, se ha ido quedando obsoleto con el paso de los años . La política de fichajes, basada en la búsqueda de jóvenes talentos a los que dar confianza sin pensar en el éxito inmediato, se le ha atragantado en la última década. Su ojo para atraer a jóvenes estrellas -Vieira, Henry, Anelka, Overmars o Cesc- ha ido perdiendo tino, lo que ha obligado al club ha iniciar una política de fichajes más tradicional. Gasto que se ha disparado en los últimos años sin que se transforme en títulos importantes.
En total, el Arsenal ha desembolsado en estos 21 años algo más de 800 millones de euros , la mitad de ellos solo en las últimas seis temporadas. Una muestra de las urgencias y del cambio de política del club desde 2012.
En el césped, los éxitos se acabaron hace tiempo. La última Premier, de las tres que ha conseguido, data de 2004 , un año antes de que se lograra el doblete (FA Cup y Community Shield) que dio inicio a un sequía de ocho años sin títulos.
Para cualquier otro, eso hubiera significado el despido, pero no para Wenger, cuyo crédito parece infinito . A esa mala racha, se unen ahora las siete eliminaciones consecutivas en octavos de la Liga de Campeones, la última, de manera humillante ante el Bayern con un 10-2 en el global de la eliminatoria.
A sus 67 años, el aura mística que acompañaba a Wenger en cada partido se ha acabado. Los clubes de Europa ya no suspiran por él y es el galo el que debe ofrecerse para salir con dignidad del Arsenal. Un deseo que comparten los aficionados del Arsenal y que se vio reflejado en las pancartas mostradas en el Emirates durante el choque ante el Bayern. Adiós al mesías que llegó hace 20 años y cuyas expectativas siempre fueron más altas de lo que consiguió en el césped.