Caso Rubiales-Piqué
La vicepresidenta de integridad se marchó para no ser un cargo hueco
Ana Muñoz Merino abandonó la Federación poco después del acuerdo de la Supercopa en Arabia
Uno de los nombres que han asomado en el controvertido vínculo comercial entre Luis Rubiales, presidente de la Federación de la Fútbol, y Gerard Piqué, emblema del Barcelona y comisionista en la Supercopa a través de su empresa Kosmos, es Ana Muñoz Merino, antigua vicepresidenta de integridad y ética del organismo federativo. Muñoz, que declinó realizar declaraciones a ABC, fue de las pocas personas en la Federación que no comulgó con la intermediación de Piqué en la gestación de la nueva Supercopa. Dimitió en diciembre de 2019, pocas semanas después de hacerse público el acuerdo con Arabia Saudí, si bien su lista de funciones como responsable de un nuevo departamento en el centro neurálgico del fútbol había quedado muy restringida y casi vacía de contenido .
Rubiales se refirió ayer a Ana Muñoz en su alocución ante la prensa. «Respeto a Ana, estuvo aquí, trabajó a su manera, hubo algún conflicto , pero decidió marcharse y no tuvo nada que ver con la Supercopa. Hizo un trabajo profesional que agradecemos, no por problemas con el informe ético de la Supercopa, que fue favorable».
Muñoz, que es catedrática de derecho financiero, y fue directora de la Agencia Antidopaje Española y directora general en el Consejo Superior de Deportes (la número dos del organismo), inquirió detalles sobre el contrato de Gerard Piqué. En una junta directiva presidida por Rubiales, ella requirió el acuerdo escrito en su totalidad para que su departamento lo analizase . Pretendía conocer el contenido porque entendía que generaba un conflicto de intereses contrario al código ético de la Federación y de la FIFA. La petición no tuvo éxito y la exvicepresidenta lo reclamó por correo electrónico al secretario general, Andreu Camps. Ese email ha aparecido ahora, casi tres años después, en la información que reveló ‘El Confidencial’.
Muñoz llegó a la vicepresidencia de la Federación después de abandonar el Consejo Superior de Deportes y a requerimiento de Luis Rubiales, que en primera instancia la ofreció la secretaría general del organismo y, ante la negativa de la catedrática, más tarde la propuso dirigir el nuevo departamento de integridad y ética, que nunca había existido en los años de vida de la Federación.
Según ha sabido ABC, el detonante de los conflictos a los que hizo alusión Rubiales ayer fue una propuesta de sanción a Busquets , uno de los capitanes del Barcelona que, según entendió el área de integridad de la Federación, se había extralimitado en sus críticas a los árbitros, otro estamento que depende de Rubiales y su directiva. El presidente se enojó sobremanera en una reunión del 16 de diciembre de 2019 y ante sus directivos reprendió a Muñoz por un próximo partido trascendental del Barcelona y la posible sanción a Busquets.
Otro de los asuntos en los que colisionaron Rubiales y Muñoz fue el de Andreu Subiés, expresidente de la Federación Catalana de Fútbol, quien fue detenido el 30 de octubre de 2018 por la Guardia Civil acusado de acciones corruptas en favor propio con fondos de la institución. Subiés fue acusado de delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental. Según el sumario de su caso, se aprobaron varias partidas presupuestales dirigidas a reformar las sedes de la federación catalana en Barcelona, Tarragona, Sabadell y Vilafranca del Penedès. Según la investigación de la Guardia Civil, Subiés habría desviado fondos de estos presupuestos para fines particulares , relacionados con un restaurante familiar y su propio domicilio.
En la junta directiva de la Federación celebrada para tratar este caso, solo Ana Muñoz votó a favor de que Subiés dimitiera de sus cargos.
En su labor al frente de integridad y ética, Muñoz Merino impulsó la operación Oikos, al recibir una alerta de la UEFA en sus indicadores de apuestas por un posible fraude. La operación desveló una trama en la que Raúl Bravo y Carlos Aranda llevaban años amañando partidos de fútbol con fines lucrativos en las apuestas, según recogen las pesquisas de los cuerpos de seguridad.
Ana Muñoz, que se marchó en el invierno de 2019, sí se ha expresado en las redes sociales. « Nadie puede decir en mi nombre por qué dimití, y menos por qué no lo hice . Soy la única dueña de mis silencios, y responsable, siempre, de mis palabras y mis actos».