Theo Hernández, el resurgimiento

En el verano de 2018, la carrera de Theo Hernández (Marsella, 1997) parecía perderse en el limbo de la mundanidad después de tres infructuosas campañas en el Real Madrid. Como tantísimos otros grandes talentos a los que la falta de profesionalidad, las lesiones o la fortuna, les habían obligado a incumplir las expectativas, el hispano-francés se vio con solo 20 años ante la necesidad de irse cedido para regresar a la senda de su camino.

La Real Sociedad dejó a un lado las excentridades del joven Theo y confió en recuperar al carrilero izquierdo que había maravillado a la Liga con el Alavés , ese futbolista que había engatusado a la dirección técnica del Madrid con su descaro, su velocidad y su zurda. Pero el lateral, muy lejos del nivel de confianza desempeñado en Vitoria, dejó un sabor de boca agridulce en San Sebastián. Pese a sus destellos ofensivos (cada vez más tímidos), Hernández flaqueó continuamente en la faceta defensiva, y el balance de su temporada estuvo lejos de ser óptimo. Ante otro paso atrás del marsellés en su temprana trayectoria, el conjunto blanco decidió traspasarle definitivamente. Así, con 21 años y a cambio de 21,5 millones de euros, Theo se unió a las filas del un gigante en reconstrucción, el A. C. Milan .

Contra pronóstico, en la capital lombarda, Hernández se reencontró con la estabilidad, la titularidad perenne y, como consecuencia, con su mejor fútbol. Además, desde el primer momento contó con la confianza plena de Pioli y Maldini , un factor indispensable para atacar la banda izquierda sin complejos, para ser indiscutiblemente uno de los mejores hombres de ataque de la Serie A a pesar de partir desde la defensa. El impacto de Theo en el ataque milanista se asemeja al de Marcelo en sus años lozanos en el Bernabéu: el verde se inclina y la banda izquierda se convierte en el epicentro del peligro ofensivo del equipo.

El resurgimiento de Theo coincidió con el despertar del Milan, un equipo que llevaba ocho años sin participar en la Champions y que poco a poco está volviendo a mirar a la cara a su historia. Con Hernández, Brahim e Ibrahimovic como estrellas, el conjunto 'rossonero' peleó el Scudetto al Inter en el curso pasado y se clasificó para la Copa de Europa, una competición que otrora levantó en siete ocasiones.

Los números le avalan, 16 goles y 17 asistencias en 90 partidos de rojinegro, pero la relevancia de Theo en el fútbol italiano va más allá de la estadística, y la convocatoria con la selección era una consecuencia lógica y normal. Pese a que había renunciado a jugar con la sub-21 francesa en una época en la que dudó en decantarse por la española (posee la doble nacionalidad), el carrilero había manifestado en el último año su deseo de vestir la 'bleu' junto a su hermano Lucas, central del Bayern Múnich y también ex del Atleti.

La esperada llamada de Deschamps llegó en septiembre y Theo no decepcionó: debutó con garantías en la victoria de Francia ante Finlandia en un encuentro de clasificación para el Mundial, donde disputó los 90 minutos. Sin embargo, su estallido llegó el pasado jueves, cuando en las semifinales de la UEFA Nations League ante Bélgica culminó la remontada de su equipo con un gran disparo lejano a la escuadra izquierda de Courtois. Un gol decisivo , un gol que mandaba a los suyos a la final de la competición.

En su querido Guiseppe Meazza , mañana ante España (20.45, La 1), en la segunda final de la historia de la bisoña Nations League, un desatado Theo Hernández se postula como titular ante los de Luis Enrique ; un peligro ofensivo más en una selección repleta de pólvora.