La Liga
Tatuajes atléticos, corazón del «Lega»
En el estadio de Butarque se vivió un derbi atípico y un partido histórico, el debut del Leganés en Primera
Ahora hay otro derbi madrileño en Primera División : el Leganés-Atlético de Madrid. Antes de que entrara la noche, esta localidad de 180.000 habitantes ya estaba teñida de blanquiazul y también de rojiblanc o. Los vecinos aún estaban atónitos con el encuentro que se iba disputar allí. «Un sueño hecho realidad», así lo definían gran parte de los aficionados. Anoche daba igual de quién se fuese aficionado, lo que importaba era que se iba a escribir un nuevo capítulo en la historia del fútbol. [ Crónica del Leganés-Atlético ]
Los diferentes seguidores se amontonaban cerca de las puertas del estadio municipal de Butarque . Sin ningún bar donde cobijarse en las horas previas, los alrededores estaban colapsados. Cada uno esperaba como podía y se notaba quién era novato y quién no. «Aquí tienes que venir servida de casa», comentaba una aficionada del Leganés con más de diez años de experiencia en Butarque.
Aquí todos se conocen, aunque sea de vista, porque el Leganés ha sido muchos años el equipo «del barrio» . Toda la afición blanquiazul que estaba allí comenzó a murmurar cuando pasó un señor de unos 65 años, camiseta azul, pantalones grises con tres periódicos bajo su brazo y una botella de agua. Parecía que andaba por su casa, y es que era así. «Es el socio número 7. Todavía conserva su primer carné, de cuando eran rojos y de cartón», comenta un aficionado que vestía la camiseta del «Lega» de hace seis temporadas.
«Tú te crees que se puede venir así vestida a ver el fútbol», bromeaba un aficionado que vestía una camiseta del Leganés. La chica, vestida del Atleti y con cara de incredulidad, aún no se había percatado de los dos tatuajes que tenía este señor. «Tengo el corazón dividido», intentó excusarse la joven . Entre risas, fue cuando el seguidor pepinero se giró para que la chica pudiera ver sus gemelos: en uno, el escudo del Atleti; en el otro, Neptuno con una bandera rojiblanca.
Hay quien lo vio como una oportunidad para conocer a sus ídolos. Decenas de niños con las camisetas de Torres y Griezmann (y alguno con la camiseta del Leganés), se colocaron por la entrada del autobús. Poco pudieron hacer ante tanta seguridad. A los primeros cantos de «Atleti, Atleti», un veterano jugador contestó: «El último que dijo aquí que era del Atleti acabó en la charca, vosotros sabréis…». Fue entonces cuando el «Leganés, ale; Leganés, ale, ale» comenzó a sonar cada vez más fuerte.
Una vez dentro destacaban las estampas familiares. Abuelos, padres e hijos . Todos uniformados con la misma camiseta. También hubo un pequeño despistado con la camiseta del Real Madrid que también ovacionó al Leganés cuando salió al campo. Daba igual la camiseta que vistieras, ayer el protagonista era el Leganés.
Tampoco importaba el resultado. Había que aprovechar que a la casa del Leganés ahora empiezan a visitarle los mejores y su afición pepinera estará aquí para apoyarles en esta temporada de ensueño en Primera división. Así lo demostraron cantando a toda voz su himno, tiñendo medio estadio de blanco y azul y animando con cada pase de su equipo: «Donde quiera que se encuentre, allí estaremos presentes. Lega, Lega, Lega, Lega...¡Leganés!».