¿La tarjeta amarilla más rápida (y ridícula) de la historia?

Quizás había alguna cuenta pendiente entre ambos, o al futbolista tan solo le pareció exagerado tener que sacudir la mano con tantos árbitros, uno detrás de otro. El caso es que en pleno saludo de su equipo a los jueces decidió que al último de ellos no le saludaría . Y lo hizo además con un evidente gesto de desprecio.

Un comportamiento que no le gustó nada al árbitro agraviado, que sorprendido señaló al autor del desprecio y denunció inmediatamente su actitud al árbitro principal .

Después de explicar a su compañero con gestos cómo el futbolista le había retirado la mano en el momento del saludo, el colegiado principal no lo dudó un instante y decidió sancionarle con una tarjeta amarilla. Una de las más rápidas y absurdas que se han visto nunca, pues ni siquiera había comenzado a rodar la pelota .