El soccer se convierte al fútbol
Estados Unidos, hasta hace poco destino de retiro para las grandes estrellas europeas, comienza a exportar prometedores futbolistas hacia los clubes de élite del viejo continente
Como decía Sheldon Cooper, personaje principal de la serie Big Bang Theory, «a los tejanos nos gusta todo tipo de fútbol, menos el europeo, al que consideramos un complot comunista». Lo cierto es que soccer , como los locales llaman al fútbol tradicional, nunca ha sido considerado como un deporte influyente en los Estados Unidos. «El fútbol allí se asocia a un deporte para niños, con menos contacto físico que el americano» , comenta el periodista Paco López y analista en la web de scouting Driblab , que ha seguido con gran interés tanto la MLS como el papel del fútbol en el país norteamericano. «Es verdad que el nivel, sobre todo en defensa y porteros era muy bajo. Seguramente los jugadores que producen un cambio son David Beckham , que llegó a un gran nivel, y Robbie Keane . Esto llama la atención de futbolistas de nivel medio y la liga empieza a crecer desde ahí», asegura López. «El fútbol, como deporte, está bastante generalizado, tanto en las comunidades donde hay una gran herencia latina como en las de tradición anglosajona, pero es más un hobby», explica a este periódico.
Muchas estrellas profesionales empezaron a tender puentes para unir ambas culturas futbolísticas. Hugo Sánchez fue la primera en cruzar el Atlántico en la temporada inaugural de la MLS , en el año 1996. Henry, Kaká, Villa, Ibrahimovic , Gerrard, Rooney o Drogba le siguieron, aunque eso sí, como éxodo para acabar sus carreras. «Al final estos jugadores son los que te ayudan a consolidar el producto, pero el nivel a veces fue bajo, como el de Pirlo o Lampard. También muy bueno, como el de Zlatan», comenta el periodista. Pero esto, como cuenta López, ayudó a que el soccer cobrase notoriedad, y tanto MLS como la formación de jóvenes se fortaleciesen. «Vemos cómo en la Dallas Cup hay un gran número de ojeadores internacionales y grandes talentos precoces. Es lo que ayuda a que el fútbol en Estados Unidos pase de hobby a profesional », prosigue López, que además recalca cómo clubes, como el Atlanta o Los Angeles, han intentado atraer a los talentos sudamericanos. «En los Los Ángeles tenemos a Vela, que es una estrella, pero también jugadores como Diego Rossi o Almirón , que ha acabado en el Newcastle, y ven a la MLS como un buen paso antes de embarcarse hacia Europa».
En los últimos años, los grandes clubes, para evitar los cada vez más prohibitivos traspasos, se apresuran para firmar a futbolistas jóvenes antes de su eclosión. Y Estados Unidos ha comenzado a exportar prometedores jugadores , desde la cantera de los clubes o desde la propia MLS, que han encontrado su nicho en el viejo continente. «Al fútbol, la pandemia le obliga a buscar alternativas. Las inversiones en fichajes este año han bajado cerca de un 40% en las grandes ligas europeas», puntualiza López. Alemania, que cuenta con un entorno más «estable y con menos competidores» que la Premier League , ha sido un destino habitual para jugadores norteamericanos en los últimos años, como el caso de Chris Richards del Bayern o Tyler Adams del Leipzig . «La Bundesliga cuida esto, no solo con jugadores del otro lado del Atlántico. Por ejemplo, tiene un convenio con Japón para que sus jugadores vengan a Alemania a formarse y a jugar», asegura López. En clave estadounidense, un caso primerizo y algo excepcional fue el de Christian Pulisic , de abuelo croata, que despuntó en las categorías inferiores y en el primer equipo del Borussia Dortmund y fue traspasado al Chelsea en enero de 2019 por 64 millones de euros.
Davies y el fenómeno Dest
Pero seguramente el traspaso que puso a la MLS en boca de todos fue el de Alphonso Davies , traspasado por 18 millones a l Bayern de Múnich . El fenomenal lateral izquierdo canadiense, que ocupó muchas de las portadas en el ya histórico 8-2 que el equipo bávaro le endosó al Barcelona, jugaba en los Vancouver Whitecaps y debutó en el equipo con tan solo 15 años. Ahora está valorado en ochenta millones de euros y es la envidia de todos los grandes clubes europeos.
Curiosamente, el Barcelona, pese a ser en los últimos meses noticia más por sus problemas internos y deportivos que por los éxitos que se le presuponen, consiguió imponerse al club alemán en el fichaje de Sergiño Dest, lateral diestro del Ajax de 19 años que, hijo de estadounidense pero holandés de nacimiento, juega para la selección de Estados Unidos. Ni siquiera Koeman pudo convencerle de jugar con los Países Bajos. «Esta es una señal importante para los jóvenes estadounidenses. El escudo del Barcelona es reconocible, y ver a Dest allí, les enseña que la nacionalidad no es un impedimento para llegar a los grandes clubes europeos», contextualiza López. No en vano, el lateral, de nombre y pie brasileño, aseguró recientemente que «ojalá esto motive a más jugadores de mi país».
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