LaLiga
Los dos de siempre y el Atlético
Real Madrid y Barcelona, favoritos por obligación, asumen la competencia del conjunto de Simeone en una Liga sin grandes fichajes
En plena explosión olímpica, con la gente despistada entre las gestas de Rafael Nadal y Marc López, Mireia Belmonte, las piraguas, el atletismo y el último trago en el chiringuito, empieza la Liga , casi sin avisar, pistoletazo clandestino a una temporada más sin apenas digerir lo que ha sido la anterior. Los veranos con torneo gordo de por medio, como es la Eurocopa, suponen un empacho para el espectador, que todavía no tiene claro si las lágrimas de Portugal en París forman parte del pasado, pues únicamente ha transcurrido algo más de un mes de ese episodio. Con la sombrilla a cuestas, para mucho hoy vuelve lo serio, hoy vuelve el fútbol de clubes.
Desde hace tiempo, la Liga ha pasado a ser una batalla desigual, diferencias muy marcadas por el dólar que únicamente ha podido resistir el Atlético de Madrid . En ese torneo bipolar, concepto que se exprimió hasta aburrirlo casi tanto como la propia competición con esas distancias siderales entre dos y el resto, Barcelona y Real Madrid siempre son los máximos candidatos a entonar el alirón, aunque se les ha pegado como una lapa el Atlético de Diego Pablo Simeone. Y he aquí el mérito de un equipo reconocible a partir de la figura de un técnico, que lleva ya tres cursos pegándose en las alturas. La estrella del Atlético está en la pizarra, y se ha ganado a pulso el estar entre los aspirantes. Esto ya es cosa de tres.
El periodo estival se ha consumido sin grandes noticias, poco probable que a Florentino Pérez le dé por sacar la chequera y complete a la plantilla campeona de Europa con algún futbolista de escaparate. En tiempos de fichajes, habituados a esas portadas de jugadores exóticos que despiertan ilusión en el forofo, no hay nombres ilustres que destaquen. Es, por decirlo de algún modo, la Liga de la austeridad, aunque austeridad y fútbol son conceptos que no casan.
El Barcelona , campeón en las dos últimas ediciones y claro dominador en los últimos tiempos con seis títulos desde que irrumpió Pep Guardiola (2008-09), vive como siempre pendiente de Messi, igual de bueno con tatuajes , con el pelo corto o de rubio platino. Apareció antes de hora en los entrenamientos y tiene muy buena pinta, líder natural que alimenta a sus socios de ataque. Luis Suárez es el gol y Neymar la fantasía, ahora en Brasil suplicando por el oro olímpico. El problema será, precisamente, cuando falte una pata del tridente, pues el cuarto atacante no llega y parece que con Munir no basta.
Ajustado el centro del campo, que además celebra el despertar de Arda Turan, se refuerza con André Gomes y Denis Suárez para sanear una línea que es básica en el conjunto de Luis Enrique. Sin embargo, en un equipo tan ofensivo las miradas van a la retaguardia, con la portería sin dueño claro y con Claudio Bravo a la espera de firmar para irse al Manchester City. La defensa se antoja más estable con Umtiti como solución a la carencia de centrales y Digne ofrece competencia en el lateral. Falta por ver cómo se lleva la pérdida de Dani Alves.
En la capital, el fichaje del Madrid es Zinedine Zidane , que ya estaba en la noche eufórica de Milán, pero que afronta su primer reto de verdad desde el inicio. Heredó lo que le dejó Rafa Benítez y se las apañó para salvar el año con la Champions, un aval suficiente para ganarse la continuidad. Para su proyecto, únicamente ha repescado a Álvaro Morata, sin que tenga garantizados los minutos en su pulso con Benzema, Bale y Cristiano, y cuenta con Marco Asensio, alegría y desparpajo para un grupo que necesita destaparse en la Liga. En el museo del Bernabéu solo hay un trofeo de los últimos siete, escaso botín para el rey de Europa.
Cerca, en el Manzanares, se vive de la ilusión que propaga Simeone , cuyo amago de huida tras el chasco de la Champions alteró los corazones de la gente del Calderón. Sigue, y eso es motivo de felicidad ya que la continuidad del éxito lo marca el argentino desde la banda. Ha comprado prendas para el fondo de armario, que el curso es muy largo, y busca en Gameiro al nueve que le faltaba.
Por detrás, el pelotón que lidera el Sevilla de Sampaoli, todavía en el horno con ese sistema tan suyo. Asoma el Valencia , empeñado en olvidar el tortuoso viaje que casi acaba en accidente la pasada temporada. El Villarreal es una incógnita después de la abrupta salida de Marcelino, al filo además del adiós de la Champions en la previa, y otros equipos prometen animar la competición con sus armas. Pinta bien el Español de Quique Sánchez Flores, el Betis de Poyet o el Málaga de Juande. A todas horas, con el espectador perdido ante la interminable oferta de lunes a domingo, vuelve el fútbol.