La selección regresará a Madrid el martes tras una noche de nervios

Una amenaza de bomba cerca del hotel de concentración disparó las alarmas

Vicente del Bosque, en el entrenamiento en el estadio de Bruselas REUTERS

JORGE A. MORENO

Después de que se hiciera oficial el anuncio de la suspensión del Bélgica-España por motivos de seguridad, la Federación Española de Fútbol (RFEF) se movía con extrema rapidez para organizar el viaje de regreso a nuestro país. La expedición volaba el lunes por la mañana a Bruselas en un avión chárter y la primera intención era regresar cuanto antes a Madrid . Sin embargo, finalmente se optó por volver este martes por la mañana a primera hora.

Pasada la medianoche, la RFEF emitía un escueto comunicado en el que confirmaba que «según ha comunicado oficialmente la Federación Belga, el partido Bélgica-España queda suspendido por motivos de seguridad». A partir de ese momento, comenzaba a desplegar la maquinaria para organizar un inmediato viaje de vuelta . Los responsables federativos contactaron primero con la tripulación del avión que por la mañana trasladaba a la selección hasta la capital belga, donde las medidas de seguridad fueron mucho más estrictas que en otros desplazamientos.

La tensión acompañaba a Vicente del Bosque y a sus jugadores a lo largo de todo el día, y la selección quedaba recluida en su hotel de concentración, que solo abandonaba para efectuar el habitual entrenamiento prepartido. Un amistoso que finalmente no se celebrará ante la amenaza real de un posible atentado terrorista. Paloma Antoranz, responsable de prensa de la selección Española, explicaba en la Cadena Cope la decisión: «La Federación belga nos ha dicho que habían recibido directrices para que el partido fuera suspendido por problemas de seguridad».

Con los jugadores descansando en sus habitaciones a la espera de recibir la orden de partir, la RFEF continuaba sus gestiones y la agencia de viajes de El Corte Inglés ponía a su disposición los autobuses para trasladar a la expedición al aeropuerto de Bruselas. Se activó la maquinaria, pero no será hasta esta mañana, sobre las ocho o las nueve, cuando se regrese en un el mismo avión de 274 plazas en el que se habían desplazado por la mañana del lunes, aunque solo 71 asientos fueron ocupados.

Amenaza de bomba

Y es que España se presentaba en Bruselas sin la compañía de varios patrocinadores que habitualmente viajan con ella. Tomada policialmente, el seleccionador y los jugadores se encontraban una ciudad en alerta roja por terrorismo y la RFEF prefería en esta ocasión una expedición lo más reducida posible. La tensión se palpó durante toda la jornada e incluso hubo una amenaza de bomba a dos kilómetros del hotel de concentración, otro de los motivos por los que se canceló el choque. Que varias personas presuntamente vinculadas a los atentados de París fueran detenidas ayer cerca del estadio que debía albergar el Bélgica-España aumentaba esa sensación de nerviosismo. Más aún que entre los arrestados no figurara Salah Abdeslam, convertido en el hombre más buscado del mundo.

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