Sandro Rosell influirá desde la sombra en las próximas elecciones culés
Josep Maria Bartomeu ha remodelado su junta directiva cuando solo falta un año para que concluya su mandato y deba convocar elecciones. Un movimiento del presidente del Barcelona para cohesionar el órgano rector en sus últimos meses al frente y desembarazarse de incómodos compañeros de viaje. Si convulso fue el inicio de su mandato, no está siendo más tranquilo el ciclo final durante un lustro en el que no ha logrado una temporada de tranquilidad. El club, sostenido en el campo por Leo Messi, se desangra en los despachos. Daños económicos, deportivos e institucionales atenazan a la actual junta directiva. La sensación de desgobierno se percibe en las oficinas del Camp Nou, pero también en corrillos de la industria del deporte, donde se cuestiona la capacidad de algunos de los principales ejecutivos azulgranas y la pérdida de influencia real.
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