Fútbol
La policía registra la sede del Oporto por fuertes indicios de corrupción
El presidente Pinto da Costa, 39 años en el cargo, puede haberse lucrado al menos con 20 millones de euros, tras intervenir la Fiscalía
La Fiscalía Anticorrupción de Portugal ha puesto en marcha una gran operación en la sede del Oporto Fútbol Club por fuertes sospechas de fraude a Hacienda , de abuso de confianza y de blanqueo de capitales. El resultado ha sido que la policía ha entrado a registrar en las oficinas del emblemático Estadio do Dragao, en medio de un ambiente tenso que se prolongó igualmente en la cercana casa del presidente, Jorge Nuno Pinto da Costa (el mismo que apostó por Íker Casillas), y en el domicilio de su hijo Alexandre. Y todo a solo dos días de la visita del Oporto al Liverpool en la penúltima jornada de la fase de grupos de la Champions, que concluirá el 7 de diciembre recibiendo al Atlético de Madrid.
El Departamento Central de Investigación y Acción Penal (DCIAP) informó de que ordenó nada menos que 33 mandatos de búsqueda , mayoritariamente en Oporto pero también en Lisboa, pues en la capital portuguesa se pueden encontrar delegaciones de la sede del histórico equipo blanquiazul. La Autoridad Tributaria y Aduanera trabaja en estrecha colaboración con la denominada Policía de Seguridad Pública, con el fin de garantizar la intervención conjunta a gran escala e intentar esclarecer los oscuros entresijos de diversas transferencias de jugadores. En total, 85 personas de uno y otro cuerpo se han dejado notar.
«Están en causa hechos ocurridos desde 2017 hasta la actualidad», señala la DCIAP, que se ha extendido hasta determinadas entidades bancarias. Las presuntas irregularidades alcanzan una dimensión internacional y afectan a comisiones que pueden ser ilegales por un valor global de 20 millones de euros , cuyo beneficiario principal sería el siempre polémico Pinto da Costa, que lleva 39 años comandando la sociedad deportiva portuense.
De forma muy significativa, las pesquisas se llevan a cabo bajo el nombre de ‘Operación Tarjeta Roja’, que se halla sujeta al secreto de sumario y tal vez prolonga sus tentáculos hasta los intermediarios que hicieron posibles varios de esos fichajes. Estamos ante la prueba de que las aguas bajan turbias en la Liga portuguesa, reducida a un triángulo integrado por Oporto, Benfica y Sporting de Lisboa .
Hace meses que comenzaron a difundirse los rumores que desembocan en la operación actual, aunque no solo Pinto da Costa está en el punto de mira, también s u colega lisboeta Luis Filipe Vieira salió por la puerta de atrás del Estadio da Luz, sustituido desde las elecciones de urgencia por el exjugador Rui Costa. El caso es que, hace seis años, la Policía Judicial portuguesa registró por tráfico de cocaína el feudo del histórico Benfica, donde logró el Real Madrid su décima Champions en 2014 frente al Atlético. Los agentes detuvieron al director del Departamento de Apoyo a los Jugadores, José Carriço, que llevaba encima casi 10 kilos de la citada droga.
En su despacho, se reunía con ciudadanos colombianos, compinches para cerrar sus lucrativos negocios ilegales . Su captura, por tanto, no sorprendió a nadie, al igual que ocurre en la actualidad. En el momento de su detención, el presunto ‘dealer’ viajaba en un automóvil oficial del bicampeón de Europa (1961 ante el Barcelona y 1962 frente al Real Madrid, en pleno apogeo de la leyenda de Eusebio, verdadero referente de los encarnados). El club se afanó en probar que se trataba de un asunto particular que nada tenía que ver con la institución, pero las pruebas parecían encaminarse en otra dirección, según acreditó la investigación del Ministerio Público de Sintra, localidad próxima a Lisboa.
Aconteció que las escuchas telefónicas realizadas determinaban que Carriço ejercía como directivo en toda regla, en un lance de difícil explicación. Por ejemplo, asumía todos los trámites burocráticos que necesitaban solucionar los nuevos jugadores del Benfica. También les buscaba casa y automóvil. El detenido llevaba varios años trabajando en el equipo ya que comenzó desarrollando labores de motorista para el presidente Vieira. Su fidelidad le fue recompensada con el ascenso, que por algo mostró su capacidad para ‘trabajar’ en todo tipo de circunstancias (por decirlo de una manera eufemística).
Las pesquisas policiales arrancaron a principios de 2015, en el marco de la denominada ‘Operación Puerta 18’, pues por ahí entraban al Estadio da Luz los individuos colombianos con quienes trataba. El atestado oficial establecía: «Ha sido desmantelado un grupo organizado que se dedicaba al tráfico de cocaína por vía aérea». Hoy, en Oporto, todavía deben desarrollarse los diferentes flecos de la ‘Operación Tarjeta Roja’ . Sin embargo, todo apunta a que Pinto da Costa tiene difícil escapatoria.
El otro vértice del triángulo, el Sporting ya realizó igualmente su particular catarsis, pues Bruno de Carvalho fue obligado a dejar su controvertida presidencia y ahora el club el club blanquiverde parece saneado desde que ha tomado las riendas, Federico Varandas. Por este motivo, el planeta futbolístico luso está pendiente de lo que sucede en Oporto, con una situación gravísima en ciernes.