Pirlo, un mito del fútbol para alegría de Cristiano

Rubén Cañizares

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

09/08/2020
Actualizado a las 00:48h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Ganar el Scudetto, algo que ha hecho la Juventus durante las últimas temporadas durante nueve veces de manera consecutiva, no es mérito suficiente para mantenerse en el banquillo «bianconeri». El equipo italiano, rey indiscutible de Italia en esta segunda década del siglo XXI, está invirtiendo muchos millones de euros verano tras verano para conquistar el objetivo real, la Champions, la que sería la tercera de la historia del club. Los 117 millones de euros por Cristiano o los 80 por De Ligt son dos pruebas de ello, y todo lo que no sea, al menos, meterse en semifinales de la competición es firmar tu despido como entrenador de la Juventus. Eso le sucedió a Sarri el viernes por la noche, cuando cayó de manera inesperada ante el Olympique de Lyon en octavos de final. Ayer, a la hora del aperitivo, el club turinés hacía oficial y público su despido.

«La Juventus Football Club anuncia que Maurizio Sarri ha sido relevado de su puesto como técnico del primer equipo. El club le agradece al entrenador haber escrito una nueva página de la historia de la Juventus, con el noveno «Scudetto» consecutivo, la culminación de una historia personal que lo llevó a lo más alto del fútbol italiano», señalaba el comunicado de la entidad transalpina, elegante a la hora de valorar el trabajo del técnico napolitano.

Pero la realidad es que la Juventus es quien es en la historia del fútbol gracias a un estilo áspero y poco vistoso, pero eficaz y sólido. Con Sarri, se intentó tener más balón, lograr un juego más asociativo y ofensivo y ofrecer una imagen más atractiva y moderna, pero su cultura del fútbol chocó de frente contra los clásicos cimientos de la Juventus. Como también fue distante y controvertida la relación entre Cristiano y Sarri , y normalmente los pulsos de los entrenadores con las estrellas suelen caer del lado del futbolista. Lo paradójico es el sustituto de Maurizio, un mito del fútbol italiano amante del buen juego y de la posesión.

A última hora de la tarde la Juventus anunciaba a Andrea Pirlo como nuevo entrenador del primer equipo para las dos próximas temporadas, justo solo una semana después de que el exfutbolista regresara a la Juventus para llevar a cabo su primera experiencia como entrenador al mando del filial. Pirlo jugó cuatro temporadas en Turín y solo le faltó ganar la Champions, torneo en el que quedó subcampeón en Berlín 2015, justo el último partido de Andrea como futbolista de la Juventus -fue derrotado por el Barça de Luis Enrique en la final-. Sí la alzó con el Milán en 2003 y 2007.

Su elección fue la mejor noticia que se podía llevar Cristiano tras el amargo adiós a la Champions ante el Olympique de Lyon. Pirlo deslumbró durante veinte años, primero en el gran Milán de Ancelotti y luego en la Juventus , convirtiéndose en el mejor centrocampista del mundo. Es un exfutbolista que conoce a la perfección su oficio y la idiosincrasia del club turinés. De personalidad introvertida y ajeno al foco mediático, su personalidad recuerda mucho a la de Zidane. Un genio sobre el verde que evitaba el halago y que, ahora como entrenador, aspira a emular las carreras de Guardiola o el propio Zinedine Zidane: «A todos nos gustaría repetir su periplo».