Fútbol
Los pecados de Valverde
El errático rumbo que está tomando el Barça preocupa a grada y directiva, que ya ve en el técnico al gran culpable
Con el Barcelona sumido en un prolongado bache, todas las miradas convergen en Ernesto Valverde , que transita por la cuerda floja desde la impactante derrota en Liverpool, agravada por el fracaso en la final de la Copa del Rey ante el Valencia. El equipo azulgrana presenta el peor arranque de los últimos años (ha perdido tres partidos, se ha quedado sin marcar en cuatro y no acaba de dar la talla fuera de casa) y ya surgen candidatos a heredar el trono culé.
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A pesar del declive azulgrana, con un juego ramplón , los resultados le mantienen en cabeza de Liga y Champions. Argumento al que se aferra la directiva para mantenerle en el cargo hasta junio. Eso sí, a estas alturas de campeonato parece descartado que ambas partes hagan efectiva la cláusula para prorrogar un año más el matrimonio que mantienen. Varios son los motivos para pensar en un relevo que esté capacitado para agitar a un equipo previsible y plano.
Ruptura con el estilo
El Barcelona ha perdido la capacidad de dominar todos los partidos, algo que era el santo y seña de los culés. La posesión o el juego hilvanado en el centro del campo son recuerdos del pasado a pesar del amalgamamiento de estrellas en la medular. El ejemplo más claro lo encarna Frenkie de Jong , llamado a perpetuar el estilo cruyffista, método innegociable en el Camp Nou. El holandés es el único que ha corrido más de 10 kilómetros en los partidos de Champions y el cuarto de la Liga que más pases buenos ha dado hacia adelante. Aún así, el neerlandés es una mala imitación del crack que jugaba en el Ajax al no encontrar los apoyos necesarios.
Fragilidad defensiva
Levantó la voz Ter Stegen tras el partido en Praga para denunciar las carencias del equipo. Una vez más había sido el salvador, como en Dortmund, donde paró un penalti, o como ante el Inter, convirtiéndose en un muro. El alemán realiza 3,5 intervenciones de mérito por partido, dato preocupante para un equipo que aspira a ganarlo todo. La presión no funciona de forma coordinada y el rival no tiene excesivos problemas para salir con el balón jugado. Además, llega con mucha facilidad y con muchos espacios cada vez que rompen las lineas azulgranas. Valverde mantiene a su dupla de centrales, compuesta por Piqué y Lenglet , sin dar minutos a Todibo ni Umtiti y cargándoles de minutos.
Nula reacción del técnico
Esta temporada le está costando a Valverde cambiar el rumbo de los partidos. Su poca predisposición a rotar o el nuevo papel que ha dado algunos jugadores ha provocado una cierta desmotivación en el banquillo que se traslada al terreno de juego. Rakitic , intocable desde que llegó al Barça, cohabita con el ostracismo. En los escasos minutos que juega parece ausente por la falta de confianza y continuidad. Se podría decir lo mismo de Aleñá , Todibo, Junior Firpo o Wagué. El canterano solo jugó media parte en San Mamés, en la primera jornada, y desde entonces ha desaparecido de los planes del técnico.
Inversión desaprovechada
En la planta noble del club no olvidan el desembolso de 345 millones de euros (podrían ser 425 con las variables) por Coutinho, Dembélé y Griezmann , con el agravante de que ninguno está triunfando ni dando el rendimiento esperado. El brasileño tuvo que marcharse cedido al Bayern, el «Mosquito» enarbola la bandera de la irregularidad y el francés no tiene encaje en una delantera que echa en falta los goles que anotaba con el Atlético de Madrid. El propio futbolista se ha quejado por tener que actuar en una posición que no es la suya . No se ha escatimado esfuerzos en darle a Valverde los mejores jugadores, incluso se intentó fichar a Neymar.
Esta contrariedad tiene su continuidad con los laterales , endémico problema de la era Valverde. Fichado Junior Firpo (18 millones más 12 en variables) y Wagué (5) como relevos de Alba y Semedo , respectivamente, se han visto relegados a la grada ante la preferencia del preparador de ubicar al portugués en la banda izquierda y desdecirse con Sergi Roberto (su rol este año era de centrocampista) para darle la banda derecha. Un despilfarro y una incoherencia.
La soledad de Messi
Nadie entiende cómo Valverde, teniendo al mejor jugador de la historia, no ha ganado aún la Champions y se le censura que precisamente las actuaciones del argentino tapen las carencias tácticas del equipo. Pero esta temporada, Messi está más solo y desasistido de lo habitual. Los partidos en los que no ha estado a su nivel por problemas físicos han sido un drama para los culés. San Mamés, Pamplona o Granada son el claro ejemplo . Otros como Praga o Levante evidencian el declive del equipo incapaz de conectar y asistir al rosarino.
Equipo de dos caras
Valverde no ha sabido mostrar la misma solidez fuera de casa que en el Camp Nou. Toda la solvencia mostrada como local en Liga (en Champions han sufrido ante Inter y Slavia) la pierde el Barcelona en sus desplazamientos.