Fútbol

Barcelona y Sevilla: así fue el paso de Maradona por el fútbol español

El astro argentino ha fallecido este miércoles a causa de un paro cardiaco. Recordamos su etapa en la liga española

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Carlos Tristán González

Carlos Tristán González

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Es verdad que no fueron sus mejores años de fútbol, pero Diego Armando Maradona, fallecido este miércoles 25 de noviembre a causa de un paro cardiaco , también dejó su impronta en España . De primeras, su llegada a Barcelona en 1982 desató una auténtica locura. Quienes vivieron aquello de cerca narran cómo el Camp Nou acostumbraba a llenarse mucho antes del inicio del partido solo para verle entrenar. «No creía ser tan importante a pesar de lo que se ha pagado por mí», decía cuando le preguntaban los periodistas. Costó 1.200 millones de pesetas, una cifra nada desdeñable para su tiempo. A sus 22 años , aquel joven no tardó en ganarse al vestuario, que pronto comprendió la magnitud de su figura, y a la afición, entregada al jugador más admirado entonces.

Tal y como cuenta este jueves en ABC Josep Maria Minguella , pieza clave en el fichaje del argentino por el Barcelona, su llegada estaba prevista para un año antes, pero la entonces dictatura militar que gobernaba el país sudamericano lo impidió. Así se lo hizo saber el contraalmirante Carlos Lacoste, «Olvídese, Maradona no saldrá hasta el Mundial de ustedes». Y efectivamente no llegó al Barça hasta 1982. Quisieron tapar con el fútbol de Diego las barbaridades del régimen, desviar la atención de la gente.

En el documental «Fútbol Club Maradona» (Movistar+), quienes jugaron con él en la Ciudad Condal rememoran no solo su talento , que desbordaba lo nunca antes visto, sino también su liderazgo . Respetado y respetuoso con sus compañeros, todos dedican elogios y buenas palabras a Maradona, recordando gestos que, desconocidos hasta entonces, arrojan luz sobre una figura controvertida en muchas etapas de su vida. Por ejemplo, cuando decidió repartir una prima que le correspondía a él entre todos sus compañeros, o cuando se erigió como líder del vestuario y se plantó ante distintas decisiones adoptadas por la directiva. La cruz estaba, claro, en su vida privada, ya ajetreada entonces, que le impidió rendir al máximo de azulgrana. Según cuentan, las fiestas por la capital catalana fueron habituales .

Eso sí, cuando tuvo ocasión, no defraudó sobre el césped. En dos temporadas de azulgrana, Maradona disputó 58 partidos y participó en 62 goles (38 goles, 24 asistencias). Conquistó una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga. En este último torneo fue el encargado de marcar tanto en la ida como en la vuelta contra el Real Madrid, lo que provocó la ovación del público rival, algo al alcance de muy pocos. Por desgracia, su etapa en el Barcelona también estuvo marcada por las lesiones, primero por una hepatitis que le tuvo fuera tres meses en la primera temporada; y luego por una fractura del maléolo externo y del ligamento nada más comenzar la 1983/84 causada por una durísima entrada de Andoni Goikoetxea . Casi cuatro meses de baja.

Su último partido de azulgrana fue en la final de la Copa del Rey, donde se midió contra el Athletic en el Santiago Bernabéu. Una tangana tras el pitido final, con los rojiblancos ya como campeones, dejó una lamentable escena, cabezazo de Maradona al 'Chato' Núñez incluido. Fue la venganza por aquella entrada de tiempo atrás. La Federación Española de Fútbol le impuso una sanción de tres meses sin poder jugar en las competiciones españolas. No la tuvo que cumplir, pues poco después se conocería su traspaso al Nápoles.

Fichaje por el Sevilla

EFE

Contra todo pronóstico, Maradona volvería a España. Lo haría convertido en un mito, tras haber conquistado el Mundial de 1986 y haber capitaneado al Nápoles a los mayores éxitos de su historia. Varios grandes clubes se lo rifaban, pero en la 1992/93 aterrizó en el Sevilla , a las órdenes de Carlos Bilardo, figura clave para cerrar su incorporación al conjunto hispalense. «Lo único que pienso es darle todo lo que tengo al Sevilla», dijo nada más aterrizar. Cosas del fútbol, su debut oficial fue el 4 de octubre de 1992 ante el Athletic en San Mamés, del que dijo que era «uno de los estadios más lindos del mundo» Para entonces, el estado físico del diez no era el idóneo y durante la temporada se resintió de una antigua lesión de rodilla. Aun así, dejó buen recuerdo en la capital andaluza, donde presumen de haber visto con su escudo al mismísimo Diego Armando Maradona.

En el Ramón Sánchez-Pizjuán corearon cada control, cada gambeta, cada gol, que no fueron muchos. En su estreno en casa llegó a dejar incluso un amago de repetir una mano como la que hizo en México 1986. Por ser, fue hasta capitán. Claro, que teniendo a Maradona en el equipo parecía algo inevitable.

Más tarde, un episodio contra Bilardo durante un partido, tras ser sustituido después de que se le aplicaran tres inyecciones de un antiinflamatorio en la rodilla para seguir sobre el campo, rompió la relación entre ambos. También con la directiva. Aquel sería su último partido con el Sevilla, donde disputó 29 partidos , anotando seis goles y dando nueve asistencias. Poco después volvería a Argentina, cerrando así su etapa en el fútbol español.

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