Una paliza por celos, amistad o rivalidad

Habían compartido vacaciones, poses pintureras en las redes sociales y grupo de amigas, pero nunca habían coincidido en el mismo vestuario. Aminata Diallo (26 años) y Kheira Hamraoui (31) jamás habían repartido esfuerzos en el mismo equipo y, mucho menos, habían competido por el mismo puesto laboral, centrocampista en el Paris Saint Germain. El suceso de la paliza con barras de hierro ratifica una vez más que nunca se conoce la personalidad de un ser humano hasta que no se trabaja con él. La Policía francesa entiende que Diallo planificó la agresión a su compañera de equipo, la titular en el puesto, y por eso ha sido retenida en el calabozo durante un día y puesta en libertad este jueves. El episodio entre las dos deportistas concuerda con lo sucedido hace casi tres décadas entre las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan.

Según una persona cercana a la investigación que cita ‘Le Parisien’, se investiga en particular la pista de la rivalidad deportiva. También la ruta que tomó Diallo, al volante del coche la noche de la agresión. Los dos encapuchados que salieron de la nada pegaron a Hamraoui, quien tuvo que ser atendida en el hospital y recibió puntos de sutura, pero no hicieron nada a Diallo. 

Según relata ‘L’Equipe’, las futbolistas pertenecen al mismo grupo de amigos. Y hasta la fecha existía en apariencia una sólida relación personal entre ambas. En el verano de 2019 se marcharon juntas de vacaciones a México, al no ser convocadas para el equipo nacional francés por la seleccionadora Corinne Diacre. El pasado verano mostraron fotos juntas en Zanzíbar junto a otras futbolistas francesas, Aissatou Tounkara (Atlético de Madrid) y Griedge Mbock (Olympique Lyon). Las últimas Navidades ambas estaban cenando en Dubái. Las dos viven en el mismo barrio de París, Yvelines, al oeste de la capital gala. Y hacia allí se dirigía el coche de Diallo cuando fueron asaltadas por dos matones encapuchados. Sakina Karchaoui, la otra jugadora del PSG que iba en el automóvil y a la que Diallo dejó en su casa unos minutos antes de la agresión, fue interrogada ayer por la policía.

Medios franceses como RMC o Journal de Dimanche apuntan a que el cabecilla de la paliza se encuentra en la prisión de Lyon . Desde esa región de Francia habrían surgido llamadas amenazantes a jugadoras del PSG. En estos contactos telefónicos, además, se menospreciaba a Hamraoui, la jugadora agredida. El impulsor, al que la prensa gala considera un experto en extorsión, sería familiar de Diallo y se habla incluso de una relación de primos.

Ambas han hecho gala de un fuerte carácter en su trayectoria como futbolistas. Diallo fue expulsada del centro de entrenamiento del Olympique Lyon después de agredir a una compañera de equipo que la habría insultado con algún comentario racista. Y algo parecido para Hamraoui, que habría tenido episodios de indisciplina en su primeros años como jugadora. «Cuando llegó con nosotros en 2008, no era muy disciplinada», recordó su entrenador en Saint-Étienne, Hervé Didier. La exjugadora del Barcelona fue apartada durante dos años y medio del equipo nacional.

La agresión que se llevó a cabo en ese extraño cóctel de celos, amistad y rivalidad rememora el suceso entre las patinadoras estadounidenses Tonya Harding y Nancy Kerrigan. El marido de la primera habría contratado a un sicario para que le partiese las piernas a la segunda, ya que ambas competían por un puesto en el equipo nacional con vistas a los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer en 1994. Kerrigan se recuperó y fue plata olímpica, mientras Harding no pasó del octavo puesto.

La vida de las patinadoras se plasmó en una sensacional película con tres nominaciones al Oscar, ‘Yo, Tonya’, interpretada por Margot Robbie. Allison Janney, que hizo el papel de madre, se llevó un Oscar a la mejor actriz de reparto.