Países Bajos - España
Un ataque insípido y falto de ideas
Pese a un inicio esperanzador, España acabó el partido sin apenas generar peligro
Da la impresión de que a los que deciden los designios del fútbol, organismos y grandes clubes, les va a resultar cada vez más difícil acallar las críticas de los verdaderos protagonistas del juego, un poco hartos de la exigencia competitiva que se impone en estos tiempos y que aún amenaza con seguir creciendo. Atendiendo solo a declaraciones de los últimos dos días, Luis Enrique lamentaba el poco tiempo para entrenar del que disponen las selecciones, el azulgrana Frenkie de Jong se quejaba de tener que jugar amistosos cuando el calendario está más apretado que nunca y el madridista Toni Kroos se consideraba un «títere» al servicio de la FIFA y la UEFA, a la vez que reclamaba un sindicato de jugadores potente. Es un leve síntoma de lo que puede estar por venir.
Aun así impera la profesionalidad, y quien esperara un partido reservón y cachazudo se llevó un chasco de inicio. Se jugó a buen ritmo en los primeros compases, pese a que España entró al choque casi sin haberse saludado entre ellos desde que aterrizaron en la concentración. Igual ocurría en Países Bajos , con el añadido de que el país anfitrión lo hacía con el miedo en el cuerpo tras el positivo por coronavirus del centrocampista Tonny Vilhena, que abandonaba la concentración naranja en la previa del encuentro tras convivir sin aparentes problemas con sus compañeros durante todo el día anterior. Lo del virus y su forma de atacar sigue siendo un misterio insondable. La tensión, en todo caso, duró solo lo suficiente para que nadie sospechara del amistoso. Ni un minuto más de lo necesario.
El cruce de sables resultó beneficioso para un Álvaro Morata que dejó destellos del dulce estado de forma que exhibe desde su regreso a la Juventus. El delantero se erigió en el mejor de España en el arranque, lo que equivale a decir que fue el mejor de la selección en todo el partido.
Muy activo, dejándose caer al centro del campo para recibir y queriendo participar de cualquier acción que rondara la portería holandesa, Morata se giró con calidad para dejar en evidencia a Veltman y asistir a Canales en el gol de España. Después, él mismo tuvo la oportunidad de marcar en una jugada a la inversa, con el bético regalándole el balón en la frontal. Sin embargo su disparo salió blandito y al centro. Por desgracia, ahí acabaron las ocasiones.
Cambio de cromos
A España se le reclama un «nueve», y esta vez Luis Enrique apostó por meter dos en el once inicial, con Gerard vencido al costado derecho pero pegándose a Morata cuando los centros llegaban desde el lado contrario. A la hora de partido Luis Enrique se cansó del experimento y cortó por las bravas, cambiando a los tres de arriba. Adama y Dani Olmo ocuparon los extremos y Ferran se instaló en el centro, como ese falso nueve que tan buen resultado le ha ofrecido a Guardiola en el City. Como hace un mes, Adama quiso ser revulsivo y se quedó a medias. Lo de Ferran como referencia tampoco llegó a ningún lado. La bala final fue el debut de Marcos Llorente , que si se pone es tan delantero como el que más. Pero el partido estaba tan insulso que la presencia del rojiblanco tampoco cambió nada. «Marcar gol es lo más complicado del fútbol», defendió después Luis Enrique «Hemos generado ocasiones para marcar más y no me preocupa. Tenemos buenos jugadores y buenos delanteros. Los goles llegarán, no estoy preocupado».