Fútbol

El padre de Messi no logra que el Barça negocie una salida pactada

Bartomeu vuelve a ofrecer la renovación del jugador argentino, pero este insiste en abandonar el club

Messi se va del Barcelona

Jorge Messi a su llegada al aeropuerto REUTERS | Vídeo: El padre de Messi ve «difícil» que su hijo se quede en el Barça (ATLAS)

Sergi Font

Jorge Messi no logró ablandar a Josep Maria Bartomeu tras mantener una reunión de hora y media en la que le expuso sus argumentos para desbloquear la salida de su hijo. El presidente y el padre del futbolista estuvieron acompañados por el directivo Javier Bordas, Rodrigo Messi y el abogado del bufete Cuatrecasas Jorge Pecourt. Según ha trascendido, el dirigente azulgrana ha sido contundente y no se ha desplazado ni un ápice de sus argumentos iniciales, remitiendo al jugador a la cláusula de rescisión y proponiéndole una ampliación temporal hasta 2022. Bartomeu no piensa negociar su salida y pretende que Messi sea la piedra angular del proyecto de Koeman.

Jorge Messi , por su parte le ha planteado la interpretación que hacen sus legistas del contrato del jugador aunque pretende una salida pactada para evitar una batalla judicial que no le asegura el triunfo a pesar de la certeza de sus abogados. Sabe el representante que si el contrato fuera válido, la FIFA podría sancionar duramente al futbolista y al club que le induzca a abandonar el Barcelona. Debidamente asesorado, se dispuso a ablandar a Josep Maria Bartomeu, enrocado en su postura de impedir a toda costa la marcha del argentino. Ambas partes trataron de mantener en secreto el lugar de la reunión y jugaron al despiste, como cuando el coche del presidente azulgrana, conducido por su hijo y sin el dirigente dentro del vehículo, apareció por la puerta del domicilio de Jorge para irse inmediatamente al detectar la presencia de periodistas.

Fue una jornada intensa para Jorge Messi. El empresario argentino aterrizó sobre las ocho de la mañana en la terminal corporativa de El Prat y se dirigió directamente al edificio sede de la Fundación Leo Messi, ubicado en la Diagonal. Allí, a escasos 800 metros del Camp Nou, se encerró con los abogados de la familia para estudiar la estrategia con la que desvincular al futbolista del club azulgrana de forma amistosa pero eludiendo cualquier tipo de pago y, sobre todo, tratando de vadear la validez de la cláusula de rescisión de 700 millones de euros. «Su futuro en el Barça es difícil», se limitaba a manifestar el progenitor del atacante tras reconocer que «no hemos hablado con Guardiola ni con nadie».

Mientras tanto, Josep Maria Bartomeu presidía la despedida pública de Ivan Rakitic, el primero de los futbolistas «legendarios que deben marcharse con honores». El homenaje al croata escenificaba las diferencias con las maneras con las que se quiere ir el delantero argentino. Poco antes de que Jorge Messi hiciera un paréntesis para marcharse a comer junto a su hijo Rodrigo a un conocido restaurante italiano de la zona alta de la ciudad, el club oficializaba la salida a la venta de las nuevas camisetas con Leo Messi como principal reclamo , en una vuelta de tuerca más con la que dar a entender que el rosarino será la piedra angular del proyecto de Ronald Koeman. Todas las partes estaban moviendo sus piezas por el tablero.

El Barcelona se siente fuerte tras el comunicado de la Liga dando la razón al club y negándole la baja al futbolista, al que remite a su cláusula de rescisión para abandonar la disciplina culé. Un mensaje que ha calado en varios de los clubes que le pretenden. El Manchester City ya le ha advertido al rosarino que si no obtiene la carta de libertad no podrán acometer su fichaje . De hecho, el propio Guardiola le reconoció a Leo Messi la dificultad de que la operación fructifique y le aconsejó que acabara su carrera en el Barcelona. A las dudas del club inglés se une a la retirada del Inter después de que su director deportivo, Piero Ausilio, haya confirmado de forma taxativa que «no vamos a fichar a Messi». «A todos nos gustaría que Messi se uniera al equipo, pero la realidad es muy diferente, el mercado debe ser cuidadoso y prudente», aseguró en Sky Sports.

De todas formas, hay un sector de la junta directiva azulgrana que ayer aún abogaba por pactar una salida ante la posibilidad de que el año próximo se marche gratis. 250 millones, que podrían rebajarse con jugadores que la abaraten, era una operación aceptable para varios compañeros de Bartomeu, que desde que llegó el burofax de Messi se ha había mantenido firme e inflexible en su intención de impedir su venta.

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