Fútbol

Michu vuelve a casa

Tras tocar el cielo y conocer la cara más amarga del fútbol lejos de Oviedo, Miguel Pérez Cuesta regresa al club de su vida

Realoviedo.com

ALEJANDRO DÍAZ-AGERO

Miguel Pérez Cuesta dejó el club de su vida, el Real Oviedo , en el año 2007. La paupérrima situación del club asturiano derivó en que el efervescente nivel de «Michu» dejase de tener cabida en el equipo de su ciudad natal. Tuvo que mudarse a Vigo para no capar los brotes de jugador importante que ya mostraba en el Carlos Tartiere . Nueve años después, con toda una vida dedicada al fútbol cargada al hombro, el niño que soñaba con hacer grande al club de sus amores vuelve a casa .

Y la realidad es que ambos, tanto el club como el jugador, se necesitaban . El Oviedo porque tras su temporada de regreso al fútbol profesional, en la que ocupó puestos de playoff hasta las últimas jornadas del campeonato, estaba falto de un referente tanto deportivo como, sobre todo, emocional, toda vez que el carismático Diego Cervero ha dejado el club azul. Y Michu, sencillamente, porque necesita volver a sentirse importante sobre un terreno de juego .

Langreo fue la estación de repostaje a la que el futbolista recurrió cuando el túnel de lesiones en el que se había metido parecía no vislumbrarse luz alguna . Había que recargar cuerpo y mente. El club de Tercera División que entrenaba su hermano Hernán , a escasos minutos de su casa en Oviedo, sería el que contemplara la recuperación (seguramente más mental que física ) de un futbolista que debutó con la selección española de Vicente del Bosque y triunfó en la mediática Premier League (18 goles en su mejor temporada en el Swansea).

Cuando estaba en el cielo, con media Europa siguiendo sus pasos y suspirando por sus goles, llegó la caída . Y ya se sabe que cuanto más arriba se está, más dura termina siendo. El Swansea entró en una mala racha de resultados en la temporada 2013-2014, la siguiente a la explosión del ovetense. Su entrenador, Michael Laudrup , fue destituido. Garry Monk , futbolista que aún estaba en la plantilla de los galeses, asumió el cargo vacante. Desde entonces (febrero de 2014), Michu solo disputó 5 partidos de liga. Monk no confiaba en el punta asturiano , y el verano del mismo año salió cedido al Nápoles de Rafa Benítez .

Lejos de suponer un «reset» para el jugador, su estancia en Italia fue la hipérbole de su calvario . En noviembre de 2014, apenas instalado en territorio transalpino, tuvo que someterse a una segunda operación de tobillo (la primera había sido 11 meses antes) que no volvería a permitir que viésemos al mismo futbolista que celebraba los goles con la mano girando en torno a su oreja fin de semana sí, fin de semana también.

Desde entonces, más de un año parado , sin hacer lo que más le gusta, lo que le da sentido a su vida: jugar al fútbol. «Si me lo quitan, no puedo ser feliz» , aseguró a «El País» a principios de este mismo año, ya con ficha en el Langreo. Al club de la cuenca minera astur llegó tras rescindir su contrato con el Swansea en el mercado invernal. Entonces, contaba, su único objetivo era competir contra si mismo . «Da igual la categoría», aseguraba Michu.

De vuelta a casa, a la que vio despegar lo que a la postre sería una estrella (fugaz) de la Premier League, su objetivo seguirá siendo el mismo. No puede ser de otra manera. Entre tanto, en Oviedo, corearán su nombre cuando se enfunde la azul y salte al césped del Tartiere. El estadio que le vio nacer. El mismo que ahora, nueve años después, podrá comprobar si Miguel Pérez Cuesta ha vuelto para quedarse .

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