Fútbol

Mendes, de regir una discoteca a ser «el agente del fútbol»

Es un conquistador. Tiene don de gentes. Comenzó con un video club. Fue DJ. Se hizo a sí mismo. Es ídolo nacional, un orgullo de Portugal

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

«Solo llevo a unos ochenta jugadores», manifiesta Mendes como si no fuera importante la cifra. El 3 de febrero de 2014 concedió a ABC su primera entrevista en España y su torbellino de teléfonos, conversaciones y declaraciones desvelaron su esencia: «Esta es mi oficina, ambulante, no tiene fronteras», resaltaba mientras controlaba un teléfono con una mano, otro con la otra y otros dos estaban conectados a sus oídos. La relevancia del trabajo de «Dom Jorge» no es la cantidad de futbolistas que dirige, sino la calidad. Crisiano y Mourinho son solo la punta de su iceberg.

Este portugués es un ídolo nacional para el pueblo llano , porque se ha hecho «de verdad» a sí mismo. Uno va a Lisboa, a Oporto o a Quinta do Lago, donde el agente veranea, cerca de Cristiano y Figo, y los viejos del lugar son rotundos: «Si Portugal tuviera cien Jorge Mendes este país nunca estaría en crisis». Glorificado por sus compatriotas, lisboeta de nacimiento (7-1-1966), cosmopolita por su viveza, triunfó primero en el «futebol» luso hasta conquistar la Premier.

Se ha casado dos veces. Con su primera esposa, Fernanda, tuvo una hija, Marisa, que fue madrina en su segunda boda, cuando contrajo matrimonio por la iglesia con Sandra en 2015, diez años después de hacerlo por lo civil. Con ella tiene tres hijos: Beatriz, Bárbara y Jorge

Sus paisanos le idolatran porque comenzó con un vídeo club en el municipio de Caminha, con el rótulo «Samui vídeo», y hoy es recibido por reyes, jeques y multimillonarios árabes, asiáticos, rusos y europeos para comprar clubes y futbolistas. «Ojalá Portugal tuviera un Mendes en cada región» , dice un directivo del Oporto.

Jorge Paulo Agostinho Mendes es hijo de un funcionario y de una ama de casa. Quiso ser futbolista. Jugaba de interior izquierda. Pronto supo que lo suyo eran los negocios. Fichado por el modesto Vianense a los 21 años, quiso gestionar las vallas publicitarias del estadio. Firmó por el Amadores de Caminha y abrió su primer vídeo club. Dejó el fútbol. Comenzó a vender tiendas y montar otras. Se hizo DJ en una discoteca y montó un club nocturno.

En 1996, Nuno Espirito Santo, guardameta del Vitoria de Guimaraes , entró en su club. Le dijo que su sueño era jugar en el Oporto. Así comenzó su carrera como representante. Lo traspasó al Deportivo de Lendoiro por 300 millones de pesetas. Fundó Gestifute. Nuno jugó en el Oporto. (Y dirigió al Valencia hace poco tiempo).

En 1996 fundó Gestifute. Acapara el mercado internacional de futbolistas. Otros apoderados reclaman su ayuda para realizar operaciones. Sus redes de contactos son infinitas

Rápidamente se ganó la fe de los futbolistas de su país. Cristiano supuso su espaldarazo interncional. «Le vi con quince años y le dije que deseaba representarle». En 2003 le llevó al Manchester United. Luego llegó Mourinho. Y su explosión internacional. «Su secreto es que se desvive por los jugadores, nunca les abandona», destaca un directivo español. «Piensa en ellos como si fuera hijos. Y lo mejor es que trata de satisfacer a clubes y jugadores en un reparto justo de intereses. Todos, dirigentes y futbolistas, se llevan bien con él. Y le respetan».

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