Messi inicia en Roma su vuelo hacia la historia. Ya se sabía que era muy bueno y Guardiola le había dado a a su llegada en 2008 las llaves del Barcelona, pero fue en el Olímpico de Roma en mayo de 2009 cuando el argentino planeó para cabecear un centro de Xavi, hacerle el 2 a 0 a Manchester United y darle la tarcera Champions de su historia al equipo catalán. El primer gran capítulo de un matrimonio que hoy ha llegado a su fin. El día que silenció al Bernabéu. Corría el 2017 y Messi volvió a ser determinante ante el eterno rival. En aquella ocasión, anotó el 2-3 definitivo en el los instantes finales del encuentro para sellar la victoria azulgrana. Un triunfo que acercaba el título de Liga a Barcelona. El 10 azulgrana lo celebró de está icónica manera. EFE El regate a Boateng. UEsta fotografía corresponde a uno de los mejores partidos de Leo Messi como azulgrana. Era el año 2015 y el Barcelona jugaba la ida de las semifinales de Champions ante el Bayern de Munich. El argentino hizo magia y dejó este regate para el recuerdo, un quiebro que dejó en el suelo a Boateng. La jugada acabó , obviamente, en gol: una sutíl vaselina del rosarino a Neuer. El Barcelona ganó aquel partido 3-0 y unas semanas después levantaría su quinta Copa de Europa en Berlín. La remontada imposible. Ese mismo año, en el 2017, el Fútbol Club Barcelona vivió una de sus mejores noches en Europa, cuando hicieron historia al darle la vuelta a un resultado que parecía definitivo. El PSG les había ganado 4-0 en el Parque de los Príncipes y llegaba al feudo azulgrana con los deberes prácticamente finiquitados. Pero el Barcelona hizo lo imposible y le dio la vuelta a la eliminatoria firmando un 6-1 que quedará para siempre en el imaginario de los aficionados del Barcelona., aunque aquella Cahampions la acabara ganando el Real Madrid. La imagen, una de las más famosas de Messi, muestra al argentino celebrando a lo grande aquel título. FCB La noche más oscura. Corría el año 2019 y el Barcelona soñaba con su sexta Copa de Europa. No era para menos: los azulgranas estaban a un paso de la final al derrotar tres a cero al Liverpool en casa en la ida de la semifinal. En ese partido de ida, Messi se salió con dos golazos. Pero en Anfield regresaron los demonios del Olímpico de Roma: un cuatro a cero desolador en el noreste de Inglaterra que apeaba al Barcelona de la final. Junto al 7-0 del Bayern del curso pasado, es uno de los peores partidos de la carrera del rosarino. AFP