Champions

Mbappé falla en la hora de la verdad

Vales tanto como tu último partido, dicen los apoderados. El madridismo estuvo pendiente de la estrella francesa, su claro objeto de deseo, y se sintió decepcionado por la actuación del delantero, que erró una gran ocasión de oro y no estuvo fino

Tomás González-Martín

Vales tanto como tu último partido. Y la estrella francesa que pretende el Real Madrid fracasó en la hora de la verdad. El madridismo presenció la final de la Champions con Kylian Mbappé en la cabeza y la televisión enfrente. Los aficionados blancos no pensaron en el PSG y en el Bayern , que sumó su sexto título, solo les importaba el protagonismo de esa joven figura que no quiso venir al Real Madrid hace tres años y que es el claro objeto de deseo de futuro del club español. Campeón del mundo con su selección dos veranos atrás, el delantero perdonó anoche dos ocasiones ante Neuer, especialmente una al filo del intermedio en un regalo del cuadro alemán que sorprendió al propio Mbappé.

La actuación del francés suscitó una pléyade de críticas. Demostró desde el primer momento que es un futbolista distinto, pero no determinante. En cuanto coge la pelota genera peligro, inspira tensión al contrario. Sin embargo, no es letal. No tiene la magia de los elegidos.

Tras diez minutos de dominio inicial del Bayern, el partido se equilibró cuando Kylian recibió dos balones y creó problemas en la retaguardia germana. Su primera incursión infundió respeto, en una asistencia de gol que Neymar desperdició. Y el primer disparo del galo explicó que el PSG necesitaba muy poco para llegar a la portería rival.

Su error de remate al borde del descanso , no obstante, provocó una enorme decepción ante un jugador que pretende adjudicarse un día el Balón de Oro que se entrega en su país. Un futbolista que dice valer doscientos millones no debe fallar esa gran oportunidad. Los grandes también se equivocan y Mbappé lo confirmó.

El peso de la ocasión perdida aumentó cuando el Bayern abrió el marcador. Era el momento para que el francés y Neymar demostraran el liderazgo que se arrogan en el universo del fútbol mundial. Tuchel introdujo a Verratti para añadir calidad al centro del campo y crear jugadas para las dos figuras. Neymar se escoró a una banda y Mbappé, colocado ya como ariete, realizó un nuevo disparo que Manuel Neuer atajó.

Los dos líderes del PSG tomaron la responsabilidad en su equipo, que para eso ganan dinerales. Ambos habían desaprovechado opciones claras de marcar y lo sabían. Cada uno por un flanco, buscaron las penetraciones en diagonal, dieron centros peligrosos e intentaron provocar el penalti con sus regates y amagos.

Desquiciado, Neymar fue amonestado al realizar una falta clara. No le salían los regates, no podía con nadie. Una última jugada de Mbappé acabó en un tiro de Neymar que Neuer despejó. Fue la última gran ocasión del PSG para empatar. Las dos figuras fichadas por el jeque fueron un fiasco. Valen, sí, pero mucho menos.

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