Fútbol
Mauro Silva: «La corrupción ha privado a muchos niños de un futuro»
Un «cinco» único en la historia, el brasileño dignifica ahora el fútbol desde su lado ejecutivo, trabajando como vicepresidente de la Federación Paulista
![Mauro Silva, el pasado mes de abril en La Coruña, inaugurando su calle](https://s3.abcstatics.com/media/deportes/2018/10/07/silva2-kQfG--1248x698@abc.jpg)
Su sitio estaba sobre el escenario de ponencias, no junto al resto de asistentes al World Football Summit, una las convenciones de la industria del fútbol con mayor repercusión a nivel mundial, pero la humildad y las ganas de aprender siguen intactas a sus cincuenta años. Mauro Silva (Sao Bernardo do Campo, 12 de enero de 1968) es desde 2015 el vicepresidente de la Federación Paulista, y siempre será un mito del fútbol, en especial en La Coruña, donde durante trece temporadas fue uno los grandes protagonistas de la edad de oro del Deportivo. Tanto, que sus aficionados le nombraron el mejor jugador de la historia del club, por encima de símbolos como Fran, Bebeto o Valerón. Ahora, mira el fútbol con traje y corbata.
¿Cómo le va vida?
Muy bien. Acabamos de ganar las elecciones y seguiré durante cuatro año más como vicepresidente de la Federación Paulista de fútbol. Y aquí estoy, en Madrid, aprendiendo de los mejores. Eso me lo inculcó mi madre, que nunca permitió que dejara de estudiar. Mi tarea es cambiar toda la gestión y administración del fútbol base. Siempre he sido consciente de la potencia futbolística de Brasil, pero fuera del campo tenemos mucho que mejorar. Hay que profesionalizar nuestra escuelas y academias y tener personal cualificado, sobre todo en lo que respecta a los entrenadores. En el fútbol de iniciación estamos retrasados respecto a Europa y hay que ponerle remedio.
¿Nunca le sedujo ser entrenador?
Para ser entrenador tienes que ser un amante de la táctica y de la rutina de vida del futbolista, y eso no es lo que más me atrae. Los viajes, las noches fuera de casa, las concentraciones... todo ese tipo de vida cansa. Es sacrificado. Prefiero este otro lado del fútbol, el de la gestión y administración. Y soy feliz trabajando en la Federación Paulista. Nuestro país siempre ha practicado el fútbol en las calles de manera masiva, pero esto ya no es como era, y ya no se producen jugadores de manera espontánea y natural como en mi época. Hay que profesionalizar todas las etapas del fútbol para que Brasil y su selección recuperen el brillo. Y también hay que crear buenas personas. El objetivo es formar buenos futbolistas, pero también buenas personas que generen un impacto positivo en la sociedad, que sean un ejemplo y que transmitan unos valores. Tener esta otra mirada es fundamental.
Usted ha sido muy crítico con la corrupción de su país.
Es que este asunto es muy serio. La corrupción ha privado a muchos niños de un futuro, no solo en el fútbol, sino en todos los ámbitos profesionales. Por culpa del dinero robado por un político, un banquero, o un dirigente del deporte, muchos niños no han podido tener las herramientas necesarias ni el apoyo económico para perseguir sus sueños. Hay que acabar con esto ya, y hay que utilizar el dinero para desarrollar el deporte, que es una de las herramientas de mayor inclusión y transformación social que tenemos a nuestro alcance.
Hacia dónde va el fútbol?
Nada tiene que ver a mi etapa de jugador. El fútbol es ahora una plataforma de negocios y debemos explotar al máximo todas sus posibilidades. No se puede mirar al pasado. El fútbol ha cambiado mucho y lo va a seguir haciendo. Y muy deprisa. Hay que estar listos para aprovechar el poder de este deporte, pero siempre con una mirada solidaria. Las cantidades de dinero que se mueven hoy en el fútbol también debe servir para hacer algo por la sociedad, en especial por los niños y los más desfavorecidos. Las empresas y los clubes quieren ganar dinero y están su derecho, pero si no ayudan a mejorar el mundo en el que vivimos, esto se volverá en su contra.
A usted el dinero nunca le importó. Tanto que se permitió el lujo de dar calabazas al Real Madrid.
Es cierto que hubo una oferta concreta del Real Madrid, pero le dije que no. En la vida no todo es el dinero. Yo era muy feliz en La Coruña. Jugaba en un club importante, ganaba títulos y, sobre todo, me sentía muy querido por su gente y por todas las personas que trabajaban en el Deportivo. Irme era mandar un mensaje a la sociedad de que el dinero lo podía todo, y en mi caso al menos no es así. Construí una historia muy bonita con el Deportivo y nunca me arrepentiré de aquello. Todo lo que yo viví allí no se paga con dinero. La Coruña es mi casa, una parte muy importante de vida.
Tres descensos en siete años. ¿Qué pasa en el equipo de sus amores?
Pues me da mucha pena que haya vuelto a bajar a Segunda, pero es parte del fútbol y de estos momentos malos hay que aprender. Desde fuera, mi consejo sería mirar qué no se ha hecho bien, profesionalizar todos los departamentos y, a poder ser, con gente que conozca muy bien el club, y a partir de ahí crear un proyecto sólido. Si te rodeas de los mejores, tiene más opciones de que las cosas salgan mejor. Ojalá hagan una buena campaña y vuelva a Primera pronto.
Volviendo a los negocios. ¿Qué le pareció la venta de Cristiano?
El Real Madrid ha hecho un gran negocio con Cristiano. Durante nueve temporada ha disfrutado de sus mejores años como futbolista y, además, ha conseguido venderlo por 100 millones de euros, que es una cantidad más alta que la pagada. Negocio redondo.
¿Es Casemiro el Mauro Silva que no pudo tener el Madrid?
A mí me encanta. Siempre sabe lo que tiene que hacer y lo que es mejor para el equipo. Podría tener más ambición y una actitud más egoísta, pero él solo piensa en el colectivo, en la seguridad defensiva del Madrid, en darle ese escudo para que los laterales y los interiores suban sin miedo... Su única preocupación es que el equipo gane, no sus méritos individuales.
¿Le hubiera gustado jugar con VAR?
Sin duda. La llegada del VAR es muy buena para el fútbol. Era inexplicable que el colegiado solo tuviera un ángulo de visión para arbitrar una jugada polémica y el espectador que está en su casa tuviera veinte cámaras para ver una y otra vez, desde todos los puntos de vista, la acción a debatir. El VAR no va a solucionar todos los problemas, pero va a lograr un fútbol más limpio y más justo, va a corregir los errores graves y también va a provocar que los futbolistas tengan un mejor comportamiento dentro del campo. Todo es positivo.