David Gistau

Macedonios

Mourinho se quedó corto en el Real Madrid. Pero hizo el trabajo sucio, el que consistía en impedir la aceptación definitiva de una mentalidad gregaria

David Gistau

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El encuentro del Real Madrid y Mourinho en Skopje fue tranquilo. El tiempo atempera todas las pasiones, las convierte en memoria. No hay mejor lugar para comprender esto que un estadio macedónico cuyo nombre está consagrado al rey Filipo, padre de Alejandro y sojuzgador de Grecia que inspiró en Demóstenes una línea editorial -las Filípicas- tan hostiles e iracundas con Filipo como lo fueron con Mou las de los locutores custodios de su tiempo. Ahora ambos son silencio e indiferencia , Filipo y Mourinho, tuertos y malhablados, procaces y desafiantes, y con una coincidencia: ambos fueron los parteros de un ciclo histórico que los superó.

Si Filipo legó a Alejandro un mundo en el que ya no cabía otra gloria que la del salto a Persia, el Real Madrid posMourinho sale de sus guerras interiores convertido en un triunfador serial , infatigable, cuyo centro del campo ha reclamado además un sentido de la legitimidad estética -posesiones largas y delicados magreos a la pelota, que de pronto se pone a ronronear- que durante muchos años pareció inalcanzable para un equipo que oponía fiereza a la belleza .

Mourinho se quedó corto en el Real Madrid. Pero hizo el trabajo sucio, el que consistía en impedir la aceptación definitiva de una mentalidad gregaria, perdedora, en un Real Madrid aplastado por la hegemonía del ágora culé desde donde los macedonios eran vistos poco menos que como cabreros con los que jamás ganaría el «fúpbol». Así se dispone a prolongar su cabalgada un Real Madrid que todo lo ha conseguido salvo una cosa: dejar de perder contra Messi. El astro rosarino que encima, puestos a revolotear los jeques alrededor del botín del fútbol, se ha convertido, contra Neymar, en un arquetipo de pertenencia que formará parte del relato para un deporte que tuvo vértigo cuando desbordó los límites del barrio y vuelve a tenerlo cuando desborda los del planeta. Todo, mientras Hacienda por fin anula las prerrogativas en el Nunca Jamás de la impunidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación