Luis Aragonés

«Vivió como él quiso y fue muy feliz»

El hijo de Luis Aragonés descubre el lado más desconocido de su padre, fallecido tal día como hoy hace cinco años

La historia de Luis Aragonés en el Atlético

Luis Aragonés, en 2001 Ignacio Gil
Carlos Tristán González

Carlos Tristán González

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Tal día como hoy, hace cinco años, el fútbol español perdió a Luis Aragonés , uno de sus estandartes. En la actualidad, existen pocas figuras que generen tanto consenso como la suya. Su carrera en los campos y banquillos de toda España culminó con el comienzo de la etapa más exitosa de la selección. Ahora es un mito , pero no siempre fue así.

«Mi padre lo pasó mal durante bastante tiempo. Hubo muchos excesos y críticas personales. Al final se ha visto que fue una persona que creyó en su idea. Su logro no fue particular, sino general. Cuando hay una figura tan denostada que de repente consigue algo que supone tanto, todo cambia. Supo hacerse valer », narra su hijo, Luis, a ABC .

«Las críticas a mi padre antes de la Eurocopa fueron salvajes. Era un insulto directo»

Aunque resulta imposible imaginarse a Luis Aragonés lejos de un balón de fútbol, durante su infancia se le pegaban las sábanas cada vez que tenía que ir a jugar: « No le gustaba mucho , pero le parecía más fácil que cargar ladrillos y llevar una camioneta, que era a lo que se dedicaba mi familia. Empezó a ganar dinero y fue progresando: Madrid, Getafe, Oviedo...». Firmó una carrera de más de cincuenta años , en la que coleccionó grandes éxitos, como la Eurocopa , y en la que también supo lo que era bajar al barro, como cuando se remangó para devolver al Atlético a Primera : «Yo esa decisión no la tenía clara, pero él sí. Era la ilusión de alguien que amaba su trabajo. Vivió como quiso y fue muy feliz. Con sus vídeos, sus bolis y sus cuadernos. Se tiraba horas y horas haciendo eso, y como dormía muy mal, podía estar todo el día», recuerda.

Un tipo divertido

Supersticioso y reservado, la imagen dura y seria que tenía con el chándal contrastaba con la forma de ser con sus más allegados. «Era muy divertido . Le encantaba contar anécdotas. Recuerdo cuando le pregunté por qué me había llevado a un colegio donde todos eran del Real Madrid . En vez de decirme que era porque su amigo Di Stéfano tenía contactos allí, me dijo: “Para formarte el carácter, hijo” . Tenía salidas muy buenas», recuerda entre risas.

«Mi padre, cuando hablaba, lo hacía del fútbol y la vida»

A diferencia de su humor, más desconocido, sus arengas se han acabado convirtiendo en dogmas con el paso del tiempo: «Con 15 años perdió a su padre. Tuvo que probar en muchos equipos y dormir en muchas pensiones. Eso te va curtiendo. Hay un momento en el que no separas tu vida del fútbol. Mi padre, cuando hablaba, lo hacía del fútbol y la vida».

Una vida repleta de victorias y derrotas . Entre sus episodios más difíciles, los meses previos a la Eurocopa: «Un día, sentados en una escalera, le pregunté si merecía la pena tanta crítica, tanta ofensa... “Voy a tener que dimitir, porque esto no va bien”, me dijo. “Venga hombre, para arriba”, respondí. Sufrió mucho. “No leáis, no escuchéis” , nos decía. “Tienen que escribir de algo”». Antes de aquello, también vivió con amargura los descensos de Atlético y Oviedo , así como el «motín del Hesperia» : «Le habría encantando seguir en el Barcelona , pero tuvo que estar del lado de sus jugadores», dice.

Un icono del Atlético

Existe un lugar donde el nombre de Luis Aragonés se venera de especial manera. « Mi padre se hizo un hombre en el Atleti. Dio muchos años al club, mucho trabajo y mucho dinero, porque les ha perdonado dinero. Me llena de orgullo que Gárate , mi ídolo, me salude por cortesía hacia mi padre». Con alguno de los héroes de su hijo, Luis perdió la final del 74 : «No estaba traumatizado con aquello, como muchos dicen. Le habría gustado ganarla y sí que decía alguna vez: “Si yo hubiera ido y le hubiera dado un palo a este, joder”. Fue una lástima. Se la merecían el Atleti y él».

Entre anécdotas y recuerdos, su hijo muestra la cara menos conocida de su padre. «Veíamos muchos vídeos juntos. Nos encantaba ver a Romario y decía que Diarte , el del Betis, era el mejor jugador que había visto en su vida. ¡Fíjate!». Ahora, confiesa, se emociona cuando escucha los cánticos a su padre y recuerda los momentos vividos: «Un día, mi hijo, que quería ser futbolista, le preguntó que a quién ficharía para el Atleti. Pensativo, dijo: “A Ronaldo, a Messi... Y a ti. A ti te ficharía para el Atletico” . Mi padre, que tenía esa imagen de tipo serio, duro... Era un monstruo. Para los niños y para todos. Pero lo perdimos y ya está..». Su recuerdo y su legado, en cambio, son imperecederos.

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