Mundial de Clubes

El Liverpool domina el mundo

Un gran Flamengo exige a los de Klopp hasta la prórroga, decidida por un gol de Firmino

Rubén Cañizares

Desde que el Corinthians se proclamara campeón del Mundial de Clubes en diciembre de 2012, no se había visto en el torneo un ganador de la Copa Libertadores de tanto nivel. Brillante el Flamengo de Jorge Jesús, que por momentos tuvo contra las cuerdas a un Liverpool que cierra el año como rey de Inglaterra, Europa y el mundo, pero con algunos síntomas de agotamiento físico justo cuando se le vienen encima las dos semanas más intensas en la Premier. Para su fortuna, el colchón es de 1o puntos de ventaja sobre el Leicester, segundo.

Comenzó con intensidad la final el equipo de Klopp, con tres claras ocasiones en los primeros cinco minutos del partido. Las dudas iniciales de la zaga brasileña se tradujeron en espacios a la espalda que ni Firmino ni Keita fueron capaces de aprovechar en sendos mano a mano. Fue lo mejor de los ingleses en un primer acto de claro dominio sudamericano. Bruno Henrique era un dolor de cabeza para Alexander-Arnold, y la presión en área rival del Flamengo obligaba al Liverpool a regalar el balón antes de pasar el centro del campo. Fueron minutos de impotencia que estuvieron a punto de costarle muy caro si el colegiado catarí no hubiera sido tan permisivo con una agresión de Mané. En una disputa por el balón, el senegalés decidió quitarse de encima a Rafinha con un guantazo, acción solo penalizada con amarilla.

El descanso y la charla de Klopp le sentaron bien a los ingleses, que le cambiaron por completo la cara a la final. Dominio y ocasiones para el Liverpool, pero sin acierto. Y cuando lo había, Diego Alves sacaba su mejor versión. Tampoco el VAR le echó una mano a los campeones continentales. En el 91, el primero de los cinco minutos de prolongación, el árbitro señaló penalti por zancadilla de Rafinha a Mané cuando este disparaba ante Alves. Tras dos minutos de visionado del monitor, el catarí decidió rectificar al comprobar que el africano no recibió impacto ninguno. Respiró el Flamengo, que se vio muerto en la orilla y gracias a la tecnología tenía una oportunidad extra de treinta minutos.

Fue un espejismo de ilusión sin ya ideas ni fuerzas. Los brasileños siguieron a merced de un Liverpool con mayor oficio y veneno. Y lo plasmaron en el ocho de la prórroga. El brasileño Firmino, tras una gran asistencia de Mané, se plantó ante Alves, lo sentó, y acabó mandando el balón a la red. Un tanto histórico que le dio al Liverpool el primer Mundial de Clubes de su historia y que acabó con tres años y más de 1.000 días de reinado del Real Madrid.

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