Fútbol
La Liga tritura entrenadores
España suma cinco despidos en cuatro meses. Nos supera Alemania, con siete, que se ha sumado a la filosofía de la víctima fácil
Hace unos años, Frank Beckenbauer manifestaba que en Alemania se respetaba mucho más que en España el trabajo de los entrenadores, donde se elige al técnico como único culpable para superar las crisis y que los pañuelos no muevan el palco presidencial. La globalización ha provocado que todo lo malo y todo lo bueno se generalice. Hoy, la Bundesliga es la reina de los despidos de preparadores, inmersa también, como la Liga, la Premier y el Scudetto, en la filosofía de la búsqueda de resultados inmediatos . El campeonato alemán ha echado en cuatro meses a siete responsables de equipo. Deja a España, la habitual trituradora de entrenadores, en segundo lugar, con cinco destituciones.
En la mayor parte de los casos, el cambio no da resultado en nuestra Liga. Se busca savia nueva. Moral renovada. Levantar el espíritu de futbolistas olvidados con la llegada de otro jefe. Es la cultura de nuestros directivos. Pocas veces da rédito.
Ayestarán, Jémez, Enrique Martín, Poyet y la «dimisión» de Juande Ramos encabezan esta dudosa clasificación de despidos del fútbol español. Hasta ahora, la llegada de sus relevos en el Valencia, el Granada, el Osasuna y el Betis (Juande acaba de marcharse ) no han aportado algo muy distinto a estos equipos. En el cómputo general, es más un problema de calidad de plantilla y de ambiente de la afición que de dirección. Pero siempre se hace lo fácil, descartar al «míster». No se hace autocrítica de la creación del plantel, ajena a los entrenadores, obra de dirigentes y directores deportivos.
Los cambios no suponen mejora
Los hechos son indiscutibles. Prandelli tiene al Valencia al límite de los puestos de descenso al cabo de ocho partidos dirigidos al borde de un ataque de nervios, en un aura de enfado de la grada con los futbolistas que es difícil de superar. Jémez dejó al Granada en posición de peligro y Alcaraz sufre en el puesto decimonoveno, plaza de Segunda. El corazón ambulante de Enrique Martín fue maltratado por el Osasuna con un adiós falto de la más mínima elegancia , echado sin que se lo dijeran a la cara, y su sucesor, Caparrós, porta hoy el farolillo rojo de la Liga en una demostración palpable de la falta de nivel del conjunto pamplonica. Poyet fue cesado en el Betis en la undécima jornada cuando ocupaba la decimocuarta posición y Víctor Sánchez del Amo mantiene hoy ese mismo lugar en la tabla.
La «dimisión» de Juande Ramos, tras conocer duras críticas en su contra por parte del dueño del club , es el fiel espejo de la situación de frágil equilibrio que viven los entrenadores. El Málaga se encuentra en el ecuador de la clasificación de la Liga, undécimo, a siete puntos del premio europeo y a nueve del descenso, y la presión al responsable de la plantilla es enorme. Se le culpa de todo. «Hay crispación», señala el hombre que ha dicho adiós en plena Navidad.
«Son los proyectos a corto plazo, que no son el camino, los que provocan la mayoría de los despidos», subraya Luis Milla. Exentrenador del Zaragoza y exseleccionador olímpico, el exjugador de Real Madrid y Barcelona argumenta que «esos proyectos de resultado inmediato son muy exigentes, hay muchos intereses de los clubes y cuando no se consiguen al instante se echa al técnico. Ahora veo que Alemania e Inglaterra, que presumían en épocas anteriores de respetar más al entrenador, también se han sumado a la política de la destitución como solución. Es un error».
El Granada y el Osasuna
Milla reflexiona que hay que dejar trabajar al responsable de cada plantilla. « Cada proyecto tiene su tiempo y el entrenador lo necesita para que su equipo funcione».
Alemania, Inglaterra y Francia tampoco conceden ya ese tiempo a sus entrenadores. Se han apuntado a la filosofía de los clubes españoles e italianos, históricamente buscadores de la víctima fácil para salvar el gaznate de directivos y directores deportivos. Sabedores, en muchos casos, de la debilidad de planteles sin nivel, con una crisis económica galopante que impide fichajes y que encuentra remiendos en las cesiones gratuitas, que copan el mercado desde hace nueve años.
El Granada y el Osasuna son ejemplos de una cruda realidad , con equipos sin calidad, creados para aguantar y a la espera de un milagro. En busca de un imposible se echó a Jémez y a Martín. En los próximos meses veremos episodios similares.
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