Fútbol español
La Liga resiste al poderío de Madrid y Barcelona
Los equipos españoles, mermados tras el mercado de fichajes, responden con buen fútbol al poderío que los dos grandes acumulan en sus plantillas
Pese a no haber hecho más fichajes que el de Morata , la plantilla del Real Madrid , que también incorpora a Coentrao y Asensio tras estar un año cedidos, será una de las más potentes que se le recuerdan. El mero hecho de mantener lo que le hizo campeón de la Champions, James e Isco incluidos, conforma una de las mayores agrupaciones de talento del planeta. Lo mismo se podría decir del Barcelona , aunque sus métodos, este año, hayan ido por otros derroteros. Las contrataciones a golpe de VISA de Denis Suárez, Umtiti, Digne, André Gomes, Cillesen y Alcácer aportan al plantel azulgrana otro tono competitivo, un par de escalones por encima del que sufrió estos últimos años con Luis Enrique. La temporada 2016-2017 Madrid y Barça estarán, si cabe, más a la cabeza de la absoluta élite mundial.
Este escenario deriva en una nueva brecha, más abierta aún, que se consolida entre los gigantes del fútbol español y los otros dieciocho equipos que disputan la Primera División . Se ha distanciado un poco de esta polarización el Atlético de Madrid , que merced a sus excelentes resultados cosechados durante los últimos años, ha acumulado capital para invertir en reforzar su ya poderosa plantilla (este año ha gastado treinta y dos millones en Gameiro, veinticinco en Gaitán, o dieciséis en Vrsaljko).
En el punto opuesto se encuentran equipos como el Sevilla , que tras un nuevo año plagado de éxitos, vio cómo no solo perdía al artífice de todos ellos, su entrenador Unai Emery, sino que además dejaron Nervión Gameiro, Banega, Krychowiak, Fazio y Coke, la columna vertebral de los hispalenses durante su toma de la Europa League. Tampoco sobrevivió esa obra de autor que fue el Villareal de Marcelino a las inclemencias del trajín de los fichajes. Además de la destitución del técnico, futbolistas importantes como Denis o Bailly sucumbieron a la llamada de los gigantes europeos. La clasificación del Celta para la Europa League terminó con el gaditano Nolito estrechando la mano de Pep Guardiola en Manchester, y el Valencia , pese a su desastroso año, se quedó sin el jugador que elevaba el nivel de cada una de sus líneas: Mustafi, André Gomes y Alcácer.
El problema crece cuando el potencial de los equipos baja y, con él, lo hace la categoría de sus futbolistas. Es en estos casos cuando la pérdida de las piezas de mayor relumbrón de la plantilla se convierte en un drama de dimensiones aún superiores. Sucedió así con la marcha de Bernardo, Luis Hernández y, especialmente, Jony del Sporting de Gijón . En el caso de los asturianos, el hecho de que su salida se produjese con el mercado recién abierto aportó tiempo de reacción a la secretaría técnica de Nico Rodríguez. El Málaga , que contaba con una plantilla limitada pero que encontró en su técnico Javi Gracia su mejor valor, se quedó sin este último por culpa de lo jugoso de los millones rusos. Tampoco salió vivo del baile de traspasos el Granada , salvado con ciertos apuros la pasada campaña, y que se tuvo que despedir con amargura este verano de jugadores que habían sido clave como Rochina, Success o El Arabi (máximo goleador en Primera del club nazarí).
Pese a todo, la liga española goza de muy buena salud. Las dos primeras jornadas de competición así lo atestiguan. El nivel medio de la competición sigue siendo altísimo. Equipos como Las Palmas , que está protagonizando auténticas exhibiciones bajo la batuta de Quique Setién, dan buena fe de ello, al igual que lo hace el en primera instancia débil Leganés , que se ha mostrado como uno de los equipos más rocosos del torneo (no perdió ni en Balaídos ni ante el Atlético). Y así con varios más.
No sería una exageración decir que lo más normal cuando cualquiera de estos equipos enfrente a Real Madrid o Barcelona sería una victoria de los últimos. Incluso una goleada. Pero lo que sí es seguro es que los equipos de La Liga disponen de recursos y juego suficiente para poner en jaque a cualquiera, hasta el punto de componer la competición liguera de mayor nivel y contenido futbolístico.