La Liga

Un liderato con luces y sombras

El primer puesto del Barça no diluye las dudas que genera el proyecto de Valverde tras llegar al meridiano de la temporada

Sergi Font

Cierra el año el Barcelona liderando en solitario la Liga Santander, lo que debería desbordar de alegría a la afición azulgrana. No obstante, las carencias y lagunas evidenciadas en el juego culé, tapadas en muchas ocasiones por los buenos resultados, dejan ciertas sombras en la supremacía de los hombres de Valverde, que han ganado ocho Ligas de las últimas once disputadas. El partido ante el Real Madrid es el claro ejemplo de las fragilidades de un líderato engañoso, apoyado en la mediocridad del resto más que en la contundencia propia de un adalid liguero. Y el mismo argumento podría servir en Europa, donde el Barça se ha clasificado como líder invicto de su grupo para disputar los octavos de final como cabeza de serie, aunque Ter Stegen y la suerte han mediado de forma decisiva para ello. Las sensaciones son las mismas con las que se acabó la pasada temporada, marcada por la eliminación en Liverpool, al que el batacazo anterior en Roma descartó que fuera un accidente, y la pérdida de la Copa ante el Valencia,

El peor arranque liguero

Al Barcelona le costó encontrar su velocidad de crucero y firmó el peor arranque de los últimos años. Los azulgranas perdieron tres partidos (Athletic en San Mamés, Granada en Los Cármenes y Levante en Valencia) y se quedaron sin marcar en cuatro (Athletic, Dortmund, Granada y Slavia de Praga). Seguramente tuvieron mucho que ver los problemas físicos que sufrió Messi, que se lesionó en el primer entrenamiento de la pretemporada, perdiéndose cinco de los primeros ocho partidos y jugando los otros tres renqueante y sin superar los 45 minutos. Suárez y Dembélé se sumaron a la baja del argentino en el primer tramo, menguando el potencial ofensivo del equipo.

Un equipo de dos caras

Goleadas en el Camp Nou se han alternado con nervios y sufrimiento cada vez que tocaba un desplazamiento. El Barcelona ha mostrado dos caras y ha demostrado ser un visitante ramplón. Si en casa solo ha cedido un empate (Real Madrid), fuera acumula tres derrotas y dos tablas, lo que le ha hecho perder 15 puntos en total. «Debemos mejorar muchísimo en el juego si queremos ganar todos los títulos», afirmaba en zona mixta Jordi Alba el pasado sábado tras golear al Alavés.

Ruptura con el estilo

El Barcelona ha perdido la capacidad de dominar todos los partidos, algo que era el santo y seña de los culés. La posesión o el juego hilvanado en el centro del campo son recuerdos del pasado a pesar del amalgamamiento de estrellas en la medular. El balón ha perdido el protagonismo y los azulgranas han basado su juego en la pegada y en los balones rápidos servidos al contraataque, algo impensable en la filosofía cruyffista que impera en el club. La posesión ha dejado de ser un elemento innegociable y este factor repercute directamente en las dificultades de la zaga culé para sacar el balón jugado desde atrás cuando reciben una presión bien trabajada.

Fragilidad defensiva

Levantó la voz Ter Stegen tras el partido en Praga para denunciar las carencias del equipo. Una vez más había sido el salvador, como en Dortmund, donde paró un penalti, o como ante el Inter, convirtiéndose en un muro. El alemán realiza 3,5 intervenciones de mérito por partido, dato preocupante para un equipo que aspira a ganarlo todo. La presión no funciona de forma coordinada y el rival no tiene excesivos problemas para salir con el balón jugado. Además, llega con mucha facilidad y con muchos espacios cada vez que rompen las lineas azulgranas. Valverde mantiene a su dupla de centrales, compuesta por Piqué y Lenglet. Hacía 16 años que el Barcelona no llevaba tantos goles encajados (21) a estas alturas del campeonato liguero

La adaptación de Griezmann

Cuando se abonaron los 120 millones de euros de la cláusula de rescisión de Griezmann se esperaba que el rendimiento del francés fuera inmediato pero ni Valverde ha sabido encontrarle una ubicación idónea para resaltar su juego, ni el francés ha encontrado la conexión ideal con Messi y sus compañeros de ataque. No obstante, suma siete goles en Liga y uno en Champions. En el torneo doméstico ha sido siempre el encargado de abrir el marcador azulgrana.

Las decisiones de Valverde

Poco proclive a rotar, ha abusado de los mismos futbolistas, que llegan a este parón navideño justos de fuerzas. No obstante, se le ha de reconocer su valentía en la apuesta por Ansu Fati y Carles Pérez, dos jóvenes canteranos que ilusionan a la grada y que han aportado frescura.

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