Bundesliga

Una lenta agonía hasta parar el reloj del Hamburgo

Este temporada no se repitió el milagro y el único club que había disputado todas las ediciones de la Bundesliga consumó su descenso

Un aficionado con una corona tras el descenso del Hamburgo a Segunda AFP
Jorge Abizanda

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La historia en el fútbol se escribe con goles y títulos, pero también con tradiciones que llenan de orgullo a los hinchas. Y en Alemania se ha perdido este fin de semana las más antigua porque el Hamburgo , el único club que ha disputado todas las ediciones de la Bundesliga , consumó este sábado un dramático descenso. Presente desde el nacimiento de la actual liga germana (1963) y después de 54 años seguidos entre los mejores, la victoria del Wolfsburgo ante el Colonia (4-1) rompió el hechizo. Su triunfo contra el Moenchengladbach en la última jornada (2-1) resultó inútil. Tras el partido, el reloj que desde la tribuna noroeste de su estadio ha llevado la cuenta del tiempo del equipo en la máxima categoría se detuvo para siempre. Fin a una bonita historia de 54 años y 261 días en la élite.

El reloj del estadio del Hamburgo se detuvo este sábado AFP

Campeón de seis Bundesligas, tres Copas alemanas y una Recopa continental, el Hamburgo conquistó la gloria en 1983 al levantar la Copa de Europa en la final ante la Juventus. En las últimas décadas, sin embargo, el «dinosaurio», apodo que recibe por ser uno de los clubes más antiguos del país, se había ido convirtiendo en un equipo cada vez más mediocre en lo deportivo. Décadas de sequía desde que celebrara su último gran título, la Copa en 1987, que se había acentuado en los últimos años, en los que la lucha por la permanencia se convirtió en su único y triste objetivo. El reloj de su estadio no se detuvo este sábado de forma brusca porque el engranaje comenzó a fallar y a dar síntomas de alarma hace ya mucho tiempo. En la temporada 2013-14, el Hamburgo se salvó en el playoff ante el Greuther Fürth y en la 2014-15 lo consiguió en una dramática eliminatoria ante el Karlsruher , recordada por un agónico gol del argentino Marcelo Díaz . En cuatro de las últimas cinco campañas, ya corrió riesgos de descender por primera vez desde las creación de la Bundesliga. Este sábado, el milagro de la salvación no se repitió y sus ultras acabaron provocando graves incidentes en el estadio.

Incidentes en Hamburgo AFP

«Antes de que el reloj se detenga, os cazaremos en la ciudad». Cuando la Bundesliga 2017-18 empezó a torcerse definitivamente, los ultras del Hamburgo recurrieron a su símbolo más preciado para amenazar a los jugadores. La aparición de cruces diseminadas por el campo de entrenamiento resultó un segundo aviso aún más macabro, pero los futbolistas no han conseguido enderezar el rumbo de un equipo que comenzó venciendo sus dos primeros partidos de liga con Markus Gisdol como técnico. El brillante inicio fue un espejismo porque los malos resultados se sucedieron a partir de entonces y obligaron a adoptar medidas drásticas. Su relevo en el banquillo, Bernd Hollerbac h, tampoco dio frutos y a principios de marzo se recurrió a Christian Titz , al mando de las categorías inferiores, como revulsivo de emergencia. Pero tampoco ha funcionado y el Hamburgo será equipo de Segunda división (Bundesliga 2) la próxima campaña.

Con una masa social muy numerosa, el Hamburgo es el tercer equipo de Alemania con más socios . Un club que en los últimos años ha tenido que afrontar una cuantiosa deuda que le ha impedido reforzarse con futbolistas de renombre. Plantillas en las que ha faltado el talento de viejas glorias que vistieron la camiseta como los alemanes Felix Magath o Manfred K altz, el inglés Kevin Keegan , el croata Niko Kovac o más recientemente el holandés Van der Vaart y el belga Kompany. Desde este sábado, todos ellos ya no podrán volver a presumir de que en su día formaron parte el único equipo alemán que nunca descendió porque el reloj del Hamburgo dejó de funcionar .

Una lenta agonía hasta parar el reloj del Hamburgo

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