Kiraly, los pantalones que revolucionan el fútbol

En el fútbol actual, donde se impone la imagen, Gabor Kiraly aparece como un extraño. En un deporte donde se imponen los prototipos metrosexuales, él abandera y reivindica las fotografías de héroes del pasado donde los goles eran lo único que primaba. Un guardameta que tiene gran parte del mérito de que Hungría, 54 años después de su última presencia, reaparezca el próximo verano en una Eurocopa. Con 39 años y ya un centenar de internacionalidades a sus espaldas, sus intervenciones resultaron decisivas en la repesca ante Noruega, especialmente en el partido de ida. Una eliminatoria en la que el meta mostraba su enorme personalidad al lucir unos pantalones largos más propios de un fútbol de épocas alejadas de la mercadotecnia que rodea actualmente a un deporte donde muchos le miran como «un bicho raro».

Una indumentaria que desataba numerosos comentarios jocosos en las redes sociales y que, sin embargo, no inmutaban ni alteraban al veterano Kiraly. Preguntado por unos pantalones detrás de los que se esconden 93 kilos, el húngaro afirmaba que «soy un portero, no un modelo». Con un aspecto desgarbado y un «look» poco ortodoxo para el fútbol de salón, el meta puede hacer historia en la próxima Eurocopa. Si, como todo parece indicar, es convocado por Bernd Storck, el seleccionador magiar, se convertirá en el primer jugador en participar en una Euro cumplidos ya los 40 años (1 de abril de 1976). Superaría así el actual récord de Lothar Matthaus , que disputó el Alemania-Portugal de la Euro del año 2000 con 39 años y 91 días. Detrás del germano aparecen los nombres de ilustres como el danés Morten Olsen, el inglés Peter Shilton y el austriaco Ivica Vastic, que jugaron el campeonato con 38 años.

Después de la clasificación de Hungría, muchos aficionados de todo el mundo reclamaron al portero a través de las redes sociales que, en Francia 2016, continúe luciendo unos peculiares pantalones que, según reconocía, utiliza «por comodidad». «He jugado en tierra batida o hierba que se ha congelado en invierno. Siempre los elijo de una talla más grande para facilitar los movimientos. El resultado final es más importante que tu look», declaraba. Sin embargo será difícil que, en pleno verano, se decida a enfundarse esa calusosa prenda.