Historia del deporte
El fútbol que mató el desastre de Chernóbil
Entre las víctimas de la mayor catástrofe nuclear de la historia está el FC Strotiel Pripyat, el club de fútbol de los trabajadores de la central
Es posible que la inmensa mayoría no sepa ubicar Slavútich en un mapa, es probable incluso que ni siquiera haya oído hablar de este nombre, pero esta ciudad al norte de Ucrania , hoy enclave fantasma, está íntimamente ligada a uno de los episodios más famosos de la historia del siglo XX.
Slavútich nació hace más de tres décadas de las cenizas que dejó la catástrofe de Chernóbil. Fue aquí, a más de 40 kilómetros de sus hogares, donde empezaron una nueva vida los que tuvieron que ser trasladados por la explosión del reactor 4 de la central nuclear. Una ciudad construida en apenas cinco meses, expresamente, para dar cobijo a los afectados por la tragedia.
La historia, como siempre, siguió su curso y los primeros habitantes de Slavútich trataron de retomar sus caminos. Muchos de ellos, como habían hecho antes en Prípiat, encontraron en el fútbol una vía de escape y fundaron con el paso de los años el FC Stroitel Slavutych , activo de 1994 hasta 1998. Un club, que como la ciudad, surgió siendo heredero de una entidad marcada también por la catástrofe nuclear.
El equipo de la central
Es el 25 de abril de 1986 , el día antes de la tragedia. Prípiat , ciudad fundada al calor del que iba a ser uno de los complejos energéticos más importantes del mundo, se despierta ajena a lo que se le viene encima. Entre las más de 40.000 personas que la habitan destacan muchos trabajadores de la central. Algunos de ellos, junto a otros amigos y vecinos, habían fundado en 1970 el FC Stroitel Pripyat , un club de fútbol ligado íntimamente a Chernóbil: su presidente era Vasili Trofimovich Kizima , a su vez jefe de construcción de la planta.
Se trata de un equipo que, pese a competir en cuarta división, sueña a lo grande. Los cimientos de su crecimiento se construyen al mismo tiempo que el reactor 5 de la central de Chernóbil: «El estadio es tan importante para la ciudad como el nuevo reactor», decía entonces Trofimovich Kizima. El fichaje para el banquillo de Anatolly Shepel , exdelantero del Dinamo de Kiev y Dinamo de Moscú, la incorporación a la plantilla de jugadores venidos de fuera y la creación de una escuela de fútbol base son el anticipo al nuevo estadio, el paso previo a la profesionalidad.
El recinto en cuestión es el Avanhard Stadium , un campo donde estaba previsto que cupiesen 11.000 espectadores. Prípiat es joven -la edad media era de 26 años- y aspira a tener un equipo a la altura de su estatus, pues era lo que entonces se conocía como «una ciudad modelo» para la URSS. El nivel de vida allí era superior al del resto de localidades, conviviendo entre sus calles las escuelas, hospitales y los lugares para la cultura, el ocio y el deporte.
La inauguración que no fue
Pese a su origen humilde, la trayectoria del FC Stroitel Pripyat desde la década de los ochenta daba razones para el optimismo . Los buenos resultados habían enganchado a los vecinos, quienes acudían con más frecuencia al antiguo estadio para ver a los suyos. El momento cumbre iba a ser el estreno del nuevo estadio, que estaba previsto para el 1 de mayo de 1986 , Día de los Trabajadores. Aquella fecha también se presentaría el proyecto de construcción del reactor nuclear 5. Las buenas noticias, mejor juntas, debieron pensar. Pero ninguna de ellas se acabó produciendo.
Cinco días antes, a las 1.23 horas del 26 de abril, saltaron las alarmas en la planta de Chernóbil, fuente de riqueza y prosperidad en la región. Un fallo de seguridad había ocasionado una explosión en el reactor 4, un suceso que terminaría por cambiar la historia. La mayor catástrofe nuclear hasta la fecha acabó ese día con la vida de 31 trabajadores, cinco de ellos vinculados al equipo de fútbol de Prípiat. Una tragedia que, según la OMS, causó además 9.000 afectados por la radiación. Entre sus víctimas también se halla el FC Stroitel Pripyat.
La calma antes de la tormenta
Antes de conocer lo sucedido, en la cabeza de los jugadores del FC Stroitel Pripyat solo estaba el duelo ante el Mashinostroitel Borodyanka , correspondiente a la semifinal de la Copa de Kiev. Sin embargo, cuando llegó la hora del partido, había pocas dudas de que este no se iba a jugar. El césped, donde se tenía que desarrollar la disputa, estaba ocupado por helicópteros militares. Empezaba la cuenta atrás.
La evacuación se inició 36 horas después de la explosión, quedándose la ciudad vacía en apenas cinco. Más de mil autobuses dejaron atrás una vida, un club y un estadio. El Avanhard Stadium, lejos de un emblema del crecimiento y del futuro del FC Stroitel Pripyat, es hoy un recinto fantasma que nunca llegó a albergar un partido. Donde debió jugarse al fútbol reina ahora una vegetación anárquica con la maleza como espectadora de lujo en sus gradas de piedra.
Los sueños de grandeza del FC Stroitel Pripyat se esfumaron a finales de abril de 1986. Años después, algunos de los extrabajadores de la central, ahora vecinos de Slavútich, decidieron retomar el fútbol, aunque la aventura duró pocos años. Veinte después se disputó el partido que se habría jugado si la catástrofe nuclear no se hubiera producido. Los que eran jugadores del FC Stroitel Pripyat en 1986 se enfrentaron al Mashinostroitel Borodyanka en un encuentro sanador que sirvió para recordar lo que pudo ser y no fue. Un partido que sirvió, entre otras cosas, para hacer memoria y no olvidar la tragedia de Chernóbil.