Fútbol

El fútbol chino se desinfla

ras la desaparición del Jiangsu, último campeón, y los problemas del Guangzhou Evergrande, el Hebei se queda sin dinero al pertenecer a otra inmobiliaria endeudada

Javier Mascherano, una de las estrellas que han militado en el Hebei AFP
Pablo M. Díez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La burbuja del fútbol chino , que hace años fichaba estrellas a golpe de talonario, se desinfla al mismo ritmo que lo hace la inmobiliaria en este país. Otro equipo está al borde del abismo tras la desaparición en febrero del ú ltimo campeón de la Superliga china, el Jiangsu , por la retirada de su patrocinador, la cadena de tiendas de electrodomésticos Suning, y los recientes problemas del Guanzghou por la deuda de su propietaria , la inmobiliaria Evergrande. Se trata del Hebei FC, que acaba de anunciar que no puede pagar la electricidad de sus campos de entrenamiento y ha disuelto su escuela y equipos juveniles, a los que ha dado “vacaciones” por tiempo indefinido.

Aunque menos conocido y victorioso que el Guangzhou Evergrande y el Jiangsu Suning, este club de la provincia de Hebei también soñó en su día con ser un grande del fútbol chino. Para ello, fichó en 2018 a figuras de renombre como los argentinos Javier Mascherano y Ezequiel Lavezzi y, dos años antes, al entrenador Manuel Pellegrini. Pero el equipo se ha quedado sin dinero porque es propiedad de la constructora China Fortune Land Development , que acumula una deuda de 270.000 millones de yuanes (36.500 millones de euros), según informó en octubre la revista “Caixin”.

Tal y como reconoció el mes pasado uno de sus técnicos, algunos de ellos tuvieron que pagarse de su bolsillo los billetes de avión a la provincia de Shaanxi para el partido contra el Changan de la Copa de China, que por cierto perdieron. Su situación financiera es tan mala que muchos seguidores dudan de que pueda volver a la competición cuando se reanude la Superliga en diciembre. Temiendo su disolución, sus aficionados han lanzado una campaña en internet pidiendo a las autoridades que intervengan para salvar al club, que tiene su sede en la ciudad de Langfang.

«Este tipo de equipo, tan querido y respetado, se merece un poco más de atención por parte del Buró Provincial de Deportes y de la Asociación China de Fútbol », reclaman los hinchas, según informa la agencia France Presse. «Una vez que esto se acabe, habrá que preguntarse si los inversores han hecho de verdad algo por el fútbol chino o solo lo han usado para su propio beneficio«, critica otro aficionado en Weibo, la principal red social del país.

Y es que este deporte ha vivido una auténtica burbuja en China desde que en 2012 llegó al poder el presidente Xi Jinping, un reconocido forofo. Como su plan era potenciar el fútbol en los colegios para que China pudiera aspirar algún día a ganar un Mundial, grandes empresas invirtieron una millonada en los clubes para congraciarse con él y favorecer así sus negocios. Durante aquellos años de bonanza, equipos chinos como el Guangzhou Evergrande, el Shanghai SIPG y el Jiangsu Suning se gastaban más de 400 millones de euros en fichajes, al nivel de los equipos de España, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia.

Tras aquella lluvia de millones, en los dos últimos años han desaparecido 20 equipos profesionales de distintas categorías y la selección nacional china sigue sin levantar cabeza. Situada en puesto número 75 de la FIFA, lleva sin clasificarse para la fase final de un Mundial desde el disputado en 2002 en Japón y Corea del Sur, donde perdió sus tres partidos de la primera ronda.

Frente a la potencia deportiva que es China en los Juegos Olímpicos , donde lidera el medallero junto a Estados Unidos, en fútbol es un desastre que avergüenza a sus propios seguidores. Primero fueron los escándalos de corrupción y amaño de partidos que abundaban en su liga, que acabaron con sus máximos responsables en la cárcel en 2012, y luego la burbuja de inversión en sus equipos, a la que el régimen de Pekín puso límite en diciembre del año pasado.

Además de ver en acción a jugadores como Drogba, Anelka, Tévez o Hulk , y a entrenadores como Lippi, Cannavaro o Scolari, las únicas alegrías que se han llevado los hinchas chinos son las dos Ligas de Campeones de Asia que el Guangzhou Evergrande ganó en 2013 y 2015. Para el Hebei FC, el último en riesgo de extinción, el balance es mucho más triste, ya que su mejor posición fue quedar cuarto en la Superliga de 2017. Como un espejismo, sigue desvaneciéndose la burbuja del fútbol chino.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación