España-Bosnia
Fiesta o funeral en Las Palmas
España, más pendiente del Inglaterra-Croacia, tiene un incómodo amistoso ante Bosnia
Quedaba el domingo para recordar como merece a David Silva , el último de la era dorada que abandonó el barco, y la Federación montó en Las Palmas un amistoso contra Bosnia a modo de fiesta. Iban las cosas estupendamente para la España de Luis Enrique , tanto que incluso la gente, tan de extremos por aquí, se emocionó por esas dos victorias ante Inglaterra en Wembley (1-2) y Croacia en Elche (6-0), y bastaba incluso con un punto en dos encuentros para cerrar la clasificación y estar el próximo junio en la final a cuatro de la Liga de las Naciones. A nivel deportivo, no es gran cosa, pues se trata de un torneo nuevo que se ha inventado la UEFA precisamente para evitar el exceso de bolos intrascendentes como el de esta noche, pero sí servía para levantar el ánimo de la tropa después del estropicio del Mundial. El caso es que la selección se ha enredado de mala manera con la derrota en casa ante los ingleses (2-3) y la del pasado jueves en Zagreb ante los balcánicos (3-2) , así que lo de esta noche en Gran Canaria deriva en un amistoso incomodísimo y poco apetecible que puede tener incluso tintes de funeral.
Básicamente porque a España le interesa mucho más lo que pase en Wembley a las tres de la tarde, hora programada con cierta maldad para el Inglaterra-Croacia ya que los visitantes llegan sin apenas descanso. A la hora de los postres, los chicos de Luis Enrique se sentarán para seguir un duelo en donde solo les vale la «X» para obtener la clasificación, así está el panorama después de estos dos tropiezos consecutivos. «No depende de mí, pero me hace ilusión que haya un empate. Era un objetivo y de depender de nosotros, por nuestros errores no ha sido así. Yo sí que confío», desveló Saúl Ñíguez, el encargado ayer de poner voz a un vestuario que, en general, se pasea estos días con cierta desgana.
Sin que el duelo ante la Bosnia que dirige el entrañable Robert Prosinecki haya despertado mucha expectación entre los insulares (el estadio de Gran Canaria, con capacidad para más de 30.000 personas, no se llenará ni por asomo), solo Luis Enrique le ve cierto atractivo. Es lo suyo, claro, y se encargó ayer de darle toda la relevancia que pudo a la cita. «Es un amistoso y es cierto que hasta marzo no nos juntamos, pero es una prueba más que interesante e importante. Podremos a ver jugadores que no han tenido muchos partidos , es relevante por lo que a mí respecta».
Se da por hecho que habrá un carrusel de cambios y que se repartirán minutos, ampliando así una estadística que revela que el seleccionador ha usado ya a 27 internacionales en cinco compromisos desde que llegó al cargo. Donde más dudas tiene es en la defensa, desprotegida esta vez sin Sergio Ramos porque se fue directo de Croacia a Madrid por unos problemas en el aductor que han despertado cierto runrún. «Lo que siempre está claro es que nos rodea la polémica y los resultados hacen que salgan a la luz estas cosas. Lo de Sergio es muy fácil: llegó con molestias y nos planteamos que no jugara contra Croacia. Decidió jugar, lo hizo bien y gracias a Dios no se lesionó. No tenía sentido jugar un amistoso y ha vuelto a su club, nada más», resolvió Luis Enrique.
Efectivamente, la selección siempre vive instalada en el chascarrillo, y desde hace un tiempo el debate se centra en David de Gea , señalado porque no tiene nada que ver con el portero sólido y seguro que es cuando está con el Manchester United. Se personaliza en él por una serie de errores de bulto, y Luis Enrique, sin decir más de la cuenta, ve fantasmas en esos ataques. «Lo que es, ya no curioso, pero sí peculiar, es todo lo que significan las críticas. Es lógico y hay que aceptarlas, pero cuando son tan personalizadas resultan un poco curiosas. Esto es colectivo, a un portero no le marcan por estar más o menos acertado. El balón ha tenido que llegar ahí. Pero aceptamos las críticas, es la única manera de superar eso ». Eso sí, evitó pisar charcos y ni siquiera personalizó en el guardameta pese a la insistencia. «Me tenéis que entender, y si no, me da igual. Yo defenderá a muerte a mis jugadores y lo hago convencido, para eso la convocatoria la hago yo».
Lo cierto es que el asunto De Gea incomoda bastante a la caseta. «Cuando metéis tanta caña, a todos nos afecta. Siempre digo que no, pero te afecta», reconoció Saúl . « No es bueno para nadie que David reciba críticas . Ha demostrado que es de los mejores del mundo, está más que consagrado. Hay momentos que decides bien y otros mal, y más siendo portero. Es injusto que la toméis con De Gea. Yo no veo que le falte confianza, demuestra una personalidad tremenda. Pero se genera una energía negativa que no es buena ni para él ni para la selección».
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