El Juez Instructor pide castigar al Lleida con la pérdida de un partido por 'conducta antideportiva' con el Covid

El Juez Instructor de la RFEF ha solicitado al Comité de Competición que dé por perdido al Lleida Esportiu el partido que el pasado 9 de enero debía haber disputado ante el Numancia en Los Pajaritos y que finalmente no se jugó porque el club catalán presentó entonces una carta a la Federación solicitando el aplazamiento de aquel duelo por una serie de supuestos casos de Covid-19 en la entidad. Un brote que fue negado desde la propia plantilla del conjunto leridano. Además, de la pérdida de los puntos y la victoria del conjunto numantino por 3-0, el Instructor también reclama en su propuesta de sanción una multa económica mínima de 3.006 euros.

«Analizado el expediente y a juicio del Instructor y salvo mejor criterio del órgano sancionador, los hechos probados permiten concluir que el Lleida Esportiu no ha cumplido con las obligaciones previstas para aquellas situaciones en las que se detectan casos de Covid-19 , ya que, además de no constar información bastante en relación con las altas de los jugadores que contrajeron la enfermedad (con el objeto de determinar el número de futbolistas disponibles para haber disputado el partido), la doctora Helena Palacín Fornons no practicó ninguno de los test o pruebas para la detección de virus, y tampoco rubricó la carta por la que el Lleida Esportiu solicitó el aplazamiento del encuentro, lo que permite concluir la comisión de la infracción tipificada en el art. 68 del Código Disciplinario de la RFEF, relativo a conductas contrarias al buen orden deportivo», afirma el Juez Instructor en su expediente, según ha informado el Numancia en sus medios oficiales.

La propuesta de sanción del Juez Instructor se ha comunicado hoy a ambos clubes, que tienen un plazo de diez días para formular alegaciones. Transcurrido ese plazo, el expediente se elevará al Comité de Competición de la RFEF para su resolución.

Hay que recordar que el aplazamiento del partido que ha motivado este expediente sancionador tuvo lugar cuando el Lleida Esportiu estaba aún dirigida por los hermanos Jordi y Albert Esteve , que poco después abandonaron un club que debía varias mensualidades a la plantilla , que sufría denuncias por impagos, que vivió registros de la Guardia Civil y al que el Ayuntamiento le expulsó y prohibió el acceso al estadio municipal debido a sus incumplimientos. A finales de enero, los Esteve llegaron un acuerdo con el grupo del empresario gallego Luis Pereira para el traspaso en la gestión y la dirección de una entidad que continúa arrastrando la negra herencia de sus anteriores propietarios.