Nations League
«España es una máquina, pero queremos jugar»
Jarolslav Silhavy, seleccionador checo, alaba el nivel de los de Luis Enrique antes de medirse en el segundo partido de la Nations League
Horario y dónde ver el República Checa-España

Sobre un escenario que invita a la admiración, tanto en su geografía artificial como en la natural, contemplando el reloj medieval de la Ciudad Vieja o el curso inacabable del río Moldava; sobre un pasto también atractivo, el Sinobo Stadium (o Eden Arena), inaugurado en 2008 y que ya ha albergado finales continentales y recibido a grandes equipos (por sus galerías hay grandes fotos de cuando el cruce del Slavia con el Barcelona de Messi, en 2019), España se juega buena parte de sus aspiraciones en un torneo que asegura querer y respetar. Una Nations League que recién empieza, pero que ya amenaza. La República Checa comanda y España resbaló en el estreno ante Portugal. Una derrota agrandaría a cuatro puntos la desventaja.
Y aunque la selección no lo contempla, sí teme o respeta al rival, que a su vez se viene arriba, al menos en el planteamiento. Lo hizo por boca de su entrenador, Jaroslav Silhavy («queremos apretar a España, quitarle el balón, le he dicho a mis jugadores que ni tengan miedo; son una máquina, pero queremos jugar también») y del único de sus futbolistas que milita en la Liga española, Jakub Jankto («si no creyéramos que podemos ganar, mejor no jugamos. En casa podemos ganar a cualquiera, la última vez que perdimos fue ante Brasil, hace más de tres años»).
Luis Enrique , el jefe del equipo español, también está seguro de que se va a encontrar enfrente un «equipo valiente», nada que ver con cerrojazos que otros rivales le han propuesto. «República Checa defiende bien, ocupa bien los espacios en ataque y juega en casa». Y además, pone sus barbas a remojar tras lo que le ha pasado en la primera jornada del torneo a otras potencias vecinas: «Van a caer más grandes. Este torneo ha puesto fin a los amistosos de selecciones. Ya sí que no hay partido fácil».
El conjunto local tiene bajas, eso sí, de consideración. Sobre todo su jugador bandera en la pasada Eurocopa, el goleador Schick. Su ariete será presumiblemente Kuchta, uno de los pocos futbolistas que decidió quedarse a jugar la liga rusa, en el Lokomotiv de Moscú, pese a la invasión de Ucrania.
Luis Enrique aprovechó el día para elogiar, entre otros, a Unai Simón («me transmite paz») y a Marcos Asensio («su disparo no lo tienen seis jugadores en el mundo».