La ensoñación de la Federación Vasca
La tropa de la Federación Vasca, con el altavoz de los medios afines, ha movido ficha con cierta inteligencia. Resulta que han pedido, tanto a la FIFA como a la UEFA, que se les conceda la oficialidad necesaria para ser miembro de pleno derecho y poder así competir en los torneos internacionales como lo hace, por ejemplo, España. Hay titular en ello, algo de revuelo porque trasciende a lo deportivo en estos tiempos de trasiego político y más ruido que nueces. De hecho, he aquí un ejemplo, consiguen que se hable de ellos sin que la historia tenga recorrido, pero conviene no confundir más de la cuenta al personal, que suficiente lío hay con otros asuntos más serios.
No busquen más imágenes que la de la expedición vasca en la garita de la UEFA y de la FIFA porque ni siquiera entraron en los recintos. Con el presidente Luis Mari Elustondo a la cabeza, presentaron la solicitud con la pertinente documentación jurídica y administrativa que da soporte a la misma y se la dejaron a los recepcionistas, quienes amablemente se quedaron con los papeles. Pura cortesía.
La vida real de esta propuesta no existe, pues desde la Federación Española lo ven como algo «irrealizable» (así lo expresó Luis Rubiales en 2018, ahora ni siquiera ha valorado este movimiento oportunista) y no hay que olvidar que la propia Federación Vasca forma parte de la Española, guste o no. Además, los estatutos de la UEFA y de la FIFA son muy concretos en este sentido y zanjan cualquier atisbo de ensoñación.
