Nations League
¿Dónde se fue Marcos Llorente?
El enigma de una irrupción fulgurante y una caída repentina trasladado a la selección
Luis Enrique le sigue teniendo ahí, aparentemente entre sus favoritos. Un convocado invariable en todas y cada una de sus listas, también en esta minimaratón de fin de curso que está pescando a buena parte de las selecciones con la lengua fuera. Aunque luego no es que lo utilice mucho. Rara vez de titular , tampoco un cambio de los principales. Pero Marcos Llorente, 27 años, nunca falta. Hoy estará igualmente en el coqueto Eden Arena de Praga, la sede del Slavia, seguramente en el banquillo (o quién sabe, dado el tono con el que ayer lo defendió el técnico), soportando sobre sus espaldas un enigma de los que de vez en cuando arroja el fútbol. De futbolista del año a jugador más bien del montón en el siguiente. ¿Dónde se fue Marcos Llorente?
Su irrupción fue casi más inesperada que su eclipse. Llegó al Atlético de Madrid como medio centro y se volvió un peligro. Conducía mucho la pelota y perdía zona. Simeone lo mandó enseguida al banquillo , a hacer la clásica mili. A que lo olvidaran. Y de pronto un día, el inolvidable 11 de marzo de 2020, con el Atlético en la lona de Anfield (2-0), fuera de la Liga de Campeones, el preparador lo sacó al campo como delantero. Lo demás, ya saben, dos carreras, dos trallazos, dos goles, la eliminatoria patas arriba y el Atlético en cuartos. Un descubrimiento surrealista , una reconversión milagrosa que no han logrado descifrar aún los estudiosos del fútbol.
De ahí se pasó a la consagración del título de Liga 2020-21. 37 partidos, 12 goles, 11 asistencias. El futbolista del año . De delantero, de extremo o de interior, como quedó su posición final con Trippier de socio perfecto en el lateral derecho. Llorente lo tuvo todo . Regate, tiro, pase, esfuerzo, potencia, velocidad. Sobre todo un salvaje esprint corto, capaz de ganar en una carrera de diez metros a un jugador con dos o tres de ventaja. Un toro , diría Carlitos Alcaraz. Hasta en los gritos fue decisivo, cuando alertó a Suárez de que iba solo en el gol del alirón en Zorrilla. Solo era un peligro en el área propia (y así sigue), por su propensión a descontrolar sus manos cuando llueve un balón. Pero pasó el curso como el futbolista perfecto.
«Es un físico top, que puede jugar en posiciones diferentes; es impagable»
Luis Enrique
Seleccionador español
Y, sin embargo, la temporada siguiente, esta que termina, se acabaron las noticias: cero goles, da igual la competición, y apenas dos asistencias. Bueno, una más en Copa . Pero se quedó sin socio cuando se fugó Trippier, le confundieron a menudo de posición (ese invento nocivo de Luis Enrique como lateral), perdió el duende para el remate y sus carreras no dejaron de ser poderosas pero sí efectivas. Es verdad que se cayó todo el Atlético, pero muy llamativamente Llorente. Nadie ha acertado a pronunciar una buena razón.
«Permítame que discrepe profundamente», afirmó ayer Luis Enrique para justificar una convocatoria lejana a la meritocracia; «los números cada uno los analiza como quiere. Pero para mí ha hecho una gran temporada. Yo veo a un jugador con un físico top, que puede jugar en posiciones diferentes. Y eso es impagable. Ahora lo llamo como medio no como lateral. Y para venir como mediocampista a esta selección hay que tener mucho nivel . Eso no quiere decir que no vaya a tener competencia».
Pese al amor verbal, Luis Enrique tampoco ha recurrido demasiado sobre el césped al rojiblanco. Que no ha tenido una actuación sobresaliente con la selección, ni en su fase arrolladora. «El Atlético necesita ese Marcos de la pasada temporada», tercia su compañero Koke, «pero bueno, le ha tocado jugar de lateral derecho, da todo lo que tiene... No ha sido fácil para ninguno. Ha hecho buena temporada. Nos hubiese gustado que hubiese hecho más goles, pero no ha podido ser»
El caso es que nadie vio venir su llegada y tampoco su retroceso. ¿Qué versión es la ocasional y cuál la verdadera? El enigma Marcos Llorente. Praga también lo va a poner a prueba.
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