El dilema del Villarreal antes de la gran final

En tiempos de reyertas entre Ligas megalómanas y organismos que sufren de gota, el equipo de una ciudad de apenas 50.000 habitantes tiene en su agenda el destino de una buena parte del fútbol nacional y continental. Sin ser tan idílico, porque tiene un gran equipo y un importante presupuesto, el Villarreal, aldea gala, jugará sus dos últimos partidos de la temporada contra el Real Madrid y el Manchester United, desafíos que podrían darle acceso a sus dos grandes objetivos esta temporada: clasificarse para la Europa League y ganar su primer título europeo . El primer encuentro, este sábado, corresponde a la última jornada de Liga y el segundo, el 26 de este mes, a la lucha por la Europa League. Además, los aficionados castellonenses, aunque con límite de aforo, podrán ver la final desde el estadio de Gdansk en Polonia, que permitirá la entrada a 2.000 hinchas de cada bando. Un cierre digno a una gran temporada que, como siempre en el fútbol, cuenta con una cara oculta.

Pese a la meritoria campaña, el Villarreal se encuentra ante un difícil dilema en lo que a gestión de esfuerzos se refiere. Por un lado, puntuar contra el Real Madrid les puede dar acceso a la próxima Europa League, a la que ha acudido con regularidad en la última década y casi una obligación en sus objetivos anuales. Pero por el otro, jugar con todo su talento el fin de semana contra un equipo que busca a la desesperada el título de Liga podría repercutir en el estado físico de una plantilla que, como todas, se ha expuesto en los últimos meses a un calendario especialmente sofocante debido al panorama dibujado por la pandemia. Y con el United a la vuelta de la esquina y la oportunidad de ganar un título (pese a la dificultad del reto), todas las precauciones son pocas. Además, si vence al United se clasificarían directamente para la Champions League, premio mayor.

Los amarillos están empatados en Liga a 58 puntos con el Betis, último inquilino de la zona noble europea (el Villarreal, séptimo clasificado, ya tiene asegurada su participación en la nueva competición de la UEFA, la Conference Cup). Por lo tanto, los castellonenses dependerán del resultado que los andaluces consigan en su partido del próximo fin de semana frente al Celta de Vigo. Sin embargo, la gran ilusión del equipo tiene nombre y apellido. Emery, tras vencer al Sevilla el domingo (4-0) arrojaba algo de luz a cuáles eran las preferencias del conjunto: «El objetivo es la Europa League y el gran objetivo es la final ».

Tras eliminar al Arsenal en semifinales hace once días, Pau Torres, central del Villarreal y de la selección, explicaba entre lágrimas lo especial que era para él llegar a una final europea con el equipo de su ‘vila’. «Somos especiales y a los de aquí es más fácil explicárselo», suelen decir desde el club castellonense. Toda la temporada del Villarreal parece haberse orquestado, desde sus inicios, para quitarse el mal fario que el equipo tiene en la consecución de títulos continentales. La dirección de Emery, leyenda viva de la competición tras conseguir tres de manera consecutiva con el Sevilla (2014-2016), ha sido hasta la fecha impecable en su camino hasta la final, pues ni siquiera conocen la derrota . El proyecto aún convive con el penalti que Jens Lehmann le paró a Riquelme en las semifinales del mismo torneo hace quince años, y ahora están a un partido de cobrar en redención.

Tal es la preocupación del equipo respecto a su gran final que después de que LaLiga fechase la última jornada para el domingo para que no coincidiese con la retransmisión de Eurovisión (lo que les daría solo dos días de descanso), el Villarreal encabezó la protesta contra el organismo, uno que finalmente dio la razón a los clubes para que los partidos se jugasen finalmente el sábado.