Selección española
Diego Costa, el verso suelto de la selección española
El delantero prende la mecha al asegurar que se le critica porque no es «un español natural», aunque admite sus malos números con la selección
Desde los inicios, la relación entre Diego Costa y España parece un imposible, empeñados en entenderse sin que de momento existan momentos de felicidad. Desde la Real Federación Española de Fútbol se movió mar y tierra para que el delantero fuera español a todos los efectos -y eso que llegó a disputar dos amistosos con su Brasil natal- y Diego Costa fue el «9» de España en el Mundial de hace dos años, tan nefasto su rendimiento como el del equipo que entonces dirigía Vicente del Bosque. El antiguo seleccionador se entregó a Costa y tenía motivos de sobra, pues su curso con el Atlético de Madrid había sido estupendo. Aciertos, pelea, sacrificio y compromiso, ingredientes básicos para defender la estrella, un delantero al alza para resolver el problema del gol.
El resultado fue lastimoso, con Diego Costa en mala forma -se lesionó en el tramo final de temporada- y desbordado ante el insoportable ambiente que aguantó en Brasil, señalado por sus compatriotas de cuna en lo que se entendió como una ofensa por escoger otra bandera. Ahora, y después de un tiempo sin recibir la llamada de España -no estuvo en la Eurocopa-, vuelve al día a día y prende otra vez la mecha con un calentón peligroso. En Bruselas, y después del buen debut de Julen Lopetegui, Diego Costa montó un incendio y aseguró, sin tapujos, que se le critica por no ser «español natural» , obviando las tristes cifras que presenta en sus tardes de rojo.
«Si soy jugador del Madrid o del Barcelona seguramente se diría que he hecho un buen partido», escupió Costa al filo de la medianoche belga, satisfecho por su actuación, seguramente la más completa desde que es estrenó en marzo de 2014. «Como no soy español natural... Siempre la gente me va a criticar por la falta de gol, pero creo que el partido ha sido muy bueno». En la reflexión, ese apunte aludiendo a la españolía que puso en alerta a la prensa, consciente de que por ahí había tema. ¿Entonces, se le cuestiona por no ser ni del Madrid, ni del Barça ni español?, le sugirieron. «Bueno, creo que vosotros (refiriéndose a los medios) tenéis razón muchas veces porque he hecho partidos muy malos y las cosas no han salido bien. Pero cuando se hacen bien, por más que no lleguen los goles, hay que decir la verdad. Y hoy he hecho un partido bueno. Me faltó el gol y ya llegará», pronosticó. Con todo, del mismo modo que suelta la bomba es el primero en reconocer sus deudas, volcánico para lo bueno y para lo malo. «A veces me paso. Pero si lo hago yo, se me critica de una manera especial. Tengo culpa porque muchas veces la lío, lo asumo, pero con poco se hacen tempestades».
Lo cierto es que a Diego Costa le delatan los números y alguna que otra pérdida de papeles, muy presente el comportamiento a la hora de querer formar un equipo. Pero en lo evidente, que son las cifras, Costa sale en números rojos, muy rojos para ser delantero. El de Bélgica fue su undécimo encuentro con la selección, suplente de Álvaro Morata y primera alternativa cuando el madridista se retiró con problemas físicos (solo sufre un golpe y sigue en la concentración). En su historial, únicamente se ha narrado un tanto, que llegó en una lluviosa noche de hace dos años en Luxemburgo, remate a bocajarro que era imposible fallar. Y llegó después de 515 minutos en blanco, más oportunidades que ningún otro. Ahora ya acumula 794 con España y sigue hablando en singular , únicamente con esa diana. Básicamente por eso se juzga a Diego Costa, más allá del escudo o lo que marca la partida de nacimiento.
En su primera lista, Lopetegui justificó la presencia del futbolista del Chelsea después de haberle visto en directo, acertado en el despertar de la Premier. «Nos ha convencido», resumió el entrenador, que ve múltiples virtudes en el hispanobrasileño por mucho que sus maneras casen poco, de momento, con la idea de posesión infinita y de mover el balón sin parar hasta la zona de ensayo. Ayer, desde Las Rozas, el vestuario arropó al compañero. «Con él he coincidido poco, pero lo veo igual que siempre, lo veo alegre y haciendo lo mismo con los compañeros», defendió Vitolo. «Él sabrá por qué lo dice», apuntó Jordi Alba , en relación a esas polémicas palabras. «A mí no me parece ni bien ni mal. Los compañeros estamos con él, es importante, nos da mucho y si mete gol o no es lo de menos. Hace un trabajo excepcional y estamos contentos por como trabaja con la selección. Como mejor se defiende es jugando así», zanjó. A la espera de que se reivindique con goles, hasta la fecha es el verso suelto de España.
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