Resultado y goles del Deportivo 2 - Fuenlabrada 1
Final dramático para el Fuenlabrada
El Deportivo remonta con un gol de penalti en el tiempo de prolongación y deja a los madrileños fuera del playoff de ascenso
Crónica
No hubo sorpresa en un caso envuelto desde el primer día en una duda permanente y el Deportivo-Fuenlabrada , uno de los partidos más inciertos de la historia, se pudo disputar en Riazor, donde la derrota de los madrileños en el tiempo de prolongación por un penalti puso fin a la liga regular de Segunda división casi tres semanas después de lo programado. Sin traca final en los despachos en forma de suspensión de última hora, el balón tomó el testigo y cobró por fin protagonismo en el vodevil que ha enloquecido el verano del fútbol español. En un encuentro tan oficial como de circunstancias por las ausencias acumuladas en ambas plantillas, al conjunto de José Ramón Sandoval se le escapó el playoff de ascenso de la manera más cruel, pero este lío aún no ha terminado. Ni mucho menos. La prórroga de este caso continuará en el terreno del Comité de Competición de la RFEF , que tendrá que resolver el expediente extraordinario que tiene abierto la entidad madrileña. En el peor de los escenarios, podría llegar a sufrir un descenso administrativo y esa es la bala, la última, en la que confían los gallegos para poder continuar en la categoría de plata de la que, aparentemente, se despidieron en una noche calurosa, aunque afortunadamente solo en lo climatológico porque no hubo incidentes ni piques infantiles entre futbolistas. Sí entrega hasta el final, lo que le provocó la remontada coruñesa.
Del aeropuerto al estadio sin escalas. Solo algunos curiosos y aficionados deportivistas, pocos, recibieron a la expedición del Fuenlabrada a su llegada a Riazor , donde se habían reforzado las medidas de seguridad porque el partido fue declarado de alto riesgo. Una cita a la que los coruñeses se presentaron siendo ya equipo de Segunda división, al menos sobre el papel, y los madrileños necesitados de sumar un punto para conseguir el objetivo de entrar en el playoff de ascenso. Un encuentro soso, el típico que se puede ver en una pretemporada, y no por una especial falta de ganas de los jugadores, aunque la cita, para qué engañarnos, tampoco generó una explosión de adrenalina sobre la hierba. Y eso que Aketxe engañó estrenando el capítulo de amarillas en el primer minuto. La falta de intensidad a medida que fue avanzando el reloj, que no de ganas, era lo previsible en dos plantillas que llevaban desde el pasaba 20 de julio, día del aplazamiento, sin entrenarse. Los unos por estar ya de vacaciones y, los otros, por su obligado confinamiento en un hotel. Los equipos llegaron con el gancho y la escasez de físico se acusó en un choque de ritmo lento. Los visitantes acabaron doblando la rodilla.
Sobresalto en la orilla
Hubo sobresalto en las horas previas al comienzo en Riazor porque los fuenlabreños dejaron en casa a varios jugadores que, siguiendo los protocolos de la Liga, no viajaron por precaución al haber dudas con sus últimos test. Ausencias que desataron la alarma periodística y que provocaron que la entidad presidida por Jonathan Praena saliera a desmentir en la redes sociales el «runrún» creciente de que en su equipo había más casos positivos. «Ante las informaciones publicadas, confirmar que no hay ningún nuevo positivo en el Fuenlabrada», aclaró el club, que ocultó hasta última hora una lista de expedicionarios de circunstancias.
Las bajas de última hora mermaron aún más a los madrileños, que se presentaron en Riazor con solo siete fichas profesionales en una convocatoria de trece futbolistas. Una nueva invitación para agrandar el gran enredo del Deportivo-Fuenlabrada porque una lesión o una expulsión hubiera dejado al conjunto de Sandoval con seis profesionales, lo que podría haber dado un argumento sólido a los gallegos para denunciar alineación indebida. El maquiavélico guionista del gran lío del verano no abrió ese capítulo y esos siete profesionales empezaron y acabaron el duelo a pesar de que Nteka recibió una tarjeta antes del descanso. El temor se mantuvo hasta el último suspiro.
La alineación de José Ramón Sandoval resultó tan forzada que su portería fue defendida por Álvaro Ruvira, guardameta de 19 años que ha jugado a lo largo de la temporada en la Regional madrileña con el filial fuenlabreño. El tempranero gol de Pathé Ciss , centrocampista reconvertido en defensa, ayudó a transmitir tranquilidad a los visitantes, pero no fuerzas.
No fue, ni mucho menos, un simulacro de partido, al menos sobre la hierba, donde los gallegos, heridos en su orgullo después de dos semanas de incertidumbre, apretaron hasta el final. Los balones aéreos se convirtieron en un problema para los madrileños y Beauveu igualó en el minuto 84. Un sufrimiento añadido para los visitante, que en el tiempo de prolongación vieron volar el sueño al señalar el árbitro un penalti por mano después de revisar las imágenes en la banda. Beauveu acertó, un tanto que metió al Elche en el playoff de ascenso . Un final inesperado a la altura de este culebrón.
No hubo sorpresa en un caso envuelto desde el primer día en una duda permanente y el Deportivo-Fuenlabrada , uno de los partidos más inciertos de la historia, se pudo disputar en Riazor, donde la derrrota de los madrileños en el tiempo de prolongación por un penalti puso fin a la liga regular de Segunda división casi tres semanas después de lo programado. Sin traca final en los despachos en forma de suspensión de última hora, el balón tomó el testigo y cobró por fin protagonismo en el vodevil que ha enloquecido el verano del fútbol español. En un encuentro tan oficial como de circunstancias por las ausencias acumuladas en ambas plantillas, al conjunto de José Ramón Sandoval se le escapó el playoff de ascenso de la manera más cruel, pero este lío aún no ha terminado. Ni mucho menos. La prórroga de este caso continuará en el terreno del Comité de Competición de la RFEF, que tendrá que resolver el expediente extraordinario que tiene abierto la entidad madrileña . En el peor de los escenarios, podría llegar a sufrir un descenso administrativo y esa es la bala, la última, en la que confían los gallegos para poder continuar en la categoría de plata de la que, aparentemente, se despidieron en una noche calurosa, aunque afortunadamente solo en lo climatológico porque no hubo incidentes ni piques infantiles entre futbolistas. Sí entrega hasta el final, lo que le provocó la remontada coruñesa.
Del aeropuerto al estadio sin escalas. Solo algunos curiosos y aficionados deportivistas, pocos, recibieron a la expedición del Fuenlabrada a su llegada a Riazor, donde se habían reforzado las medidas de seguridad porque el partido fue declarado de alto riesgo. Una cita a la que los coruñeses se presentaron siendo ya equipo de Segunda división, al menos sobre el papel, y los madrileños necesitados de sumar un punto para conseguir el objetivo de entrar en el playoff de ascenso. Un encuentro soso, el típico que se puede ver en una pretemporada, y no por una especial falta de ganas de los jugadores, aunque la cita, para qué engañarnos, tampoco generó una explosión de adrenalina sobre la hierba. Y eso que Aketxe engañó estrenando el capítulo de amarillas en el primer minuto. La falta de intensidad a medida que fue avanzando el reloj, que no de ganas, era lo previsible en dos plantillas que llevaban desde el pasaba 20 de julio, día del aplazamiento, sin entrenarse. Los unos por estar ya de vacaciones y, los otros, por su obligado confinamiento en un hotel. Los equipos llegaron con el gancho y la escasez de físico se acusó en un choque de ritmo lento. Los visitantes acabaron doblando la rodilla.
Hubo sobresalto en las horas previas al comienzo en Riazor porque los fuenlabreños dejaron en casa a varios jugadores que, siguiendo los protocolos de la Liga, no viajaron por precaución al haber dudas con sus últimos test. Ausencias que desataron la alarma periodística y que provocaron que la entidad presidida por Jonathan Praena saliera a desmentir en la redes sociales el «runrún» creciente de que en su equipo había más casos positivos. «Ante las informaciones publicadas, confirmar que no hay ningún nuevo positivo en el Fuenlabrada», aclaró el club, que ocultó hasta última hora una lista de expedicionarios de circunstancias.
Las bajas de última hora mermaron aún más a los madrileños, que se presentaron en Riazor con solo siete fichas profesionales en una convocatoria de trece futbolistas. Una nueva invitación para agrandar el gran enredo del Deportivo-Fuenlabrada porque una lesión o una expulsión hubiera dejado al conjunto de Sandoval con seis profesionales, lo que podría haber dado un argumento sólido a los gallegos para denunciar alineación indebida. El maquiavélico guionista del gran lío del verano no abrió ese capítulo y esos siete profesionales empezaron y acabaron el duelo a pesar de que Nteka recibió una tarjeta antes del descanso. El temor se mantuvo hasta el último suspiro.
La alineación de José Ramón Sandoval resultó tan forzada que su portería fue defendida por Álvaro Ruvira, guardameta de 19 años que ha jugado a lo largo de la temporada en la Regional madrileña con el filial fuenlabreño. El tempranero gol de Pathé Ciss, centrocampista reconvertido en defensa, ayudó a transmitir tranquilidad a los visitantes, pero no fuerzas.
No fue, ni mucho menos, un simulacro de partido, al menos sobre la hierba, donde los gallegos, heridos en su orgullo después de dos semanas de incertidumbre, apretaron hasta el final. Los balones aéreos se convirtieron en un problema para los madrileños y Beauveu igualó en el minuto 84. Un sufrimiento añadido para los visitante, que en el tiempo de prolongación vieron volar el sueño al señalar el árbitro un penalti por mano después de revisar las imágenes en la banda. Beauveu acertó, un tanto que metió al Elche en el playoff de ascenso. Un final inesperado a la altura de este culebrón.