Fútbol

El cúmulo de esperpentos del Barcelona en 2020

Valverde, el día de su despido EFE

Destapada la caja del muerto con el mensaje que Leo Messi publicó el martes por la noche en su perfil de Instagram , el Barcelona desprende hoy un hedor que pocas veces se había instalado en la disciplina azulgrana.

Es, a fin de cuentas, el resultado de un cúmulo de despropósitos que se fueron precipitando a raíz del irregular juego del equipo. Es sabido que por más que el Barça fuera líder de la Liga y estuviese clasificado para los octavos de la Champions League, la directiva andaba a disgusto con Ernesto Valverde . La plantilla sostuvo al técnico tras la debacle de Roma y Anfield, pero Josep María Bartomeu apreció que su despido procedía en un momento templado de la temporada, a mes y medio del cruce ante el Nápoles.

Llegó entonces Quique Setién , con Valverde marchándose por la puerta de atrás y el casting para encontrar un técnico como inicio de un sainete sin fin. Las negativas de Ronald Koeman y Roberto Martínez fueron prácticamente públicas, del mismo modo que Mauricio Pochettino fue sondeado y terminó llegando Setién. Para mayor esperpento, durante la presentación del santanderino el presidente presumió de llevar tiempo macerando el acuerdo, algo que poco después desmontó, seguramente con inocencia, el ex del Betis, que reconoció haber recibido la llamada del club veinticuatro horas antes.

Capítulo aparte merece el abordaje que el Barça hizo a una figura que se estimaba salvadora para un momento tan delicado, especialmente en lo institucional y en consecuencia en lo deportivo, como el que atravesaba y atraviesa el club. Xavi Hernández , en quien no sin lógicase reparó como esperanza de presente y futuro similar a lo que Zinedine Zidane resultó en el Real Madrid, negó cuando una comitiva encabezada por Eric Abidal, secretario técnico y Óscar Grau, CEO del conjunto catalán. El excentrocampista se negó a asumir la responsabilidad con la temporada iniciada, sin la posibilidad de configurar una plantilla a su gusto y con el chaparrón que estaba cayendo.

El show crece en espectacularidad a la luz de las declaraciones que Abidal hizo ayer en una entrevista concedida a Sport. «No le hicimos ninguna oferta; si la tiene, que la enseñe» , desafío Abidal, que incluso fue fotografiado en Arabia junto al de Tarrasa. «Sí, recibí una oferta del Barcelona, pero no estaba de acuerdo con la oferta porque es demasiado pronto para ir a Barcelona ahora, y sueño con entrenarlo algún día, pero la ocasión aún no ha llegado», expuso Xavi tras el lío.

Poco después cayó lesionado Luis Suárez, fuera para lo que resta de temporada. El Barcelona se lanzó entonces a fichar un delantero en el mercado de invierno. Tras acumular nuevas negativas, ninguna tan sonada como la de Rodrigo, y atado por la delicada situación económica de una planificación que destina casi tres cuartas partes de su presupuesto a pagar salarios, la secretaría técnica barcelonista recurrió a un expatriado como Bakambú . El ex del Villarreal, hoy en el Beijing Sinobo Guoan, llegó a estar en el aeropuerto de Hong Kong, listo para volar a Barcelona. Pero todo se torció. Con humor, el atacante congoleño solicitó a la web Transfermarkt figurar como «casi jugador del Barcelona». Se le concedió.

La última, la definitiva, llegó este miércoles por la noche. Las declaraciones de Abidal llegaron hasta Messi: «Muchos jugadores no estaban satisfechos ni trabajaban mucho y también había un tema de comunicación interna. La relación entrenador-vestuario siempre ha sido buena, pero hay cosas que como exjugador puedo oler. Comuniqué al club lo que pensaba y había que tomar una decisión». El argentino, rebotado por lo que consideró una ofensa contra la plantilla, reprendió a Abidal con dureza: «Sinceramente no me gusta hacer estas cosas pero creo que cada uno tiene que ser responxsable de sus tareas y hacerse cargo de sus decisiones. Los jugadores de lo que pasa en la cancha y además somos los primero en reconocer cuando no estuvimos bien. Los responsables del área de la dirección deportiva también deben asumir sus responsabilidades y sobre todo hacerse cargo de las decisiones que toman. Por último creo que cuando se habla de jugadores, habría que dar nombres porque sino se nos está ensuciando a todos y alimentando cosas que se dicen y no son ciertas».

El chicle, de tanto estirarlo, parece no dar más de sí. No digamos ya tras la enésima lesión muscular de Ousmane Dembélé , caído ayer y fuera para lo que resta de temporada. El Barcelona deberá esperar a que se confirme que el jugador estará fuera más de cinco meses para poder mover hilos en un mercado que se le limitaría a los futbolistas sin ficha y a los que compiten en su misma liga.

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