Fútbol

Ya hay un culpable por la muerte de Emiliano Sala

El hombre que organizó el viaje ha sido juzgado hoy por el accidente que provocó la muerte del futbolista y el piloto

S. D.

David Henderson , el hombre que organizó el viaje en el que murió el futbolista Emiliano Sala y el piloto de la aeronave, David Ibbotson , se ha declarado culpable en el juicio celebrado hoy en Cardiff.

Henderson fue contratado por los intermediarios de la operación - Willie y Mark McKay - que debía llevar a Sala al Cardiff con el objetivo. Lo hicieron con el objetivo de que organizara un vuelo privado que trasladara al jugador hasta Gales.

Las gestiones del ahora culpable derivaron en el alquiler de una avioneta monomotor para la que el piloto contratado -el malogrado Ibbotson- no tenía licencia. Además, el vuelo se llevó a cabo en unas condiciones meteorológicas muy adversas , lo que desembocó en un accidente que acabó con la vida de los dos tripulantes.

El pequeño avión privado en el cual viajaban el jugador argentino de 28 años y el piloto David Ibbotson, se accidentó en el Canal de la Mancha el 21 de enero de 2019 . El atacante del Nantes francés había sido transferido al Cardiff City por 17 millones de euros.

El cuerpo del jugador, cuya muerte conmocionó al mundo del fútbol,

David Henderson

fue localizado en la carcasa del avión más de dos semanas después del accidente, a 67 metros de profundidad . El cuerpo del piloto de 59 años no fue nunca localizado.

En el informe final, publicado en marzo de 2020, la oficina británica de investigaciones de accidentes aéreos (AAIB) determinó que el piloto perdió el control del aparato durante una maniobra efectuada a una velocidad muy elevada, "probablemente" para evitar el mal tiempo.

El aparato, un Piper PA-46 Malibu , se habría dañado en esa maniobra, y los investigadores creen que el piloto "probablemente" se intoxicó con monóxido de carbono del sistema de escape del motor.

Los investigadores también subrayaron que el vuelo no se realizó conforme las reglas aplicadas a vuelos comerciales . El piloto navegó a vista, de noche, en condiciones meteorológicas difíciles y no tenía licencia para pilotar ese tipo de avión o para volar de noche.

El avión llevaba una velocidad de 435 km/h al hacer impacto con el agua, según la AAIB, que descartó cualquier posibilidad de sobrevivir.

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