Fútbol modesto

¿Manipulación o insolidaridad?, la polémica que divide a la Tercera división

Protagonistas de la categoría sospechan que clubes fijan los partidos entre semana en horario laboral para que sus rivales acudan mermados de efectivos

Entrenamiento de un club

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La declaración de Kiko Vilches , el entrenador del CF La Solana (Ciudad Real), encendió la mecha en Castilla-La Mancha, pero las quejas por los horarios de partidos aplazados por el coronavirus que los clubes se ven obligados a recuperar en jornadas entre semana se extienden por la Tercera división . Un problema sangrante para una categoría en la que muy pocos tienen el lujo de vivir del balón y en la que directivos, entrenadores y jugadores comen, en la mayoría de los casos, de sus trabajos. La picaresca está a la orden del día en el fútbol modesto y entre los protagonistas se propaga la sensación de que hay equipos que están aprovechando para colocar esos encuentros en horario laboral conscientes de que sus rivales tienen así más dificultades para poder contar con toda su plantilla. Un gol «legal» , pero poco ético y solidario, lamentan a ABC desde algunos conjuntos que se sienten afectados por la «triquiñuela» y denuncian la pasividad federativa.

El enfado de Kiko Vilches resume un malestar que aumenta cada día en regiones como Castilla-La Mancha, Murcia o Andalucía . «Si tu pones un partido a las siete de la tarde, los albañiles, los que trabajan en una tienda, los repartidores... no pueden venir a jugar a fútbol. He visto partidos a las cuatro de la tarde, a las cinco... ¿dónde vamos así?», lamentó el preparador del CF La Solana en aquella declaración sin apuntar directamente a ningún rival. Los partidos aplazados los fijan los equipos que ejercen de locales y en la categoría empieza a extenderse la idea de que algunas entidades no están actuando de buena fe.

En un fútbol tan cercano como es el de Tercera división , a los protagonistas no les gusta señalar con el dedo a los rivales, en muchas ocasiones también amigos, pero urgen soluciones ya. «Creo que hay equipos que se están aprovechando de una laguna legal que existe para sacar ventaja claramente. Que quede claro que no tengo nada en contra de esos clubes que luchan por sus intereses de una forma legal, el responsable de esta situación es quien permite que se puedan fijar esos horarios», asegura a este periódico José Mapeka, el entrenador del CD Bullense , en referencia, en su caso, a la Federación murciana. «Las territoriales deben implicarse directamente en este asunto e impedirlo, estamos sufriendo un castigo por haber teñido casos de Covid en la plantilla», añade.

¿Adulteración o insolidaridad?

Un punto de vista que coincide con el de Kiko Vilches , aunque el entrenador del CF La Solana se muestra más contundente, llegando a hablar de adulteración de la competición . «El organismo competente debe poner una franja horaria mínima porque se adultera la competición. En Tercera división hay que dar facilidades porque la gente trabaja y no pueden jugar al fútbol a determinadas horas».

Entrenamiento del CF La Solana @Cflasolana

Aunque Mapeka rechaza hablar de manipulación , su enojo es tan visible como el de su compañero. «Adulterar no sé si es la palabra exacta, pues es un concepto que va orientado a un “uso fraudulento” de la competición y, en este caso, los clubes actúan respetando la norma. Además lo justifican, en muchos casos, alegando falta de iluminación. Yo lo defino más bien como falta de solidaridad, pues en momentos difíciles es cuando hay que ayudarse unos a otros. Y esta situación se está dando con motivo del Covid-19 , que no pudiéramos jugar en su día no fue por nuestra voluntad», reflexiona el entrenador del conjunto murciano.

El Antequera CF , en el Grupo IX, muestra a ABC su enfado tras conocer la fecha para su partido aplazado ante el filial del Málaga , programado inicialmente para el 24 de enero y aplazado por el Covid. «Propusimos jugar el fin de semana del 27 o 28 de febrero, en la que no hay jornada de Liga, o incluso el lunes 1 de marzo, que es festivo en Andalucía, pero no nos han hecho caso. La Federación andaluza nos obliga a jugar el miércoles 10 de febrero, con el consiguiente problema que nos genera», explican desde la entidad de El Maulí . «No sabemos aún ni la hora, pero nos dicen que cuanto antes mejor. No tienen en cuenta que hay chicos que trabajan, es todo un desbarajuste al que la Federación debe poner coto para velar por la competición. Nuestro rival depende de un club profesional y ellos no tienen ese problema, ellos no tienen la culpa, la tiene quien lo permite», añaden desde el conjunto antequerano.

Casos reiterados

La pandemia, como muchos advirtieron antes del inicio del campeonato, está generando continuas interrupciones en la Liga de Tercera división y el aplazamiento de partidos se repite cada fin de semana. Recientemente, nueve de los diez encuentros programados para una jornada en el grupo de la Comunidad Valenciana no se pudieron jugar al saltar positivos entre las plantillas. Lo apretado del calendario obliga a recuperar entre semana los partidos suspendidos y de ahí surge el origen del problema de los horarios porque muchos entrenadores y futbolistas trabajan. Hay partidos, por ejemplo, fijados para las cuatro de la tarde. El CD Bullense murciano afronta este miércoles uno de esos duelos y en sus redes sociales ha tirado de ironía para poner sobre la mesa su malestar: «@UCAMMurciaCF fija el partido aplazado para este miércoles a las 16:00 horas. ¡Nos vamos superando con los horarios entre semana! Media hora antes que el de @aguilas_fc... Gracias. Nuestros guerreros irán al partido directos desde sus trabajos».

«En nuestro caso concreto, venimos de estar parados dos semanas debido a varios contagios tras las vacaciones de Navidad, y en los primeros 15 días de nuestra vuelta nos toca jugar cuatro partidos de Liga entre domingo y miércoles. Los jugadores tienen que pedir permiso para salir antes o el día libre dos veces en 15 días, un auténtico disparate . Tenemos confirmado ya que dos jugadores titulares no pueden venir y estamos esperando la respuesta de los jefes de la empresa de varios más», afirma con incertidumbre Mapeka, abogado y economista.

La Tercera división es una categoría que avanza a dos velocidades y en ella aparecen clubes con una estructural muy profesional y habituados a entrenar por las mañanas porque sus futbolistas sí pueden permirtirse el lujo de vivir del fútbol . No es, sin embargo, la tónica general y la mayoría de los equipos se nutren de futbolistas que estudian y trabajan. Por eso, a los modestos les duele aún más esa falta de empatía de los grandes a la hora de fijar los partidos atrasados. «No tienen ningún problema para jugar más tarde, si no lo hacen será por algo», advierte a ABC un delantero de la tercera murciana que prefiere que no aparezca su nombre.

Al hablar con los protagonistas, se palma el temor a las posibles «represalias» federativas con sus clubes que puedan tener sus palabras, aunque algunos se atreven a mostrar su malestar en las redes sociales. «Una vez más, un equipo visitante se ve afectado por el horario de la jornada entre semana. Es una auténtica vergüenza que un día laboral se tenga que jugar un partido suspendido a las 17 horas de la tarde. Algo no se está haciendo bien en Tercera», fue el mensaje que escribió el miembro de un cuerpo técnico de Tercera al conocer el horario fijado para su partido.

José Mapeka @bullense1931

La lista es amplia porque el CF La Solana, el Antequera CF o el CD Bullense no son los clubes afectados por los horarios que rompen la jornada laboral de técnicos y entrenadores, aunque los protagonistas de otros clubes prefieran no levantar polvareda con este asunto a pesar de que jugar en el actual escenario de pandemia tampoco resulta nada agradable ni para ellos ni para sus familias.

«Cuando suspendieron las competiciones por el Covid-19 eran los clubes profesionales y, más concretamente, los jugadores profesionales los que más interés tenían en volver a competir pues su economía se estaba resintiendo. También a las Federaciones les interesaba muchísimo sobre todo económicamente. Los jugadores y técnicos no profesionales, los que vivimos de nuestro trabajo no del fútbol, hemos asumido un riesgo muy alto por el hecho de competir en estas circunstancias con el fin de estimular un poco a la sociedad, de generar optimismo para ayudar a pensar que, con precaución, podemos volver a normalizar nuestras vidas poco a poco. Sin embargo, la respuesta que recibimos con este problema de los horarios no se corresponde con parámetros lógicos ni de sentido común. Es un buen momento para reflexionar todos, y en estos casos excepcionales fijar una norma que nos otorgue igualdad de oportunidades en la competición», explica Mapeka . un entrenador que este miércoles tiene que sentarse de nuevo a una extraña hora en el banquillo sin poder disponer de toda su tropa. «Una pena», concluye.

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