Copa del Rey | Athletic - Granada
Vallejo: «Tenemos en nuestras manos una ocasión histórica»
El defensa del Madrid, cedido al club nazarí en el mercado invernal, le pone voz y sentimiento al partido más importante del Granada en 61 años
Hace casi 61 años, el 21 de junio de 1959, el Granada miraba con (sana) envidia cómo Joan Segarra, entonces capitán del Barcelona, recibía en el palco del Santiago Bernabéu, de las manos del general Franco, la Copa del Generalísimo. Fue la única vez, en la nonagenaria historia del club nazarí, que el Granada tuvo la ocasión de jugar una final (4-1) ganar un título. Seis décadas después, de nuevo la Copa aparece en sus sueños. Mañana, disputará en San Mamés la ida de semifinales. Allí estará Jesús Vallejo (Zaragoza, 5 de enero de 1997) , el defensa del Madrid cedido en este mercado invernal. Ha sido el último en llegar, pero sus actuaciones en Badajoz y ante el Valencia fueron claves para que Granada y el Granada crean durante las próximas tres semanas que ganar la Copa no es una locura.
-¿Sigue yendo por Loscos?
-En cuanto puedo ir allí a desconectar lo hago. Yo viví en Zaragoza, pero los fines de semana y veranos de mi infancia los pasé en Loscos -pueblo en el norte de Teruel con solo 129 habitantes censados-. Allí desconectas de todo, sin teléfono, sin casi televisión, centrado en disfrutar de la familia y los amigos, y de un sitio rodeado de naturaleza para no parar de hacer deporte y practicar senderismo. De pequeño desconectaba del colegio y ahora lo hago del fútbol.
-¿A qué se dedican sus padres?
-Mi padre es camionero y mi madre, enfermera. Les gusta lo que hacen y aunque ya van camino de los sesenta, siguen trabajando duro.
-De pequeño no le hacía mucho tilín el fútbol.
-Me gustaban más los coches. Siempre jugaba con ellos y con scalextric, pero cuando tenía siete años me regalaron un VHS de «Oliver y Benji» y desde ese momento me empezó a gustar el fútbol. Jugué dos años al fútbol sala en el equipo de mi colegio, luego pasé al fútbol en categoría alevín en el Club Deportivo Oliver, y con once años me fichó el Zaragoza.
-Allí le inculcaron valores que hoy mantiene, como insistir en estudiar.
-El coordinador de la cantera del Zaragoza y un entrenador que tenía, que se llamaba Diego Martínez, siempre nos recordaban la importancia de estudiar ya que al fin y al cabo solo estábamos en el fútbol en una etapa de formación. En el Real Zaragoza siempre te pedían las notas al final de cada temporada. El club era muy exigente en esa materia. Recuerdo cuando en el playoff de ascenso de 2015, el partido de ida contra el Girona lo jugábamos un miércoles a las 20.00 y esa misma mañana y el día anterior le tuve que pedir permiso al entrenador para ir a hacer mis exámenes de Selectividad. Empecé a estudiar Derecho y luego me pasé a INEF, que es lo que realmente me llenaba, pero las cesiones a Alemania e Inglaterra no me lo han puesto fácil. Allí le di prioridad a los idiomas. Si sigo en España la próxima temporada, retomaré la carrera.
-Desde fuera se le ve una persona y un futbolista muy alejado del ego que domina su gremio. ¿Ser hijo único le ayudó en su educación?
-Es verdad que al ser hijo único he pasado mucho tiempo con ellos y eso ayuda, pero sobre todo ayuda cómo son ellos. Mis padres son mis ídolos, gente muy sencilla y currante, que me han inculcado siempre los mejores valores y me han dado grandes consejos. No me cuesta nada ser como soy. No me supone ningún esfuerzo que la gente piense así de mí, porque soy así. Intento ser una persona muy cercana a la vida real aunque esté en un mundo donde el dinero y la fama sea elevado en personas de corta edad. Sé que trabajo en un gremio lleno de privilegios.
-Su cuenta de Twitter nos chiva que se hizo su cuenta en octubre de 2017, hace poco más de dos años. ¿Por qué?
-Yo no le veía nada beneficioso, pero luego me di cuenta de que era bueno para mis fans. Ahora bien, si has visto mi cuenta, te habrás percatado de que es muy profesional. Nada de asuntos personales. Hay que dar ejemplo como deportista que soy. Esa es la prioridad.
-Hablemos de fútbol. ¿Por qué no fue bien la cesión en el Wolverhampton?
-Nuno me llamó el pasado verano para llevarme allí, el Madrid me lo recomendó y desde el primer día he trabajado bien, he estado a gusto, sin lesiones, adaptado y aprendí rápido inglés. Es una pregunta que yo también me hago, pero mi conciencia está tranquila porque siempre he sido respetuoso con las decisiones que se tomaron y apoyé al equipo como uno más, aunque apenas jugara.
-Lleva solo 15 días en el Granada y parece uno más de la familia.
-Venir al Granada es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. El grupo es excelente, hay un factor humano potente, y en lo deportivo se nota que todos somos importantes. Diego Martínez da oportunidades a todos y eso es ilusionante.
-¿Cómo es ser entrenado por uno de los técnicos revelaciones de la Liga?
-Diego trabaja muy bien tácticamente y es inteligente en lo emocional. Cuando toca, da charlas lúdicas, en las que pide consejo y opinión a los jugadores, y nos invita a participar. Y cuando no toca ese palo, da charlas motivadoras que nos tocan la fibra y sales como una moto a competir. Tanto él, como todos mis compañeros, me han acogido como un miembro más de esta familia, porque el Granada es una familia. Me encantaría quedarme mucho tiempo aquí.
-Con la Liga bien encarrilada, teniendo doce puntos de colchón sobre el descenso, la Copa emerge como prioridad. Hace 51 años que el Granada no llega a unas semifinales de Copa y hace 61 que jugó su única final. ¿Son conscientes de lo que están haciendo?
-El Granada es un club humilde, pero a la vez es un club con una enorme ambición por crecer. Es un modo de gestionar el día a día con el que me identifico mucho, y no es casualidad el lugar donde estamos. La gente está como loca y nosotros lo percibimos en primera persona. Nos paran por la calle y nos transmiten esa ilusión y esa energía. Somos conscientes de que tenemos en nuestras manos una ocasión histórica y no podemos dejarla pasar.
-Muchos ya ven una final vasca en Sevilla el 18 de abril.
-Yo no lo veo así. Nuestra eliminatoria va a ser muy igualada. No hay favorito. Si miras la clasificación de la Liga, ellos solo tienen un punto más que nosotros y el rendimiento está muy parejo. Respetamos al Athletic, cuya historia es la que es, pero vamos a San Mamés, y afrontamos la eliminatoria, con las ideas muy claras. Nuestra mentalidad es totalmente positiva.