Claves para entender los enredos de Villar
El presidente de la Federación se escuda en la FIFA ante su posible inhabilitación y para tener unas elecciones a la medida

Lleva 28 años al frente de la Federación y es un experto en ganar pulsos a los secretarios de Estado. Si no, que se lo pregunten a Lissavetzky , que estuvo a punto de desalojarlo hace siete años. Villar acudió a Blatter para no tener que adelantar las elecciones, luego España ganó la Eurocopa y se terminó quedando. Tiene apoyo externo, de la FIFA, y un indiscutible apoyo interno. Pese a todas las dudas que genera su gestión, sobre todo en el aspecto económico, controla con mano de hierro las territoriales y los distintos estamentos federativos, y en muchos casos los ha nombrado él mismo. Pero le ha surgido un asunto turbio (el presunto trato de favor al Recreativo y el Marino) y un oponente con peso, el secretario general, Jorge Pérez . Así que vuelve a acudir a la FIFA.
El as en la manga de los Estatutos de la FIFA
Ya lo recordó el anterior secretario general de la FIFA, Jerome Valcke , durante la última «guerra del fútbol» por el reparto de derechos televisivos: «Los estatutos de la FIFA, en sus artículos 13 y 17, establecen que los miembros de la FIFA deben administrar sus asuntos de forma independiente y asegurarse de que no se produzca ninguna injerencia por parte de terceros en sus asuntos internos». Es la misma cantinela que se esgrimió contra Lissaveztzky en 2008 y la misma que traeran los emisarios de Infantino cuando vengan a entrevistarse con el ministro Méndez de Vigo . La amenaza es que si se demostraran tales injerencias gubernamentales, la selección española quedaría excluida de la Eurocopa y nuestros clubes quedarían eliminados de la Champions y la Europa League.
El expediente del TAD por el Recreativo y el Marino
La supuesta injerencia gubernamental no es otra que la aplicación de las leyes deportivas y la solicitud de apertura de expediente disciplinario, con riesgo de inhabilitación, al presidente de la Federación, Ángel María Villar , y a su todopoderoso vicepresidente, Juan Padrón , por el supuesto trato de favor que la RFEF otorgó a dos clubes con directivos afines, el Recreativo de Huelva y el Marino de Tenerife. El Tribunal Administrativo del Deporte aún no ha dicho la última palabra, pues se ha limitado a abrir un proceso de información reservada, paso previo para expedientar a Villar y a Padrón o para archivar definitivamente el caso. Villar ha ejercido una presión evidente sobre el tribunal: ha presentado una querella criminal contra Cardenal, que supone un aviso a navegantes para los miembros del TAD.
Las elecciones a la presidencia de la Federación
En el fondo de todas estas maniobras se encuentra el empeño de Ángel María Villar de continuar otros cuatro años más (ya lleva casi 28 años) al frente de la Federación Española de Fútbol. Una suspensión o la inhabilitación le dejaría fuera de juego. También lo tendría difícil si no consigue sacar adelante su propio reglamento electoral. De momento, ha perdido en la Audiencia Nacional cuando ha intentado que se suspenda de manera cautelar la orden ministerial que rige las elecciones en todas las federaciones. Los recursos amenazan con posponer las elecciones hasta después del verano. Por una parte, Villar gana tiempo ante la perspectiva de que surja un nuevo gobierno más favorable a sus posiciones, pero al tiempo aumenta la incertidumbre en el terreno deportivo, pues un mal resultado de la selección mancillaría su buen expediente de éxitos de los últimos años.