Selección española sub 20
«Que las chicas se atrevan a jugar al fútbol»
Recibidas con todos los honores tras la plata en el Mundial, las chicas destacan el auge del fútbol femenino
Tras un Mundial de subcampeonas, un recibimiento de estrellas. Pasillo y niñas esperando el autógrafo de las nuevas heroínas del deporte. Al cuello, una plata en el campeonato del mundo sub 20 con tintes dorados, el color con el que han pasado a la historia y al corazón de los aficionados al fútbol. Fútbol así, sin apellidos.
Un «Gracias, campeonas» decoraba la sala en la que miembros de la Federación de Fútbol , con su presidente Luis Rubiales al frente, esperaba a la comitiva. Tras los aplausos de rigor, imágenes de veinte días para el recuerdo en el que se mezclaron goles, sonrisas, frases de motivación, alegría, alguna lágrima y mucho orgullo y emoción, como la del seleccionador Pedro López : «Creo que hemos dignificado nuestro deporte. Nos hemos convertido en un ejemplo para las jóvenes que practican deporte. A partir de hoy el fútbol femenino se va a ver con una sonrisa. Es el mejor trofeo que nos traemos de Francia ». «Soy un chalado y cuando empecé éramos muy pocos. Estoy encantado de que cada vez se sumen más chalados al fútbol femenino. Tenemos que tener a los mejores para sacar lo mejor de nuestras jugadoras», comentó Rafael del Amo , presidente de la Comisión de fútbol femenino de la Federación.
Y, por fin, las protagonistas. «¡Pero no me acuerdo, no me acuerdo. Y si no me acuerdo no pasó, eso no pasó!», cantaban las futbolistas al entrar en la sala, uno de sus gritos de guerra antes de cada entrenamiento que las unió más aún. En sus caras, cansancio, alegría y algo de frustración. « Nos duele no haber ganado a Japón . Lo tuvimos. Si hubiéramos metido las oportunidades de la primera parte... Pero antes de viajar ninguna nos imaginábamos llegar hasta el último día», explicaba para ABC Maite Oroz , capitana.
Una promesa
«Esta plata es para que las niñas a las que les guste el fútbol vean que se puede llegar alto y se atrevan. Para nadie ha sido fácil, porque, no nos engañemos, siendo chica sigue costando más », continúa. Y eso que, con veinte años, Oroz disfruta de menos barreras, rotas por sus antecesoras. «A mí también me tocó un poco porque cuando jugaba en Osasuna y bajó el primer equipo de chicos, lo primero que hicieron fue quitar uno de los dos equipos femeninos. Muchas tuvieron que buscarse otro sitio y otras se quedaron sin jugar».
Por eso entiende que la repercusión de su medalla, la primera en esta categoría en su historia, tiene que ser un impulso para crecer. «Creo que toda España ha sido consciente de este partido. Con más recursos seguro que seríamos mejores. Ya no sé qué más tenemos que demostrar. Ganamos Europeos, llegamos a la final de un Mundial... pero poco a poco se está igualando con los chicos. Luis [Rubiales] nos dijo el viernes personalmente a las capitanas que se estaban empleando los mismos medios que con los chicos en estas categorías . Dicen que también en las dietas, que al día son unos 17 euros. Pero claro, luego llegan ellos a sus clubes y cobran muchísimo más. Se están tomando las pautas adecuadas y esto es lo que tiene que seguir. Que se nos dé la importancia que merecemos ». Rubiales lo volvió a prometer en su discurso público: «Os damos la palabra de que vamos a estar a la altura de vosotras. No vamos a parar en el empeño de que vais a tener lo máximo».
Lo necesitan, lo exigen y se lo han ganado. Porque son jóvenes y el sueño continúa, dice Catalina Coll, la portera que llevó al equipo hasta la final tras parar un penalti a Francia en semifinales. «Lo he visto muchísimas veces. Ni en mis mejores sueños. Estoy muy contenta de haber ayudado así al equipo a hacer historia». Con 17 años ha tocado la plata mundial y quiere más. « El fútbol es mi vida. Si no pudiera entrenar me pasaría algo . Y siempre he tenido muy claro lo que quería: llegar a Primera división, poder jugar una Champions. Y llegar a un Mundial con la selección absoluta, lo máximo. Estamos muy orgullosas de lo que tenemos gracias a la pelea de compañeras anteriores».
Ambas vuelven el lunes a su vida «normal». El Athletic Club para Oroz, del que espera algo especial - «el año pasado quedamos campeonas y no nos hicieron nada. A ver si nos dan un poco más de bola, que lo que hemos conseguido no se hace todos los días»- y una Liga en la que cada vez hay más competencia y nivel. « Los equipos cada año se refuerzan con gente del extranjero , y eso significa que es una liga cada vez más atractiva. El nivel ha subido. Es una de las razones por las que hemos quedado subcampeonas del mundo. Las de aquí somos buenas y las que vienen de fuera te ayudan a mejorar». A Coll le esperan los estudios de Tafad (Técnico en Actividad Física y Animación Deportiva), tatuado su brazo derecho con una ratita presumida, el cuento que le contaba cada noche su abuela. Ya tiene su propio cuento para recordar. Se acordarán seguro, porque pasó, pasó. Una plata mundial.
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